vitoria - Ocurrió a las 22.20 horas del día 21 de octubre de 2016 en el punto kilométrico 6,5 de la carretera A-132, en sentido hacia Santa Cruz de Campezo. Un Volkswagen Polo descendía por este tramo de la vía cuando, de repente, un jabalí surgió de la cuneta por la parte izquierda del vehículo e impactó contra su frontal, causando un accidente. Hasta ahí, normalidad. Un accidente más de los muchos que se producen cada año entre automóviles y animales salvajes que emergen de la nada y se materializan en medio de la calzada provocando cuantiosos daños materiales. El procedimiento habitual consiste en que las compañías reclaman a la Diputación Foral de Álava el pago de dichas cuantías y la institución foral, considerando que el tramo está adecuadamente señalizado, deniega asiduamente las solicitudes. Sin embargo, en esta ocasión, los responsables de la Diputación han estimado, al parecer por vez primera desde que se revisó la normativa aplicable en estos casos, el requerimiento de responsabilidad patrimonial y entienden que el lugar en el que se produjo el siniestro es un auténtico punto negro dentro de la red viaria provincial. Por ello, asumirán la reparación del automóvil, valorada en cerca de 7.000 euros.

El lugar en el que tuvo lugar el accidente se encuentra en el interior del coto de caza La Cruz de Olarizu, cuya adjudicataria es la sociedad de cazadores del mismo nombre. Se trata de un enclave donde se practica la caza mayor y el informe resultante del siniestro especifica que ni en el día en el que se produjo ni en las doce horas anteriores se autorizó ninguna acción de caza colectiva.

alta siniestralidad El informe técnico elaborado por la Diputación alavesa concluyó que la carretera A-132, calificada como “convencional”, contaba, antes de la fecha del accidente con diez señalizaciones diversas en sentido ascendente y ocho en sentido descendente, incluyendo indicaciones de peligro por tránsito de animales.

Sin embargo, una vez analizada la evolución de la siniestralidad vial con animales en este punto, la responsable del Negociado de Infraestructuras Viarias y Movilidad estima que nos encontramos ante un “tramo de alta accidentalidad”. Desde octubre de 2014 hasta octubre de 2016 se han producido cinco accidentes con presencia de animales cinegéticos en este mismo lugar. En diciembre de 2016, después de que tuviera lugar el choque con el jabalí, se renovó la señalización, se incrementó el número de señales de advertencia por salida de animales sueltos y, en general, la seguridad se ha visto sensiblemente mejorada de acuerdo con el informe técnico foral.

Ante este hecho innegable, y dado que la normativa hace responsable al titular de la vía pública “en tramos con alta accidentalidad por colisión de vehículos con animales sueltos”, la Diputación concluyó aceptar la reclamación presentada por la compañía de seguros del automovilista siniestrado.

Acto seguido, a la vista de los datos contenidos en el dossier foral, se instruyó un nuevo informe para decidir “la procedencia o improcedencia de reconocimiento de responsabilidad patrimonial” por parte de la compañía de seguros que trabaja con el ente foral alavés. La aseguradora consideró que, efectivamente, existía responsabilidad e informó de que cubriría los gastos materiales avalados por la documentación pericial. A través de una resolución “definitiva”, la Diputación ha informado de que abonará al seguro del vehículo los 600 euros de franquicia que tuvo que pagar tras el accidente y los otros 6.300 euros que costó la reparación del turismo.

Accidente. El siniestro se produjo en la carretera A-132 en dirección a Santa Cruz de Campezo. Un jabalí se cruzó frente a un turismo y su conductor no pudo evitar chocar con el animal.

Reclamación. El impacto provocó graves daños en la parte frontal del vehículo. La compañía aseguradora reclamó responsabilidad patrimonial a la Diputación Foral de Álava por ser la titular de la vía pública.

Responsabilidad. Habitualmente, estos siniestros son desestimados, ya que basta con que la calzada esté suficientemente señalizada con indicaciones de peligro por animales sueltos.

Siniestralidad. Sin embargo, en esta ocasión se acepta la reclamación porque el tramo en el que se produjo el accidente registró otros cuatro impactos más con animales entre 2014 y 2016.

7.000

La Diputación ha resuelto “definitivamente” abonar los 600 euros que asumió la aseguradora como franquicia y los 6.300 euros que costó reparar el coche.