gasteiz - La violencia filio-parental no se reduce a populares shows televisivos como Hermano Mayor, sino que está más cerca de lo que muchas personas se imaginan. Se trata, de hecho, de una “epidemia oculta”, difícil de cuantificar por la vergüenza y el miedo a denunciar que atenazan a los progenitores que son agredidos por sus hijos, pero al mismo tiempo “emergente” y convertida en los últimos tiempos “en motivo de alarma social”. Sobre todo, por el incremento de las denuncias y de la presencia pública. Así lo advirtió ayer el responsable de Políticas Sociales y Salud Pública en el Ayuntamiento de Gasteiz, Peio López de Munain, durante la presentación de un pionero programa de intervención precoz que tratará de abordar esta grave problemática en la ciudad.

“Hasta ahora se podía pensar que tal y como venía desaparecía, pero no es así. El tiempo ha demostrado la necesidad de intervenir con todas las partes implicadas para hacer frente a esta situación”, recalcó López de Munain, que aportó algunos aspectos básicos de un plan que no cuenta con precedentes en el entorno cercano y que tendrá el apoyo externo de un equipo de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) para evaluar sus resultados.

Por el momento, ocho familias residentes en Vitoria han sido seleccionadas para sumarse a esta iniciativa, que dio sus primeros pasos en enero con la información del personal técnico y un trabajo de “motivación” a los núcleos convivenciales susceptibles de tomar parte en ella. Aunque la violencia filio-parental puede ser ejercida de muy diversas formas, tanto física, como psicológica o económica para obtener el control, el poder y el dominio sobre los padres, este programa se circunscribirá casi exclusivamente al ámbito preventivo y emocional, cuando las agresiones no hayan alcanzado todavía la categoría de graves y tampoco haya de por medio, por ejemplo, denuncias o separaciones de los menores de sus hogares. “Raramente intervendremos en ellas, porque no son nuestra competencia”, matizó la responsable del servicio municipal de Infancia y Familia, Loli García, que ha sido el encargado de diseñar el programa. En estos casos de carácter más grave, suele ser la Diputación alavesa la institución competente. El plan sí que tratará de dar la vuelta a esos “patrones” o “comportamientos reiterados” que se dan en numerosas familias y que toman forma de “gritos, amenazas, portazos” o en la ruptura o la sustracción de “objetos valiosos”, según enumeró García. “Hablamos de hijos que insultan, que degradan, que humillan o desacreditan a sus padres. Que cosifican y ningunean a las personas adultas o desaparecen de casa”, ejemplificó la responsable del servicio de Infancia y Familia.

Por lo demás, el programa está dirigido a familias con menores de 12 a 17 años en situación de desprotección leve o moderada, que es donde según el Ayuntamiento se esté registrando esta problemática de forma mayoritaria. La intervención, por otra parte, durará un total de seis meses por familia, con sesiones semanales de una hora y media de duración y mediante una intervención tanto individual como grupal que tratará de identificar las problemáticas, hacer ver a sus protagonistas la dimensión de las mismas y dotar a los miembros de la familia de habilidades que les ayuden a manejar emocionalmente y resolver las situaciones. “Queremos que las familias identifiquen el problema, porque si no será difícil intervenir. Y también, que le den trascendencia, porque son situaciones importantes que pueden llegar a ser graves”, aseveró de nuevo López de Munain.

tres grupos Cuando concluya el trabajo con estas ocho primeras familias, un segundo grupo integrado por un número similar de unidades convivenciales comenzarán a trabajar con los psicólogos. A priori, el programa se extenderá durante un año y medio, plazo en el que asumirá a un tercer grupo, también integrado por “siete u ocho familias”, hasta alcanzar un número total superior a la veintena. Si la demanda se dispara, el Ayuntamiento podría extender la oferta hasta las 35. El trabajo de seguimiento a la evolución del programa del que se hará cargo la UPV/EHU tendrá tres hitos fundamentales: Una primera evaluación al iniciarse el trabajo con los participantes, una segunda a su finalización y uno más seis meses después de concluirse las intervenciones. “Queremos evidenciar que ha funcionado, porque los recursos son finitos”, remarcó por su parte Loli García. Por de pronto, el Ayuntamiento ha destinado 110.000 euros a poner en marcha el programa y trabajar con estos tres primeros grupos.

Los datos recopilados por la Policía Local de Gasteiz dan alguna pista sobre las dimensiones de este problema pero pueden llevar al engaño, por cuanto que sigue tratándose de una realidad “soterrada”, de la que muchos casos no afloran hasta que son inocultables. La guardia urbana recibió a lo largo del pasado 2016 un total de nueve denuncias por este tipo de episodios, frente a las 17 que se registraron en los dos años anteriores -tanto en 2015 como en 2014- y a las siete de 2013. Por otra parte, el último estudio realizado en el ámbito de la CAV sobre violencia exclusivamente física -del año 2011- alertó de que el 13% de los adolescentes reconoce haber ejercido algún episodio de violencia física -grave o leve- sobre sus progenitores.

Protagonistas. Para hacer posible este trabajo, el Ayuntamiento cuenta con la participación activa de cinco grandes protagonistas: Los agentes sociales, que desempeñan “un papel fundamental” a la hora de detectar posibles casos de violencia filio-parental. Los servicios sociales municipales, los conocidos como ‘bases’, que se encargan de recibir a las familias en primera instancia, valorar su situación y trasladar la propuesta al Servicio de infancia y Familia. Éste es quien gestiona el programa y coordina la intervención, que luego pasa a manos de tres profesionales de la Psicología. Posteriormente, un equipo de la UPV-EHU realizará un seguimiento a la evolución del programa y de su impacto en las familias.

Destinatarios. El programa está destinado a familias que sufran violencia filioparental y que se encuentren en situación de desprotección leve o moderada. Para recibir más información, las personas interesadas pueden llamar al teléfono 647304752.

El responsable de Políticas Sociales remarcó ayer la necesidad de intervenir en estos casos, lo que ha derivado en la puesta en marcha de este programa.

La responsable de Infancia y Familia explicó que el programa se ceñirá casi exclusivamente a problemáticas de violencia emocional y de carácter más leve, desde un plano más preventivo.

12-17

Rango de edad de los menores a los que está dirigido el programa, en el que lógicamente también participarán sus progenitores.