en una ciudad ni grande ni pequeña como Gasteiz, tan conservadora en numerosos aspectos, también es posible encontrar ventanas comerciales alternativas que suponen un soplo de aire fresco, rincones únicos en su género. Espacios que, además, tienen el enorme mérito de haber sobrevivido a las cornadas de la crisis económica reinventándose cada día, pese a no contar con una clientela amplia. O precisamente gracias a ello, porque el hecho de que ésta no sea multitudinaria no está reñido con su fidelidad, sino todo lo contrario.

Cómics japonenes, juegos de rol, superhéroes en miniatura, ropa gótica o psychobilly, vinilos ochenteros de segunda mano... Son sólo unos pocos ejemplos de lo que los clientes de Ronin, La Morgue o El Perro Encendido, tres de esos comercios vitorianos que siguen su propio camino, pueden encontrarse entre sus pobladas estanterías. Sus responsables han abierto la puerta a este periódico para conocer parte de su exitosa fórmula.

La librería Ronin, que este pasado miércoles cumplió dos décadas clavadas de existencia, merece un capítulo aparte debido a su extraordinaria longevidad. Rubén de Miguel, su propietario, recuerda como si fuera ayer cuando en 1994, durante su época de estudiante, puso en marcha este negocio que a base de “bastantes sacrificios” aún logra salir adelante. Para muestra, un botón. “Seguir aquí tiene cierto mérito, porque somos el único comercio que queda en esta calle”, recuerda De Miguel. Se trata de Pintor Jesús Apellániz, una vía escondida en pleno barrio de San Martín y de escaso tránsito. Hábitat de los ronianos, “frikis de toda índole que conforman la fauna y flora de la librería” -así se define Ronin en su perfil de Facebook-, su oferta abarca desde el cómic tanto americano como japonés y europeo, hasta la literatura fantástica y los juegos “en general”, tanto de tablero, como de cartas coleccionables o miniaturas.

Ronin siempre ha sido el particular paraíso para los amantes de los juegos de rol en Gasteiz y, de hecho, la tienda sigue centralizando todos los campeonatos de este tipo que se celebran en la ciudad. De Miguel, ferviente aficionado, también enseña a jugar a las nuevas generaciones. No obstante, la pujanza de los videojuegos y la falta de relevo generacional han hecho que esta práctica “ya no esté tanto de moda” como hace sólo unos años. El futuro del libro físico también preocupa al comerciante, a la vista del boom que han experimentado las tablets y los e-books. Todo ello se une a una crisis que “se ha notado muchísimo, sobre todo en estos dos últimos años”, donde el rosario de cierres ha sido diario.

El secreto para sobrevivir se sustenta, por lo menos, en dos premisas. O en una que da pie a la segunda. “Damos un asesoramiento personalizado sobre todo lo que tenemos. Me pongo al día, y eso es algo que el comercio on-line o una gran superficie no te da”, advierte el profesional. De ahí, lógicamente, ha surgido una clientela “más o menos fiel”, de muchos años de antigüedad, que han hecho de Ronin un tradicional punto de encuentro para los amantes de estos géneros. “Muchas veces soy como el camarero de un bar. Aquí he hecho bastantes amistades”, reconoce De Miguel

Los “altibajos” que sufre el negocio, como tantos otros, hacen dudar al librero sobre cuánta vida por delante le queda a Ronin, pero a la vista de lo logrado hasta ahora cualquier cosa puede esperarse. “La cosa está muy mal, pero aguantamos”, zanja el profesional, que acaba de poner en marcha un blog sobre Juego de Tronos, una serie que le apasiona, llamado Deconstruyendo canción de hielo y fuego, “que es el título real de toda la saga” -matiza-.

De un abuelo dentro del comercio alternativo de Gasteiz este recorrido pasa ahora a un bebé, una nueva tienda de ropa, menaje, merchandising, coleccionismo y toda clase de frikadas para todos los públicos que acaba de abrir sus puertas en el número 19 de la calle Gorbea. Se trata de El Perro Encendido, un proyecto encabezado por Juan Vera que ha pasado de marca de ropa a la venta por Internet a proyecto de franquicia. “Para que la gente se haga a la idea de lo que es esta tienda les remito a las Disney Stores, pero a la bestia. No voy a traer princesas, pero sí mucha fantasía, animación y terror”, enumera el joven. Figuritas de la mítica Star Wars, una réplica de un gremlin y de muchísimas más sagas fantásticas, tazas, cartas coleccionables...

Aunque, quizá, el producto estrella de la tienda sean las camisetas, porque tienen el valor añadido de que muchas de ellas han sido diseñadas por el propio Vera. Su propia marca, que también se llama El Perro Encendido. El público infantil y juvenil también tiene su espacio en este establecimiento, que estos días luce un imponente cartel de vuelta al cole en su escaparate. Mochilas, agendas y todo tipo de material escolar, surgen entre la oferta de la tienda, que este sábado vivirá su fiesta de inauguración oficial con regalos y otras sorpresas.

“Queremos que esta tienda no sólo sea un espacio al que venir a comprar”, anhela Vera, que reconoce iniciar esta nueva etapa “con acojono”, porque “hay que ser realistas” con la actual situación económica. De hecho, está previsto que a partir del próximo mes de octubre se impartan diversos talleres y cursos en la tienda, desde escritura para niños, guión de cómic para adolescentes e incluso de guión para cortos y relatos, a cargo del guionista Joseba Gómez. Las charlas frikis o los talleres de cuenta-cuentos también tendrán su espacio. “Estamos muy ilusionados con este proyecto”, asegura el propio Gómez.

De camino al Casco Viejo, otra parada obligatoria dentro de este breve repaso al otro comercio se encuentra en La Morgue, ubicada en el número 118 de la calle Correría, y que es mucho más que una Gothic Shop como ella misma se define en su perfil de Facebook. A los mandos de esta oscura nave se encuentran desde febrero de 2010 Verónica Rueda y Nando Fausto, tras un periplo inicial de seis años en Madrid, también como La Morgue. La ropa y los complementos conforman la oferta principal de esta tienda: Moda punk, rocker, psychobilly, camisetas de películas de terror traídas desde los Estudios Universal de Los Ángeles, abrigos “únicos”, chisteras, bombines, calzado, una amplia gama de bolsos, cortinas para la ducha... E incluso ropa para bebés.

Entre las últimas adquisiones de Rueda, un salero y pimentero de La Familia Monsters. “Tenemos un público fiel y cada vez vamos a más. En estos tiempos se aguanta arriesgando y trayendo cosas muy puntuales, jugándotela con las aduanas...”, reconoce la joven. Recientemente, por cerca de 300 euros de género traído de Estados Unidos tuvo que afrontar más de 100 en gastos de aduana.

Los constantes viajes que tanto Verónica como Nando realizan -él es bajista en la banda Los Carniceros del Norte, por lo que salen de gira frecuentemente- también sirven para importar género a Gasteiz desde tiendas especializadas de Londres o la propia Los Ángeles, el particular zoco de La Morgue. “Consiste en rebuscar y rebuscar y traer cosas puntuales, no pillar lo primero que veas sino comerte mucho la cabeza”, reconoce Rueda. De aquí a final de año los Carniceros saldrán de gira a la capital inglesa y a México, una buena oportunidad para hacer buenas compras.

La venta de vinilos, donde se combinan clásicos internacionales del rock, el garaje e incluso la electrónica con el punk de factura vasca, representa otra de las líneas destacadas de negocio de La Morgue, junto con los CD o los fanzines.