amurrio - Los vecinos de Amurrio, Pepe Pinedo y Fernando Egurbide, están a punto de arrancar el motor, meter primera y pisar el acelerador hacia la que, sin duda, se convertirá en una de las mayores aventuras de sus vidas. Y es que el próximo 3 de marzo pondrán rumbo a Madrid, a bordo de dos viejos Seat Marbella adquiridos para la ocasión, para -junto a otros 600 locos del volante llegados desde todos los puntos de España, e incluso Francia, Italia y Andorra- tomar parte en la novena edición del Panda Raid.

Una carrera en perfecta simbiosis entre competición, espíritu aventurero y solidaridad, que recorre Marruecos, de punta a punta, con el objetivo de entregar material escolar a una de las zonas más desfavorecidas del país africano. De hecho, cada vehículo debe llevar 25 kilogramos de material escolar que se entregan en la propia ruta a la Asociación Camino al Sur. Una Organización No Gubernamental (ONG) que lleva a cabo labores de educación y mejoras en la calidad de vida de los niños de las poblaciones más rurales de Marruecos, y que el año pasado escogió al colegio Blaghma como destinatario.

“Es uno de los requisitos imprescindibles y del todo lógicos, pues sin el componente solidario este rally amateur de larga distancia y resistencia perdería toda su esencia. También la organización destina parte de la inscripción a abastecer con energías renovables estos colegios”, matiza Pinedo quien, a sus 64 años, se pondrá al volante de uno de los dos coches que partirán de Amurrio, llevando de copiloto a su hijo Aitor, de 34. No en vano, él fue el que embaucó a su padre. “Me empezó con que si lo iban a hacer unos amigos suyos y que a ver si nos animábamos. Y allá vamos. Eso sí, como trabaja en Andorra y yo estoy jubilado, me he cargado yo con todo el mochuelo de preparar el coche”, matiza, sin perder la sonrisa, que revela la ilusión que subyace bajo la simpática reprimenda.

Mecánicos de afición Y como el síndrome de aventura es contagioso, a ellos dos se les ha sumado el matrimonio formado por Fernando Egurbide y Elena Ruiz. “Fernando, que lleva toda la vida chapuceando conmigo en motores de motos y coches, y que en su juventud hizo unos cuantos rallies, conducirá el segundo vehículo, y Elena hará las veces de copiloto”, apunta Pepe. Por este motivo, tampoco tienen miedo a las averías que se les puedan presentar en ruta. “Estamos hablando de motores muy sencillos a los que se les puede meter mano con cuatro pijadillas básicas, a nada que controles de mecánica. ¡No como los de ahora!. Además, la asistencia allí debe ser bastante buena”, precisan, quienes van a afrontar por primera vez esta carrera, aunque sus vehículos ya llevan varios kilómetros a sus espaldas.

Y es que los amurrioarras han adquirido sus Seat Marbella (la carrera solo admite Fiat o Seat Panda/Marbella) a participantes en la pasada edición de esta cita. “Yo se lo he comprado a uno de Bilbao, y a Fernando le ha llevado más tiempo, pero al final ha encontrado el suyo en la zona de Santa Cruz de Campezo”, explica Pinedo, que no esconde que los en torno a 5.000 euros que suele costar a cada equipo preparar esta aventura, entre inscripción, compra de coche, seguro, repuestos o carburante, él los ha conseguido rebajar “bastante, porque lo he hecho casi todo yo, aunque como la mayoría de participantes, esta semana lo llevo a rotular con los anuncios de los patrocinadores que he logrado”, añade este hombre.

Ambos llevan poniendo a prueba sus adquisiciones desde mayo del año pasado, de cara a poder afrontar cualquier obstáculo que se encuentren en los 3.000 kilómetros en siete duras etapas que les esperan por delante hasta alcanzar Marraquech el 10 de marzo. “Hablamos de desierto, dunas y arena, rutas que no aparecen en los mapas, puertos pedregosos de alta montaña, y de lagos y ríos, supuestamente secos, pero que sí llueve hay que ingeniárselas para cruzar, y todo con la única ayuda del road book, con indicaciones básicas que te dan al inicio de cada etapa y que hay que seguir con la brújula, para llegar a cada punto de control”, subrayan.

Antes, el 4 de marzo tendrán que pasar en Madrid las verificaciones técnicas y afrontar los 560 kilómetros que los separan de Almería donde, junto a los equipos del sur, embarcarán en el ferry que les transportará al puerto de Nador, ya en Marruecos, a 60 kilómetros de las primeras pistas del Panda Raid 2017. “El objetivo es llegar y no tenemos más remedio que hacerlo, porque 16 amigos de la cuadrilla, entre ellos mi mujer, van a esperarnos en Marraquech”, explica Pepe. A lo largo del camino, tampoco estarán solos. “Estamos en contacto con dos coches que salen de Vitoria-Gasteiz, y con los Pandemia de Llodio, con los que ya hemos subido al Pagasarri para poner a prueba los coches. Ya que somos de la misma zona habrá que ayudarse”, sentencian, en referencia a Naroa Ugarte, Iván Gil, Javi Gil, Iker Arenaza, Abel Sáez, José Iglesias, Eneko Muñoz, Endika Villanueva y Pablo Basabe. Nueve amigos de diferentes localidades del Valle de Ayala que también meterán primera, a sus cinco Pandas, el próximo 4 de marzo con el objetivo de disfrutar por el camino y completar la prueba. ¿Lo lograrán?.