Laguardia - La Casa del Vino de Laguardia es un referente en cuanto a la cultura vitivinícola no solo en Álava y Euskadi, sino a nivel nacional, ya que desde hace décadas -primero en el interior de la villa y actualmente en el extrarradio- gestiona numerosos servicios y trámites. A ello se suma la experiencia acumulada y la capacitación de sus profesionales, que han logrado crear un clima de confianza en su trabajo y buena prueba de ello con los miles de consultas y gestiones que realizan cada año. Jaime Ibáñez de Elejalde es el responsable de la Casa del Vino, del Servicio de Viticultura y Enología del departamento de Agricultura de la Diputación Foral de Álava, que ese es su nombre oficial, servicio al que se añadió la Oficina Comarcal Agraria (OCA), una de las siete que hay en Álava. Cuenta que antes “había aquí una oficina Comarcal Agraria, que era independiente del servicio de Viticultura, pero desde hace dos legislaturas se unificó y es todo el mismo servicio y aquí se hacen también las gestiones de la OCA, de ayudas, ayudas directas de la PAC”. Como servicio de Viticultura cuentan con el laboratorio enológico que hace análisis de cara a los cosecheros, a las bodegas. “Ellos vienen con sus muestras de vino y aquí se hacen los análisis con un montón de parámetros. La gente está muy contenta con este servicio porque es rápido: muchas veces los resultados se dan en el mismo día. Traen las muestras por la mañana y, en la mayoría de las ocasiones, a última hora de la mañana están los resultados, que, si así lo desean, también se les envía por correo electrónico”. Otra de las labores que se llevan a cabo es el registro vitícola. La viña es un cultivo que está muy reglamentado y “hay que pedir permiso para todo. Para arrancar, para plantar”. Por eso, hay un registro con todas las parcelas que están plantadas con viña con datos de superficie, ya que su cultivo está sometido a permiso y la superficie que se puede plantar de viña está muy controlada. No es como el cereal, los frutales o el olivar. “La gente a veces está con el chip de la viña y vienen aquí para pedir autorización para plantar olivar y el olivar no lo necesita, se puede plantar cuando y donde quieras o puedas. Pero la viña, no. Tienes que tener permiso, derechos, y todo esto tiene un trabajo administrativo y técnico, de campo, de mediciones y demás tremendo. Y todo eso se lleva en la oficina de Registro Vitícola”.

También hay otra parte de asesoría al viticultor. Muchas veces viene gente con consultas, preguntas o que “han detectado que tienen en la viña ‘nosequé manchas o si va a plantar una viña y viene para pedir consejos sobre qué tipo de patrón sería el mejor”. También se hacen análisis de tierra, aunque en este caso no los hacen en Laguardia, porque la Diputación de Álava tiene un convenio con la de Gipuzkoa para hacer esos análisis en el laboratorio de Fraisoro. “Nosotros recibimos muestras de fincas de aquí, de Álava, y se las mandamos a ellos. Nosotros lo gestionamos, pero los análisis los hacen ellos. Estos análisis son muy importantes cuando se van a realizar plantaciones, sobre todo para saber qué tipo de patrón es el bueno. Y es que según qué cantidad de caliza activa o las características de la finca es más interesante uno u otro”, explica Ibáñez de Elejalde.

A la gestión de los análisis de tierra también se añade la gestión de los análisis foliares cuando el viticultor detecta manchas o cosas que igual no controla, que también se realizan en Fraisoro. Esa es parte de la actividad que se lleva a cabo en una de las dos partes en las que, en el imaginario, se divide el largo edificio de la Casa del Vino. Y es que el concepto de oficina comarcal sigue existiendo. Las gestiones que se realizaban allí se siguen haciendo allí. Y “en el esquema que tenemos todos sigue existiendo la oficina comarcal agraria. Esta casa tiene dos puertas y de hecho hemos mantenido el cartel de oficina comarcal, que es donde se lleva la gestión de las ayudas, o el registro de explotaciones, para aquellos que quieren darse de alta en una, realizar modificaciones. En la OCA están las personas que llevan la PAC. “Aquí hay del orden de 2.800 viticultores con cartilla y hay unas 300 declaraciones de PAC, algo así como el 10 por ciento de los agricultores de esta comarca que son a la vez cerealistas. Viticultores son prácticamente todos, pero hay un diez por ciento que también tienen cereales, sobre todo en las zonas más altas, pegadas a la sierra, como Elvillar, Lantziego, Yécora, Laguardia, Barriobusto. Allí hay gente que tiene otros cultivos que no son viña y solicitan sus ayudas”. A estas materias se suman “otras que nos van llegando como las ayudas a los seguros agrarios para el viñedo, o la de ayudas a los viñedos viejos que se aprobó en julio. También nos piden a veces alegaciones a modificaciones de planes territoriales parciales del departamento de Agricultura”.

ayudas al nuevo etiquetado Jaime Ibáñez de Elejalde anticipa que ahora en septiembre va a salir una nueva ayuda al etiquetado de las nuevas denominaciones. Se trata de un apoyo para el diseño de las etiquetas que recojan las nuevas indicaciones de vino de municipio, de zona, de viñedo singular, las nuevas indicaciones aprobadas por el Consejo Regulador. Es una ayuda para que las bodegas reetiqueten o puedan incluir en sus etiquetas ese tipo de conceptos nuevos. “Porque el vino tiene una parte muy importante de marketing y lo que se trata es de echar un cable a las bodegas para que se posicionen donde se puede influir que es en la etiqueta, que es algo importante ya que si hacen un vino especial porque es de una zona, de Rioja Alavesa, o singular también lo es poner en valor su etiqueta y sus botellas”. En materia de investigación no tienen competencias, pero si en aspectos de divulgación, y para ello cuentan con la parcela experimental de El Chispial. En esa parcela dentro del complejo de la Casa del Vino “tenemos melocotones de viña de variedades que han sido recogidas en los pueblos por encargo de la Red de Semillas de Euskadi y se les hace un seguimiento. Ahora estamos en trámite de un convenio con ellos para ver qué es lo que quieren hacer”, concluye el técnico que asesora a los viticultores.