la Acampada Internacional contra el Fracking que se celebra desde este pasado lunes en Subijana de Álava se prepara para recibir hoy a un buen puñado de nuevos visitantes, aprovechando el tirón del fin de semana, del buen tiempo -pese a la amenaza de tormentas- y de reclamos musicales como Esne Beltza. Quedan atrás más de 50 actividades entre mesas redondas, talleres, charlas, proyecciones e intervenciones artísticas de todo tipo que han convertido a este espacio, muy cercano al punto donde se proyectó el asalto del fracking a Álava, en un semillero de ideas y punto de encuentro para el activismo de media Europa y parte del mundo.
La participación en la #frackanpada, que durante las pocas horas que restan para su finalización cambiará ese cariz eminentemente didáctico por el festivo, ha superado todas las expectativas de sus organizadores, un éxito que no habría sido posible sin el buen funcionamiento de todos sus mecanismos internos. De esos intangibles sin los que una experiencia autogestionada de estas dimensiones no podría salir adelante. Sólo el martes, primer día fuerte de la #frackanpada, se repartieron nada menos que 250 cenas.
Nombres como los de Mikel Otero y Luis Casado, dos de las caras más visibles de Fracking Ez Araba, acumularon casi dos semanas durmiendo prácticamente a diario en Subijana antes del pistoletazo de salida de la #frackanpada, que gracias al auzolan previo, en el que tomaron parte cerca de 50 personas, pudo estar a punto desde el mismo lunes 13. A falta de numerosos ajustes, eso sí, porque nadie sabía entonces a ciencia cierta cuántas personas se presentarían allí, dado que “esto no es como un congreso, donde la gente se apunta antes”, argumenta el también activista antifracking Luis Karlos García.
A partir de esa jornada de presentación, a Subijana de Álava han llegado personas de todas las edades y procedencias, no solamente a compartir sus experiencias y luchas contra el fracking y otras amenazas, sino a escuchar y sobre todo a aprender. Vascos de todos los territorios históricos, muchísimos catalanes, gentes de buena parte del Estado, desde las Castillas a Madrid o Andalucía, de países europeos como Francia, Alemania o Inglaterra y de más al Este, como Rumanía o Ucrania, y también de Norte y Suramérica. “Uno de los rasgos de la #frackanpada ha sido la ensalada de procedencias”, certifica García, que durante estos últimos días se ha ocupado de la comunicación del evento.
Para hacer funcionar un camping de estas dimensiones, en el que se ha intentado tener la mínima dependencia posible de las fuentes de energía tradicionales, se ha utilizado un generador, imprescindible para hacer funcionar -entre otras cosas- los equipos electrónicos empleados en las actividades, pero al mismo tiempo se han empleado placas fotovoltaicas y un curioso artilugio para la cocina, un horno solar parabólico que también se alimenta de la fuerza del astro rey.
En un día despejado, esta herramienta que ha sido proporcionada a la #frackanpada por la firma vitoriana Taer Solar puede hacer hervir un litro de agua en sólo quince minutos gracias a sus 1.400 watios de potencia. El único inconveniente, que su superficie debe estar reluciente para absorber toda la intensidad del sol y que en el lugar donde se está celebrando el evento hay bastante polvo, muy avivado estos días por la ausencia de lluvias. La organización de la #frackanpada se ha afanado también en reducir al mínimo necesario el gasto de agua, para lo que se ha empleado un depósito que ha surtido a sus diferentes emplazamientos. Todo esto deja “una reflexión de fondo” para García, que “muchas veces se hacen unos gastos que no son necesarios”.
