agurain - Una chaqueta por un libro, una película por un collar o un juego por unos zapatos. Éstos fueron algunos de los trueques que se llevaron a cabo ayer durante la celebración de la tercera edición de Musutruk de Agurain. “La condición indispensable para poder participar es traer algún objeto útil para intercambiarlo por otro”, explicaban desde la comisión socio-sanitaria organizadora del evento.
Decenas de personas se acercaron hasta la plaza Dulantzi de Agurain para intercambiar objetos, comprar productos, participar en los talleres o, simplemente, intercambiar experiencias. Sobre las mesas principales se mostraban zapatos, bolsos, collares, chaquetas de bebé, pantalones cortos e incluso unos guantes de ciclista de talla pequeña, entre otros. Éstos últimos fueron adquiridos por Carmen, quien pagó con el punto recogido anteriormente al depositar otros productos en la mesa adyacente.
“Yo he traído unos cuentos de mis nietos”, comentaba Isabel mientras los de sacaba de la bolsa para su exposición en la mesa. La céntrica plaza de Agurain se convirtió por unas horas en centro de reunión de grandes y pequeños dispuestos a dejar atrás el consumismo. “El requisito indispensable, es que los objetos o artículos que se aporten estén en buen estado”, explicaron desde la organización. Algunos, como Julia, dieron primero una vuelta por los puestos para seleccionar lo que deseaban intercambiar y, en una segunda vuelta, adquirir un puzzle y un libro para los pequeños de la casa.
Los asistentes pudieron disfrutar además con talleres de comida fría, en colaboración con la Asociación ALAI, o de juguetes de material reciclado a cargo de la asociación Elder; de stands sobre comercio justo con Setem, o de una exposición de trabajos realizados en los talleres de inserción de Cáritas. - E.S.P.