Vitoria. Con este acto, además recordar a aquellas 16 personas, se pretende conmemorar a todas las víctimas de la dictadura franquista en Álava.
Los fusilamientos de Azazeta de la madrugada del 31 de marzo al 1 de abril de 1937 fueron ordenados por el general Mola en su visita a Vitoria el 27 de marzo, con el objetivo de ultimar la inminente ofensiva de las fuerzas sublevadas franquistas contra Bizkaia, han recordado hoy las instituciones convocantes.
Con estos fusilamientos, además de querer mantener atemorizada a la población alavesa, "se quiso también lanzar un mensaje de advertencia y terror dirigido a Bizkaia y a las fuerzas políticas contrarias a los sublevados".
Por ello, los 16 asesinados, personas comprometidas políticamente, representaban a distintas corrientes ideológicas y formaciones políticas del momento que se oponían a la sublevación.
Los fusilados fueron: Teodoro González de Zárate, alcalde de Vitoria, afiliado a Izquierda Republicana; Francisco Díaz de Arcaya, concejal afiliado al PSOE; José Luis Abaitua, dirigente del PNV; Víctor Alejandre, de Valdegovía, militante del Partido Republicano Radical Socialista; Eduardo Covo, empleado de Telégrafos; Jaime Conca, aceitunero vitoriano; José Domingo Elorza, pintor afiliado al PSOE; Constantino González, barbero vitoriano.
También fueron fusilados Francisco Garrido, ajustador afiliado a CNT; Prisco Hermua, jornalero afiliado a CNT; Antonio García, mecánico; Jesús Estrada, mecánico y afiliado al PCE; Daniel García de Albéniz, labrador de Maestu, afiliado CNT; Manuel José Collel, ferroviario afiliado a Unión Republicana; Manuel Hernández, ferroviario y Casimiro Cerrajería, pirotécnico afiliado a UGT.
Estas 16 personas se encontraban detenidas y encarceladas en la prisión de Vitoria y la noche del 31 de marzo fueron puestas en libertad por mandato del delegado de Orden Público.
Ya en el exterior de la prisión, fueron de nuevo detenidos por un grupo guardias civiles, requetés y falangistas, que los subieron a dos vehículos y los llevaron al puerto de Azazeta donde les fusilaron y semientrerraron en una fosa.
Las instituciones convocantes de este acto de recuerdo han explicado hoy que esta ejecución fue silenciada por la prensa local pero "la noticia de la barbarie, así como la identidad de las víctimas, se difundieron rápidamente y conmocionaron a la ciudad".
Los restos de Teodoro González de Zarate, José Luis Abaitua, José Collell Aguilá y Manuel Hernández fueron "sigilosamente" exhumados y enterrados en el cementerio de Santa Isabel de Vitoria en 1939 por el sacerdote Pedro Anitua. Los otros 12 se encuentran enterrados en cementerio de El Salvador tras su exhumación en 1978.