vitoria - Cuatro de cada 10 viajes cortos que se realizan en coche en Vitoria podrían ser perfectamente sustituidos por desplazamientos en bicicleta, mucho más verdes y baratos. Ésta es una de las conclusiones que han alcanzado los miembros del centro de investigación del transporte (TRANSyT) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) tras concluir un estudio para identificar cuántos de los viajes en automóvil que se efectúan en la capital alavesa podrían ser reemplazados por otros modos más activos de desplazamiento, como caminar o montar en bicicleta. El análisis también ha detallado las principales barreras percibidas por los ciudadanos para que se produzca este cambio de modo de transporte.

Los investigadores de la UPM han analizado el porcentaje de viajes en coche que potencialmente podrían haber sido realizados con modos activos -a pie y en bicicleta-. Partiendo de una encuesta domiciliaria se han obtenido las distancias que los individuos están dispuestos a recorrer en modos activos, que se sitúan en aproximadamente 1,6 y 3,5 kilómetros para los viajes a pie y en bicicleta, respectivamente. Estas distancias se aplicaron sobre todos los viajes en coche, obteniéndose de esta forma los viajes en automóvil que, en términos de distancia, podrían haber sido realizados con modos activos. “Los resultados sugieren que, en Vitoria, en torno a un 20% de los viajes en coche podrían ser realizados a pie y hasta un 40% en bicicleta” indica Belén Martín, una de las investigadoras participantes en el estudio.

barreras percibidas Por otro lado, una vez que se obtuvieron los viajes potencialmente sustituibles por los mencionados modos activos, se buscaron los principales motivos percibidos por los encuestados que pueden frenar, de entre las dos opciones posibles, el uso de la bicicleta. Este análisis tenía como objetivo último estudiar aquellas barreras que suponen una mayor limitación para que se dé un cambio modal de viajes cortos en coche hacia la bicicleta. Las barreras percibidas como más limitantes por los encuestados que habían realizado viajes cortos en coche eran las relacionadas con la seguridad y con aspectos prácticos como la falta de aparcamientos para bicicletas, las posibles reparaciones o la falta de bicicarriles.

“Los resultados obtenidos pueden suponer una valiosa información para los responsables políticos y los técnicos de transporte”, señala Javier Delso, otro de los investigadores del estudio. Tanto los umbrales de distancia obtenidos, como el porcentaje de viajes cortos en coche que son potencialmente sustituibles, pueden ayudar a definir hasta qué punto las políticas de transporte pueden llegar a incidir en el cambio hacia modos activos de transporte.

“Los resultados del análisis de las barreras percibidas se pueden aplicar para estudiar las mejores medidas para potenciar la sustitución de viajes cortos en coche por la bicicleta”, concluye el investigador. En los últimos años existe un interés creciente en la promoción de medios sostenibles de transporte y se está priorizando el transporte activo. El aumento de los desplazamientos en bici o a pié puede ayudar a incrementar los niveles de actividad física de los individuos a la vez que disminuir el coste de los viajes y el consumo de energía, mejorando, por tanto, la contaminación atmosférica. Sin embargo, el uso del coche como medio de transporte sigue teniendo una gran importancia en la mayoría de las ciudades españolas, incluyendo ciudades de tamaño pequeño y medio, en donde una gran parte de la ciudad podría ser accesible mediante modos activos de transporte. - DNA