murgia - Ekaitz Díaz de Garayo, de EH Bildu, ha visto alterada su vida desde que el pasado 6 de octubre resultó elegido presidente de la Cuadrilla de Gorbea. Y es que tiene que compaginar su jornada laboral en una empresa de Vitoria con las mil y una reuniones que implica su nuevo cargo. Pero su juventud, solo tiene treinta años, le aporta una vitalidad extra que le ha llevado a asumir la gestión de esta heterogénea comarca con muchas ganas. Sueña con que las cuadrillas se pongan en valor, dotándolas de presupuesto y estabilidad de personal, y sobre todo con llevar bienestar y mejores servicios a los escasos 10.000 habitantes que residen en los municipios de Aramaio, Arratzua-Ubarrundia, Zuia, Zigoitia, Legutio y Urkabustaiz. Todos ellos unidos por un icono: el monte Gorbea.

¿Quién es Ekaitz Díaz de Garayo? ¿De dónde viene?

-Un joven de treinta años que actualmente vive en Gasteiz obligado por las circunstancias, aunque durante los últimos ocho años, al igual que mis padres, he residido en Zurbano (Arratzua-Ubarrundia). En el ámbito personal, trabajo ocho horas en una empresa que da servicios a la industria. Me encanta viajar y soy un apasionado de la montaña. En lo político, es mi segunda legislatura como concejal de EH Bildu en el Ayuntamiento de Arratzua-Ubarrundia, y también como juntero en la cuadrilla que presido desde el pasado 6 de octubre, y que antes se denominaba Zuia, aunque pronto pasará a denominarse Gorbeiako Koadrilla-Cuadrilla de Gorbea.

Pero ¿no cambiaron hace poco el nombre a Estribaciones de Gorbea?

-Sí, pero a finales de la legislatura anterior se propuso en la Junta de Cuadrilla tender a un nombre más sencillo y que nos aglutinara a los seis municipios; es decir, Aramaio, Legutio, Urkabustaiz, Zigoitia, Zuia, y Arratzua-Ubarrundia, cuyo punto de unión es el monte Gorbea. Se elevó a Euskaltzaindia y Eusko Ikaskuntza, de quienes hemos recibido un informe favorable a la nueva denominación, y ahora estamos pendientes de remitirla a la Diputación Foral de Álava para que nos de el visto bueno. Esperamos tenerlo ya aprobado para 2016.

Ahora que lo menciona. Seis municipios, 69 núcleos de población en 494 kilómetros cuadrados y menos de 10.000 habitantes. Desde su experiencia en este poco más de un mes que lleva de presidente, ¿es complicado gestionar esta cuadrilla?

-Sí lo es, si se tiene en cuenta que no estoy liberado, y por lo tanto tengo que ingeniármelas para cuadrar mi jornada laboral con la intensa agenda de reuniones que implica este cargo. Eso sin contar que es una administración ya en marcha y con un ritmo de trabajo natural, al que me he tenido que adaptar, así que los comienzos, como en todo, están siendo difíciles, pero es un reto nuevo que afronto con muchas ganas. De todo hay que aprender. También es cierto que los cuatro años que he estado de juntero me facilitan bastante las cosas, porque ya conozco el entramado de la casa. Me lo dicen hasta los propios trabajadores que, por lo visto, en anteriores legislaturas, se han encontrado con papeletas complicadas.

De 19 junteros, diez votaron por usted y nueve por la jeltzale Itziar Ircio que es la vicepresidenta. Ambos son nuevos en el cargo, aunque no las siglas a las que representan. ¿Cómo se presenta esta legislatura en lo que a relación política se refiere?

-Soy muy consciente de que EH Bildu no tiene mayoría amplia. Pero los 19 junteros tenemos muy claro que nuestra labor es el bienestar de nuestros pueblos y avanzar por ellos. De ahí que haya apostado por un trabajo previo para alcanzar acuerdos, sin entrar en confrontaciones políticas que no llevan a ningún sitio. Los resultados electorales dejaron a cuatro de los seis ayuntamientos en manos de EH Bildu, y a los otros dos, en las del PNV, y eso te obliga a dialogar por el bien común, y también teniendo muy en cuenta la opinión de los dos junteros que resultaron de las candidaturas independientes de Zuia y Zigoitia.

Entremos en materia. ¿Cuáles son las fortalezas de la Cuadrilla del Gorbea? Véndamela.

