El sonido de la música de las barracas dio paso el pasado sábado por la tarde a la solemnidad del tambor. Desde la plaza del Ayuntamiento de Araia cerca de un centenar de tamborreros, gastadores y barrileros enfilaron los primeros pasos de la que ha sido la tamborrada del siglo en la localidad. A ambos lados de la calle cientos de personas se agolpaban para ver pasar el desfile, uno de los más antiguos de entre los que existen en la actualidad y uno de los 20 primeros que se fundaron desde que existe memoria de eventos similares a partir del siglo XIX y, por supuesto, la primera tamborrada creada fuera de Donostia.
Los primeros sones llegaron de los palillos de la tamborrada de Araia, impulsada en 1915 por el donostiarra Félix Alcorta Arana (1877-1962), miembro de Euskal Billera y residente en la villa en aquella época. Ya en la calle Santsaerreka salieron a su encuentro cerca de un centenar de miembros de la sociedad Euskal Billera, de Donostia.
Los hombres desfilaron con pantalón y camisa blanca, chaleco negro, boina azul y pañuelo rojo, mientras que las mujeres vistieron pantalón negro, camisa blanca, chaleco verde, txapela y pañuelo rojo. Además, los barrileros y gastadores fueron ataviados de cocineros.
Un emotivo abrazo entre los tambores mayores de ambas formaciones, Enara Egurrola, por parte de Araia, y Xabier Benegas, por parte de Donostia, fue respondido con un sonoro aplauso por parte del público que aguantaba estoicamente el sofocante calor reinante en la localidad a las ocho de la tarde. El gesto fue el primero de los muchos que se dispensaron a lo largo de la tarde y que pusieron de manifiesto la buena sintonía entre ambas formaciones. Frente a frente ambas tamborradas interpretaron un tema musical para “dar la bienvenida y agasajar” a sus compañeros.
Bajo un silencio sepulcral comenzó el desfile de tamborreros, gastadores y barrileros. La marcha de San Sebastián o Araia fueron algunas de las piezas que interpretaron alternativamente las dos compañías. La primera parada llegó junto al palacio de los Ajuria, uno de los puntos junto a la plaza de la iglesia donde más público se aglutinó.
“¡Enara, guapa, tú si que vales!”, gritaban sin cesar los allí congregados a la tambor mayor que, durante todo el acto, no perdió en ningún momento la sonrisa. Llegó una segunda parada sobre el primer puente para después colocarse todos en la plaza frente a la sociedad Aitzbarren como homenaje a este colectivo, que se hizo cargo en 1973 de la misma. La plaza entre el frontón Iturbero y la iglesia de San Pedro se convirtieron en escenarios centrales del acto del centenario. “Llevo toda la tarde con la piel de gallina”, reconocía Mariví, una de las asistentes al evento.
Un recuerdo emotivo En primera fila los miembros de la familia de Félix Alcorta Arana, con su hijo Melchor, de 94 años, a la cabeza. Todos visiblemente emocionados por lo emotivo del acto. “Es un orgullo poder celebrar algo así”, explicaban.
Los organizadores del evento no dudaron en señalar que “hoy es un día grande y especial. Han pasado ya cien años desde que Félix Alcorta Arana iniciara con un grupo de jóvenes esta tamborrada que ha crecido tanto hasta llegar a lo que es hoy. Un colectivo de más de 90 tamborreros, barrileros y cocineros además de otros 140 componentes de la tamborrada infantil”, explicaba al micrófono Ángel Martínez de Contrasta.
A lo largo de cien años muchas han sido las cosas que han pasado, “y todas ellas han servido para fortalecer y consolidar lo que en estos momentos podemos decir con orgullo que es el emblema de Araia y por su puesto el elemento más importante de nuestras fiestas”, añadía Kepa Gordejuela en euskera.
Todo ello para festejar la efeméride que recordó cómo en 1915 Félix Alcorta, nacido en San Sebastián en el año 1877, miembro de la Sociedad Euskal Billera de San Sebastián y vecino de Araia desde 1904, animó a los jóvenes de la localidad a crear una tamborrada para animación de las fiestas de San Pedro. Él mismo dirigió el desfile hasta el año 1930.
Como en 100 años ha llovido mucho, durante el acto en la plaza los organizadores aprovecharon la ocasión para realizar “un reconocimiento a todos los directores que han sido el alma de la tamborrada desde su inicio con Félix Alcorta hasta la actualidad con Enara Egurrola”. Por el escenario fueron desfilando aquellas personas importantes para el evento, como Juan Carlos Irizar, natural de Oñate (Gipuzkoa) y autor de la pieza Araia. También tuvieron su momento Javier Letamendi, quien durante muchos dirigió la tamborrada, y los tambores mayores presentes en el acto, Egurrola y Benegas. Éste último intercambió regalos con el pueblo de Araia y elogió la figura de Egurrola porque “ahora mismo está rompiendo una barrera muy importante porque es la única tambor mayor que existe en el mundo”. Una vez abajo, ambos intercambiaron sus makilas y al unísono interpretaron La marcha de San Sebastián mientras cantaba el coro de Araia y un grupo de jóvenes de la localidad interpretaba un baile.
Sin duda, este año el sonido del tambor ha retumbado más fuerte que nunca en las calles de Araia porque no todos los años se puede celebrar que su tamborrada es centenaria.
Un poco de historia. Cien años dan para mucho. Así, en Araia pueden relatar los problemas que tuvieron los primeros desfiles con el alquiler de los trajes, cómo decoraban los tambores realizados con latas de pimentón, cómo ideaban el diseño de las carrozas que tuvieron un protagonismo especial durante muchos años, la confección de los trajes con sobrecamas o el amago de suspensión por parte del cura del pueblo. Todo ello forma parte de la pequeña gran historia relacionada con la tamborrada.