vitoria - La Audiencia Provincial de Álava celebrará el próximo jueves un juicio contra cuatro individuos acusados de dirigir una red de prostitución y de suministrar estupefacientes a las mujeres a las que explotaban. Además, uno de ellos tendrá que responder por la posesión de una pistola que le fue incautada por la Guardia Civil y por un delito de estafa. Para el presunto máximo responsable del grupo, la Fiscalía pedirá una pena de 56 años y 3 meses de prisión, además del pago de diversas multas. En total, las penas reclamadas se elevan a 77 años y 10 meses.
Según el escrito de acusación del Ministerio Público, uno de los procesados, de nacionalidad búlgara, obligó a una compatriota suya a prostituirse entre febrero y finales de abril de 2014. La mantuvo en un piso de Miranda de Ebro donde la forzó a trabajar desde las 8.00 hasta las 23.00 horas todos los días del mes, “salvo cuando tuviese la regla”, y se llevaba aproximadamente el 40% de sus ingresos. Precisamente fue la denuncia presentada por esta mujer la que ofreció a la Guardia Civil las pistas necesarias para desmantelar la red.
El segundo acusado es, según este mismo documento, el gerente y responsable de un club de alterne de Vitoria. Mantenía en el local a una serie de mujeres, en su mayoría extranjeras, a las que captaba para ejercer la prostitución en beneficio propio. Fijaba las tarifas y la duración de las jornadas laborales, les proporcionaba habitaciones para ejercer su actividad en el establecimiento, y se quedaba con parte de las ganancias.
De acuerdo con los datos ofrecidos por la Fiscalía, este hombre realizaba cargos excesivos en las tarjetas de crédito de los clientes del local por servicios que no habían sido realizados, por lo que se le acusa de un delito continuado de estafa. Cuando la Guardia Civil registró su domicilio, halló una pistola Star del calibre 22 “en condiciones aptas para disparar” pese a crecer de licencia para ello.
En junio de 2014, cuando la Guardia Civil detuvo en un control de carretera el vehículo en el que viajaba el acusado, halló en su interior 311 gramos de cocaína con una pureza del 71,6%. Según el fiscal, “se dedicaba a la adquisición de droga, concretamente cocaína, para venderla, facilitarla y traficar con ella”, tanto a las mujeres que trabajaban en su club de Vitoria como en otro que regentaba en Miranda de Ebro.
La Fiscalía acusa igualmente de sendos delitos contra la salud pública a un individuo que acompañaba al acusado en el momento de su detención y a un cuarto hombre, propietario de otro club de alterne de Miranda de Ebro, del que asegura que también adquiría cocaína para distribuirla en su local.
pelea en el hospital Por otra parte, el Departamento vasco de Seguridad informó ayer de que varias patrullas de la Ertzaintza tuvieron que intervenir para poner fin a una pelea multitudinaria desatada en el interior del Hospital de Santiago. La trifulca enfrentó a los integrantes de dos familias de etnia gitana y, según los testigos, finalmente involucró a casi una treintena de personas.
La disputa se localizó en la quinta planta del hospital, pasadas las 13.00 horas de ayer. La magnitud del enfrentamiento, cuyo motivo inicial se desconoce, fue tal, que los responsables del centro se vieron obligados a pedir ayuda a la Ertzaintza para ponerle fin. Aunque inicialmente no se practicaron detenciones se ha iniciado una investigación para aclarar lo sucedido.
Por su parte, la Policía Local investiga a un hombre de 30 años por conducir ebrio, negarse a realizar las pruebas de detección de alcohol y darse a la fuga. Los hechos ocurrieron el jueves a las 22.00 horas cuando una patrulla observó un vehículo en la calle Portal de Arriaga circulando con las luces apagadas. Los agentes le dieron el alto pero el conductor huyó, aunque poco después fue interceptado en la calle Cuadrilla de Vitoria. En el primer test de alcoholemia arrojó un resultado de 0.81 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, pero se negó a realizar la segunda prueba, por lo que se confeccionaron diligencias por ambos motivos.