-En cuanto al entorno se refiere, nadie puede discutir que se trata de un enclave estratégico de atracción turística, desde el parque natural del Gorbea y las cascadas de Gujuli, hasta el pantano de Ullíbarri-Gamboa y la mitad occidental del embalse del Zadorra, que abastece de agua a Bilbao y Vitoria-Gasteiz, y sirve además de lugar de asueto para miles de alaveses, que practican en él deportes náuticos y toman baños. De ahí, nuestro esfuerzo en materia de turismo para atraer visitantes y que se nos conozca. Pocas zonas pueden decir que tienen desde montaña hasta playa, sin olas, pero playa al fin y al cabo. Otro atractivo viene de nuestra cercanía con la capital, ya que los servicios que aquí no podemos ofrecer, están muy próximos.

¿Y las debilidades?

-Pues lo de la proximidad con Vitoria-Gasteiz es una espada de doble filo, ya que -si bien en materia laboral ya sabemos que está difícil, y por mucho que hagamos, la inmensa mayoría de la población se va a seguir yendo a trabajar allí- en servicios estamos obligados a mejorar, porque no queremos que nuestros pueblos se conviertan en ciudades dormitorio. Vamos, que esta muy bien tener cerca los servicios de Vitoria, pero no podemos perder de vista la importancia de mejorar nuestros comercios y el transporte, de cara a que la población haga vida en la comarca.

Presentada la zona, vayamos al trabajo de la Cuadrilla. ¿Es buena la relación con los Ayuntamientos? ¿Qué servicios les presta?

-La relación es muy cordial. Desde la cuadrilla se da a los municipios técnicos socio-culturales y de euskera, trabajadoras sociales, personal de promoción económica y turismo, archivo, auxiliar administrativo y medio ambiente, así como técnicos urbanísticos, aunque estos últimos son de empresas externas subcontratadas. En resumen, serían en torno a once trabajadores, y hay que darle una vuelta de tuerca a este tema, porque si realmente queremos dar valor a la figura de las cuadrillas, hay que dotarlas de presupuesto y estabilidad de personal. Ahora mismo, dependemos de lo que llega vía Fofel y Gobierno Vasco, y de lo que aportan los propios Ayuntamientos.

Entonces, ¿Cuáles son sus principales necesidades?

-Hay dos ámbitos claros a trabajar. El primero sería un área de Igualdad, que no existe; y el otro, el Medio Ambiente. El actual técnico lo tenemos porque lo pagan entre tres de los seis ayuntamientos, cuando antes se hacía cargo el ente foral, a través de la Agenda Local 21, pero se retiró. Tenemos una de las mejores mancomunidades de basuras, pero la gestiona un consorcio, no la cuadrilla; así como municipios pioneros en materia de Biomasa y compostaje, como es Aramaio, pero se lo financia el propio Ayuntamiento. Ya estamos trabajando para que estos servicios, así como el de euskera, se nos paguen desde la Diputación alavesa. Otro tema no menos importante es dar continuidad a los planes de empleo que ya están sobre la mesa, pero que hay que activar, sobre todo en materia de apoyo a emprendedores, dada la tasa de desempleo que, en algunas zonas, roza el 13%. También ayudas de contratación de personal para dar servicios a los Ayuntamientos, e impulsar el relevo generacional en las explotaciones agrarias y ganaderas, que son el sector más destacado de nuestra comarca.

Mucho trabajo por hacer. Entonces, ¿qué retos se ha marcado para esta legislatura?

-Hay una marca que se está trabajando junto a hostelería, artesanos, agricultores, ganaderos y hoteles, que es Gorbeian Zure Etxea. Su objetivo es que, además de dar a conocer la zona como destino turístico, también englobe a todos estos servicios y productores alimentarios y artesanos locales, de cara a fomentar la venta de sus productos. Se está haciendo de la mano de la zona vizcaína de Gorbeialdea, y el reto sería ponerla en marcha ya, tras años de trabajo. Más allá de esto, mi intención personal pasa por potenciar la cuadrilla, de cara no solo a los seis ayuntamientos, sino a toda la población. Que la gente sienta como suya la Cuadrilla de Gorbea y este orgullosa de ser parte de ella. Somos una zona muy heterogénea, ya queda por delante una gran labor para conocernos los unos a los otros, y unirnos. Está mal decirlo, pero ni yo mismo sabría localizar correctamente alguno de nuestros muchos pueblos.