vitoria- Una red de abastecimiento de agua alcanza la categoría de excelente cuando desconoce los reventones y apenas tiene fugas. Y aunque Vitoria ha ido paso a paso renovando la suya, aún le queda para alcanzar la corona. De enero a abril, ha sufrido diez roturas o, lo que es lo mismo, ha ido a un ritmo de más de tres averías al mes. Tuvieron lugar en la calle Larranaga, en la confluencia de Andalucía con Valladolid, en el cruce de Los Isunza con Obispo Ballester, en Sebastián Fernández de Lezeta, en Dato con San Prudencio, en Postas, en Manuel Iradier, en Salvador Aspiazu, en Pintor Pablo Uranga y en Pintor Vicente Abreu.

En la mayoría de los casos, las roturas se han producido en tuberías de fibrocemento, material que se usó durante décadas para construir cañerías pese a su tendencia a romperse ante las subidas y bajadas de presión y con los cambios bruscos de temperatura, justo lo que suele suceder en la ciclotímica Vitoria. Y aunque en los últimos años se han ido sustituyendo por fundición dúctil, todavía 120 kilómetros de los 730 que componen la red de distribución están fabricados así.

La crisis, además, ha ralentizado la sustitución de las tuberías, ya que el cambio de fibrocemento por fundición dúctil va ligado a la renovación integral de las calles, no tan habituales desde que las arcas públicas empezaron a vaciarse. Más aún, se han llegado a hacer reformas en los últimos tiempos manteniendo las viejas tuberías, como pasó en San Prudencio. - J.S.