elvillar - Vecinos de todas las edades, ya que incluso había bebés, participaron en la noche del domingo en un akelarre en la plaza de Elvillar, que fue seguido con gran interés y emoción por una verdadera multitud, como no se veía en los últimos años. Durante casi dos décadas, el dolmen de La Chabola de la Hechicera acogía cada verano una representación del akelarre de brujas, lo que obligaba a muchas personas a desplazarse hasta ese lugar y volver luego a la plaza de la localidad para vivir el comienzo de fiestas, Esa operación obligaba a montar una importante infraestructura de aparcamientos, reserva de zona para el espectáculo, equipos autónomos de electricidad, sonido e iluminación y especialmente una gran intranquilidad para las autoridades municipales, ya que la carretera de acceso no es muy ancha y en algunas zonas apenas hay espacio para que se crucen dos coches. Por esa razón, y para preservar el monumento megalítico, se acordó hace cuatro años, trasladar el espectáculo a la plaza.

La existencia del dolmen explicaba la tradición de esta fiesta y es que las leyendas cuentan que en ese lugar vivía una bruja o un personaje mitológico y de ahí viene esta representación. De ahí y como recuerdo de la historia, ya que el espectáculo recuerda la detención por parte de la Santa Inquisición de unas brujas y su condena a morir en la hoguera, en lo que se vino en llamar, y fue real, el Proceso de Logroño. Sobre el escenario, la propia plaza, varios grupos de personas simularon la vida cotidiana en un pueblo como Elvillar, con niñas y niños saltando a la comba, otros grupos sentados en círculo y, hasta hace un par de años, en las casas de la plaza se adjudicaba a varias mujeres la tarea de planchar, lavar o preparar la comida.

La parte final del akelarre fue la más vistosa, con danzas compuestas para la ocasión y presididas por un macho cabrío al que incluso se dota de zancos curvos metálicos. Parte de la danza final transcurre sólo con las brujas y como final se suman todas las personas que han participado en la representación en un divertido txulalai.

Sin embargo, ése no fue el final. Media hora más tarde se llevó a cabo el comienzo de las fiestas de la localidad. Tras el lanzamiento de un txupinazo, La Hechicera, que se había estado ocultando durante la noche en lo alto del campanario de la parroquia, descendió por la larga sirga que se había colocado y que llegaba hasta el Ayuntamiento.

La gente salió muy satisfecha: unos porque habían visto a sus hijos o nietos actuar en esa tradicional representación y otros por haber tenido la ocasión de contemplarlo desde sus propias casas. Además, buena parte del pueblo había participado en la organización de este evento, ya que todos los disfraces y el atrezo que se utiliza en la representación ha sido diseñado y construido por la gente de Elvillar. Como novedad de este año, durante el día se llevó a cabo una feria de brujería con diversos puestos, así como dos food tracks de la Ruta del Vino de Rioja Alavesa, que compitieron con la hostelería local. Para hoy martes se ha previsto la celebración de San Roque con misa y procesión con las danzadoras y un intenso programa festivo durante toda la jornada.