dULANTZI - Dulantzi derrocha fiesta por todos los rincones. Encarando ya la recta final de las celebraciones, los más pequeños tomaron ayer el relevo festivo demostrando que ellos también, pese a su edad, también saben estar a la altura. Desde primeras horas de la mañana, en todas las casas con pequeños se vivió un ambiente especial. Nervios, tensión, pero sobre todo ganas de pasarlo muy bien en la intensa y emotiva jornada de Blusa y Neska txiki.

Enola y Endaitz fueron los protagonistas de una brillante jornada que nunca van a poder olvidar y que permanecerá fija en sus retinas por todo lo vivido y disfrutado. Ambos fueron la representación palpable de los personajes de Neska y Blusa txiki, respectivamente, y constataron que la cantera y las nuevas generaciones de los futuros integrantes de las cuadrillas está más que asegurada para largo tiempo en Dulantzi. Felices, saludaron a su entregado público y bajaron a la plaza para hacer el camino de regreso al estrado habilitado para recibirles junto con la txaranga Akelarre.

En torno a las 12.30 horas, la Herriko Enparantza de la localidad se convirtió en centro de reunión de decenas de niños, niñas, aitas, amas y abuelos. Sus miradas se dirigieron entonces a la ventana superior de la Casa Consistorial. Desde allí, en unos minutos iban a descender los muñecos de Tripafina Txiki y Neska Txiki que, posteriormente, iban a estar representados por Enola y Endaitz. Éstos se encargaron de animar a todos los txikis a participar en la fiesta y a sumarse al buen ambiente festivo que ha inundado a la localidad desde el pasado 7 de septiembre, día del inicio de los festejos con la bajada de Tripafina.

con energía Un buen almuerzo les permitió recuperar las energías necesarias para una apretada agenda que llevó a los txikis a tomar las riendas de las fiestas en la sexta y penúltima jornada festiva. No tuvieron respiro Neska y Blusa txiki en una jornada exprimida al máximo y en la que vivieron a ritmo vertiginoso su gran momento, recorriendo todos los escenarios de la fiesta. Desde la bajada de los muñecos, el paseíllo o el reparto de golosinas.

Escoltados por la comparsa, los protagonistas del día animaron a los de su tamaño a pasar el día saltando, bailando y disfrutando “a tope”, aunque, eso sí, también les pidieron que se portasen bien. Recomendaron a los pequeños “que lo paséis muy bien y que disfrutéis mucho de este día con respeto” y gritaron “Gora Dulantziko Jaiak” ante un público que brincaba sin parar.

Tras la bajada, el kiosco de la plaza acogió la exhibición del grupo de dantzas Laguntasuna de Barakaldo y de Haize Dantza Taldea, de Dulantzi. Arriesgados pasos, saltos, manejo de espada y demostración de agilidad fue lo que las cientos de personas arremolinadas en torno al kiosco pudieron ver desde que las bertsolaris Oihane Perea e Iratxe Ibarra anunciaran con sus bertsos el espectáculo. Tras las danzas llegó el turno del deporte. El frontón de la plaza acogió el partido entre Egoitz Amantegi y Patri Espinar contra Oier Zearra y Maider Mendizabal.

Los niños y niñas participaron en el paseíllo txiki y en el posterior encierro hasta la plaza, donde tuvo lugar un espectáculo-exhibición de la Escuela de Recortadores. Además, los más pequeños tuvieron la oportunidad de montar en los ponys y de hacerse fotos con el torete.

Los jóvenes en el parque de aventura, los amantes de los bailes en el dantza plaza, y la obligada visita a las barracas, completaron el programa vespertino en Dulantzi. Muchos de los niños protagonistas ayer reservaron fuerzas para aguantar hasta la noche e ir a correr delante del toro de fuego. A estos aventajados aprendices aún les quedan algunas horas de fiesta, ya que hoy domingo continúan los festejos. Podrán montar en el tren turístico con salida desde la plaza, ver cómo se elaboran unas ricas tortillas de patata, participar en el pasacalles musical, visitar las barracas, comer un cono de churros o despedir a Tripafina.