La villa de Artziniega ya está engalanada para acoger, entre las 10.20 y las 21.30 horas de hoy sábado, una de sus citas más señaladas: el Mercado de Antaño que, cumple su mayoría de edad. La cita -acuciada como todo por la sempiterna crisis- ha podido salir adelante, por cuarto año consecutivo, gracias a un grupo de hosteleros locales y con la colaboración económica del Ayuntamiento de la localidad ayalesa.
Con todo, la que verdaderamente da el do de pecho en esta cita es la población, que volverá a salir a la calle ataviada con ropajes de época, y volverá a lograr que esta hermosa villa medieval fundada en 1272 retorne por unas horas al siglo XV. A ello ayudarán 150 puestos callejeros, 30 de ellos locales, así como cinco grupos de animación, y elementos ya tradicionales como el arca de Ginés, el lavadero, el desfile de tocados, el campamento de guerreros, el despiece del cerdo, pintores de la corte, la fragua del herrero, la talla de cuernos... O el despliegue del Museo Etnográfico que, con ocasión de esta XVIII edición, “elaborará tejas a la antigua usanza, entre otras sorpresas”, según avanzaron, sin querer desvelar más, sus responsables.
Aunque son cada vez más las localidades que organizan mercados medievales, el de Artziniega puede presumir de una solera indiscutible. Gracias a la cuidadosa organización del evento y todos los detalles que se tienen en cuenta para construir la atmósfera de la Edad Media, ha logrado una fama inigualable. De hecho, son muchos los alaveses que llegan de otras partes del territorio para disfrutar de esta jornada.
Eso sí, los que lleguen en coche deberán andarse con cuidado. Con motivo del mercado, desde el viernes esta prohibido aparcar en las plazas de Artekale y del Frontón, y existirá servicio de grúa para aquellos vehículos que no hayan sido retirados. Además, se comunica a todos los vecinos del casco histórico que, hasta primeras horas del domingo, han quedado inutilizados los contenedores de esa zona, por lo que se pide no sacar basura a la vía pública y usar los puntos de recogida más cercanos..
Visita al pueblo. Quienes acudan por primera vez a disfrutar del mercado medieval están en la obligación de visitar también el pueblo. Apiñado sobre una colina a pocos kilómetros del valle burgalés de Mena, su virtud es su encantadora sencillez, con el recoleto casco viejo de calles empedradas, caserones renacentistas y dos casas-torre. Otra opción interesante es acercarse al santuario de la Encina, así llamado porque le acompaña un viejísimo ejemplar de este árbol.