lantziego - Héctor Eraso, gerente de Enoaventura y promotor de las Jornadas de Inicio al Conocimiento del Aceite de Rioja Alavesa, se mostraba ayer especialmente satisfecho. “Este año ha venido más gente que en la primera edición y a todos lo que más les ha llamado la atención, a sido el contemplar cómo funciona la maquinaria tradicional y el proceso de decantación del aceite”, explicaba. Apoyado por la Mesa del Aceite y el Olivo, los numerosos visitantes disfrutaron de la riqueza emergente que supone el fruto de los olivos Arroniz de esta comarca en una jornada a la que acudieron personas tanto de Álava como de otras regiones vecinas, concentradas en el Trujal de Lantziego para contemplar cómo se molturan las olivas desde tiempos remotos. El escenario era impecable, un antiguo edificio de piedra de sillería arenista con un enorme portón abierto donde una cuba receptora estaba llena de olivas recolectadas para la ocasión. De allí pasaban a contemplar de cerca los diferentes artilugios para moler: el molino de rulos, la batidora, la prensa, la bomba hidráulica, el sistema de arados y los depósitos decantadores.
Según se explicaba a los visitantes, la molturación se lleva a cabo en el molino de rulos o muelas cónicas de granito que estrujan el fruto y el hueso. La pasta que se forma pasa a las batideras, donde se bate y calienta, para después ser extendida en unos capachos o discos de esparto, piezas circulares y planas, con un orificio redondo en el centro, que se ensartan en un eje capaz de albergar una media de 95-100 capachos, lo que significa una carga aproximada de 450-500 kilos. Los capachos se colocan en una prensa hidráulica que presionará durante noventa minutos. El aceite de esta primera prensada es el aceite virgen que se recoge en una cubeta y se deposita en los depósitos decantadores para su decantación natural y eliminación de impurezas. Acababa esta operación, se almacena en grandes silos hasta su posterior expedición.
Tras visualizar ese trabajo artesanal, vigilado por varios operarios en medio de un ruido ensordecedor por el girar de las piedras de granito, los visitantes pudieron disfrutar de un almuerzo perdido en las ciudades, aunque durante muchos años fue el habitual de varias generaciones de niños: las rebanadas de pan untadas con aceite a las que algunos frotan previamente ajo o añaden pimentón rojo.
Tras disfrutar del almuerzo, los visitantes se desplazaron hasta el trujal de Iekora, la antigua instalación que tuvo esta localidad y que en la actualidad, por impulso de su alcalde, Iñaki Ibañez, se ha convertido en un espacio museístico en el que se ha recuperado la vieja maquinaria para disfrutar y conocer la historia y los procedimientos de extracción del aceite en la cultura riojanoalavesa.
Con esa última visita concluían las cinco jornadas dedicadas a la promoción del Aceite de Oliva de Rioja Alavesa, que comenzaron la pasada semana y con las que se ha recorrido todos los espacios de interés sobre esta actividad, incluso a través del deleite de las degustaciones, pues tanto Lapuebla de Labarca como Laguardia han ofrecido estos días pintxos inspirados en este producto.
pintxos en laguardia De hecho, Laguardia vivió el sábado la segunda Jornada Gastronómica del Aceite de Oliva de Rioja Alavesa de la mano de los establecimientos Como vino para chocolate, Cueva de Lobos, Bar Jubilados, Pola, Taberna Berria, Bodegón, Batzoki, Pórtico, Mayor de Migueloa, Mahasti, Arbulu, Tertulia y Biazteri, que participaron con espectaculares creaciones de pintxos en los que el aceite de oliva era la inspiración común. En cada uno de ellos esperaba una sorpresa al precio de dos euros, si estaba acompañado de un vino joven, y dos euros y medio si el vino era un Crianza. Hace una semana fue en Lapuebla de Labarca donde la hostelería local también se sumo a esa ruta de pintxos y, en ambos casos, la afluencia de visitantes fue muy numerosa.
EnoAventura está celebrando estas jornadas dentro de su línea de Experiencias Flor de Arróniz, una línea de actividades turísticas centradas en el aceite de oliva y creadas para cumplir los objetivos del proyecto Arroxa para la dinamización del patrimonio y los productos gastronómicos del entorno de Rioja Alavesa, en el que trabaja la empresa organizadora. Se trata de un proyecto turístico cuyo objetivo principal es dinamizar el turismo gastronómico del entorno de Rioja Alavesa, promocionando e impulsando el consumo de sus productos y a la vez mostrando la variedad y el valor del patrimonio y los atractivos turísticos vinculados a ellos. Actividades como las de este fin de semana se desarrollan en los trujales y los principales municipios oleícolas de la comarca alavesa, los cuales colaboran como anfitriones.
En concreto son los municipios de Moreda de Álava, Oion, Lantziego, Lapuebla de Labarca, Laguardia y Iekora, que cuentan con una larga tradición oleícola visible a través de sus cuatro trujales en activo: el Trujal Cooperativo La Equidad de Moreda, el Trujal Cooperativo San Vicente de Oyón, el Trujal Municipal de Lanciego y el Trujal Almazara de la R.A. de Oyón, así como los recientemente rehabilitados y abiertos al público Museos del Aceite de Oliva de Barriobusto y Antiguo Trujal de Iekora. Estas instalaciones también colaboran con el evento y abren sus puertas para permitir al visitante apreciar todos sus secretos.
A partir de ahora comienzan los preparativos para la celebración, en el mes de marzo, de la fiesta del aceite de oliva en Rioja Alavesa. En ese acontecimiento se dará a conocer la calificación del aceite de la última molturación, la de este año, y además la localidad anfitriona, Moreda de Álava, acogerá un impresionante mercadillo agroalimentario así como visitas a los olivos centenarios y a las instalaciones de la Cooperativa La Equidad.