El colectivo gasteiztarra Cocina de Guerrilla, una experiencia construida a partir de la filosofía de la soberanía alimentaria, ha sido el encargado de la parte culinaria de la #frackanpada, ayudado también por un grupo numeroso de voluntarios. La carpa principal del evento, donde se han desarrollado también actividades diarias, ha sido el improvisado comedor de todos los asistentes a la cita, que han dispuesto de un bono diario de siete euros que les ha permitido desayunar, comer y cenar. Al terminar cada comida, cada asistente recoge su plato y lo friega para hacer más sencillo todo el proceso. “Se cuenta con la colaboración de la gente para todo”, explica García en este sentido. Por las mañanas, una asamblea sirve para poner sobre la mesa pegas, opiniones y necesidades a las que se trata de buscar solución de forma consensuada.
equipo de cuidados Otro de los pilares fundamentales de la #frackanpada ha sido sin lugar a dudas el llamado equipo de cuidados, encargado de buscar solución a los problemas que puedan darse durante el evento. Fundamentalmente, dando cobertura a la gran cantidad de extranjeros que se han acercado hasta Subijana, muchos de los cuales ni quiera saben hablar inglés. “Gente que puede quedarse un poco colgada y a la que hay que echar una mano”, certifica García.
El punto de información situado en el acceso de la #frackanpada ha tenido estos días “mucho curro”, un espacio “imprescindible” para asesorar a todos los participantes sobre cualquier aspecto de la cita que les pueda interesar: cuándo son las charlas o los talleres, en qué espacios -hay cinco, en los que las actividades se han desarrollado simultáneamente en muchos momentos-, cómo funcionan las comidas, cómo se puede viajar a Gasteiz en autobús desde allí. “El tema del transporte podría haberse montado mejor”, reconoce el activista.
Como apunte curioso, una activista rumana que dio el martes una charla en la #frackanpada, se desplazó hasta Subijana andando, durante dos horas largas, por el camino que transita por Gometxa y Ariñez, después de llegar a Bilbao en avión y de allí a Vitoria en autobús. Otro que llegó andando hasta Subijana, pero durante bastante más tiempo, fue un peregrino que estaba realizando el camino de Santiago y que, después de encontrarse por sorpresa con la #frackanpada, decidió sumarse a ella por una noche.
Buena prueba del crisol de culturas en que se ha convertido Subijana estos días han sido los seis idiomas en que se han desarrollado las distintas actividades del programa, euskera, castellano, inglés, francés, alemán y catalán. De ahí que también haya sido imprescindible contar con un sistema de traducción eficiente, con el objeto de dar respuesta a esa ensalada de procedencias que también ha marcado la asistencia a la #frackanpada. Sistema que, según confiesa García, “ha funcionado bastante bien”. Las traducciones de las charlas, las mesas redondas o los talleres se han emitido simultáneamente a través de unos pequeños transistores “de toda la vida” y en dos idiomas, castellano e inglés, lo que ha permitido realizar un importante número de actividades en euskera y que todos los asistentes las comprendan. Cada una de las dos lenguas ha ocupado una frecuencia radiofónica libre.
Uno de los lugares más especiales dentro de la #frackanpada ha sido el txiki-txoko, una suerte de guardería para los más de diez niños que se han acercado estos días hasta Subijana acompañados por sus padres. Un espacio en el que, además de disfrutar del juego e incluso de una pequeña piscina infantil, también han podido aprender a cultivar un huerto y han reído y hecho volar su imaginación con los cuentacuentos y dos talleres de clown y de cajas nido. En otro espacio más cercano a la carpa principal se ha practicado artivismo, mediante un panel donde muchos asistentes han podido dejar reflejadas sus sensaciones y reflexiones en torno a la #frackanpada o el propio fracking. Alguien se ha acercado hasta Subijana “por amor a la vida”. Otro u otra participante, porque “siempre nos dijeron que luchásemos por nuestras vidas, pero no podemos olvidarnos de nuestra lucha”.
Durante estos días, un grupo de activistas de Fracking Ez ha estado documentando visualmente la #frackanpada y todos estos engranajes que la han hecho posible. Un testimonio imprescindible para una semana inolvidable.