Berriz - “Estamos en shock”. Esa es la frase que no se cansaron de repetir ayer los vecinos de Berriz, localidad donde residía Jon Barcena, un joven vizcaino desaparecido a finales del año pasado y que a primera hora de la mañana de ayer encontraron su cuerpo en las inmediaciones del pantano Urrunaga.
El día de ayer fue frío y gris para todos los vecinos de esa localidad vizcaina. Eso es lo que se percibió con solo pasear por las calles del pueblo. Frío y soledad. Sobre todo soledad. Fueron pocas personas a las que se pudo ver a pie de calle. El día de ayer, en cierta manera, comenzó bien porque amanecieron esperanzados ya que sabían que había una nueva oportunidad de ir en busca de Jon. La primera abatida oficial cerca del pantano Urrunaga. Una nueva ocasión de rastrear cada metro cuadrado en busca de una nueva prueba que podría dar con el paradero de Jon.
Iturri, un vecino de la localidad, se despertó muy temprano para viajar hasta Legutio junto a más de un centenar de vecinos y voluntarios. “Todo ha estado muy bien organizado, yo además he estado en el grupo de la hermana y la prima de Jon”, relató este vecino, que tras la trágica noticia vio cómo ambas se derrumbaron. “Nos hemos quedado todos helados”, dijo. Este vecino no imaginó que ese mismo día Berriz se iba a llenar de periodistas para comunicar que el cuerpo de Jon había aparecido sin vida. “Cuando han dicho que ha aparecido nos hemos quedado todos helados y todos los vecinos estamos en shock”, relató este vecino.
La mayoría de los vecinos, tras ver que los días transcurrían y no había ninguna pista nueva sobre el paradero de Jon, se hacían a la idea de que el final sería trágico a pesar de que les gustaba admitirlo. Fran, otro vecino de la localidad vizcaina y amigo de la familia de Jon, -quien envió sus condolencias a la madre mostrándole su apoyo-, era algo que “también imaginaba”. Bien es cierto que la mayoría se aferraba a la esperanza. A pesar de que los hechos “apuntaban a un final terrible” nadie era capaz de terminar de creerse lo que pasó. “Era un joven a quien le quedaba toda la vida por delante, teníamos la esperanza de que todo terminaría de una buena manera pero la verdad es que ya eran muchos días sin saber nada nuevo de él”, contó Fran emocionado.
Y es que, Berriz es un pueblo pequeño donde todos se conocen. Las pocas personas que había ayer en la calle se saludaban y se paraban a conversar un rato. Jon fue el tema de conversación porque su pueblo se quedó muy impactado. “Que su vida haya terminado en las condiciones en las que se ha sabido... es muy fuerte”, continuó Fran. Este padre de dos hijos, es incapaz de ponerse en la piel de Karmen, madre de Jon, porque solo de pensarlo se viene abajo y se queda sin palabras. “Es imposible de ponerse en el pellejo de ellos pero desde aquí recordarles que el pueblo les apoya”, una localidad que ayer demostró que la solidaridad es su el día a día.
Pero, como muchos otros vecinos también piensa que las circunstancias en las que han transcurrido los hechos han sido “un poco surrealistas y muy fuertes”. No se explica cómo minutos antes de desaparecer fuese capaz de enviar los vídeos y las fotos. Al igual que Fran también piensa Celia, su vecina, quién ayer se mostró descolocada tras enterarse de lo ocurrido. “Lo que no entiendo de ninguna manera es por qué lo han encontrado los voluntarios o los vecinos y no la Ertzaintza, que justamente dijeron que habían rastreado esa zona donde se ha encontrado el cuerpo”, dijo. Y añadió muy segura: “Eso es realmente lo que más me sorprende”.
Durante el día de ayer en la localidad vizcaina de Berriz se pudo ver grupos de personas murmurando. Hablando entre ellos y sus caras reflejaban su tristeza. Se apoyaban entre ellos y se consolaron intentando encontrar una explicación a todo lo que empezó a ocurrir desde el pasado 30 de diciembre. “Es muy duro decirlo pero al final la familia podrá descansar y tendrá un sitio donde llorar”, dijo Fran, quien respiró un poco más tranquilo. Opina que la familia, “en cierta manera”, dejará de sufrir, de tener “esa incertidumbre que haya podido tener” durante el mes en el que no se ha sabido nada de Jon. “Dejarán de preguntarse cómo estará, que será de el o dónde estará”.