Yécora - Era precisamente en este tiempo, alrededor del Domingo de Ramos, cuando los vecinos de Yécora y de otros pueblos acudían para comprar hielo en la nevera que se había llenado con las nieves caídas en la sierra y que se utilizaba para conservar los alimentos. Hace decenas de años que nuevos sistemas, las eléctricas, relegaron a todas esas neveras de antaño al olvido, pero no desaparecieron.

La de este pueblo es antigua, pero muy bien conservada. Enorme y con una altura cercana a los diez metros. Por ello, desde el Ayuntamiento se está tratando de ponerla en valor y esa es una de las razones del encuentro que se celebró el pasado viernes en el Ayuntamiento, convocado por la alcaldesa, Joana López García, y en el que estuvo presente Cristina González, Diputada Foral de Fomento del Empleo, Comercio y Turismo y de Administración Foral.

En la web municipal se describe que en la parte trasera de la parroquia de San Juan Bautista se encuentra esta vieja nevera. Cuenta que está construida con fábrica de sillería, formando planta circular a la que se accede por un pasillo desde la calle, donde la fachada no deja entrever la impresionante construcción que hay en el interior. La cubierta es en cúpula con una linterna central que servía para la carga y descarga de la nieve, y que actualmente está cegada. Está recubierta por un montículo de tierra convertido en parque.

De sus orígenes, las referencias más remotas sobre venta de nieve en Yécora son de 1665; en ese año Viana contrata en Yécora la nieve “de la nevera que tiene junto al dicho lugar”. También está documentado que en 1684 el regidor de Viana estuvo dos días en Yécora “ocupado en buscar la nieve para el abasto de Viana”.

En el trabajo Patrimonio arquitectónico en la Cuadrilla de Rioja Alavesa-Elementos Menores se afirma que a mediados de los años 1600 la nevera era de propiedad concejil, que había encargado la gestión a Juan Muro a cambio de 170 ducados y 38 cargas de nieve gratis para el concejo cada uno de los años 1665, 1666 y 1667. Además, Juan Muro daría a los vecinos que llenen la nevera, porque la traída de nieves se hacía a vereda, “un pellexo de vino blanco de cuatro cántaras”.

En los estudios realizados por el Ayuntamiento se narra que las neveras solían ser hoyos excavados en el terreno y revestidos de mampostería, que fueron utilizados desde tiempos remotos. Sus propietarios llenaban los pozos de nieve, la cuidaban y la cortaban para los compradores. La venta de nieve se iniciaba el día Domingo de Ramos y se prolongaba hasta la vendimia. Cuando el invierno había sido suave y escaseaba la nieve, los habitantes de Yécora subían a la Sierra de Cantabria para recogerla de los picos. Su valor, como es de imaginar, variaba mucho de un año a otro, según la cantidad de nieve caída. Por ejemplo, 1761 fue un año en el que nevó mucho y se llegaron a recoger hasta veinticuatro toneladas de nieve en los montes. Cada arroba (11,5 kilos) se vendía en aquella época a unos 24 maravedíes, que equivale más o menos a unos 0,60 céntimos de euro el kilo.

Afortunadamente la nevera ha llegado hasta nuestros días, aunque durante muchos años era casi imposible el acceso a su interior porque se había derrumbado el techo del túnel de acceso. Ahora, sus propietarios la han puesto en valor, pero todo el complejo sufre una importante humedad, que es preciso resolver.

Y ese es el empeño de la alcaldesa, Joana López García, para quien la nevera “es una de las cosas más importantes que tenemos en el pueblo, junto a las dos fuentes, la romana y la medieval”. Por eso afirma que le gustaría “ponerla en uso público para que la gente la viera, y por eso pensamos en la Diputación, para que nos echara una mano, porque ahora mismo es de propiedad privada”.

En la Casa Consistorial se ha estado investigando para recabar datos históricos, aunque hay una falta importante de documentación que no permite certificar si todo el conjunto es el original, “sabemos que la parte interior sí es la original, pero la parte superior está por ver”, comentaba. Lo que está fuera de toda duda es que la de Yécora “es una de las neveras más impresionantes de Rioja Alavesa”. El problema, se lamentaba, es que hace poco se hizo obra el suelo, el propietario decidió poner un suelo nuevo, por lo que no es el original.

Desde hace un tiempo la alcaldesa de Yécora mantiene negociaciones para poder mostrar la instalación como un recurso turístico. De hecho, “la propiedad está dispuesta a ceder la nevera para visitas turísticas, pero todavía tenemos que llegar a un acuerdo, porque el interior es propiedad privada, pero el vuelo es público, es del Ayuntamiento y allí hay un parque”.

Ayuda de la Diputación Para tratar de colaborar en el logro de un acuerdo, el pasado viernes se celebró el encuentro en el que estuvo presente Cristina González, diputada foral de Fomento del Empleo, Comercio y Turismo y de Administración Foral. Para la responsable del turismo alavés, la nevera de Yécora “es un sitio que tiene un valor histórico muy importante. Tiene algún problema y es que encima hicieron un jardín y a partir de ahí comenzaron los problemas de filtraciones de agua y tendremos que ver las causas”. Para la Diputada, “seguramente quitando lo que rellenaron con tierra se solucione, pero tendrá que venir alguien de Patrimonio, un arquitecto, para que diga cuál es el origen de las filtraciones, aunque todo hace indicar que es a partir del momento en que echaron tierra encima”.