amurrio. "Me divorcié hace 15 años de mutuo acuerdo y hoy en día mis hijos ya son dos adultos, nada más y nada menos que de 25 y 28 años, narra Eva. Su padre -dice- ha tenido acceso y se los ha llevado cuando ha querido, incumpliendo el régimen de visitas y sin hacerse cargo de ninguno de los gastos que conlleva la paternidad. bajo estas circunstancias salí adelante como pude, pero jamás he interpuesto ninguna denuncia porque, para mí, lo primero siempre han sido y serán esos dos chicos, mis hijos. He llegado hasta a obligarles a ir a comer con sus abuelos paternos para que no pierdan el contacto con la familia. Siempre defenderé que lo verdaderamente importante es que ellos sean felices y, después, ya decidirán lo que quieren hacer el día de mañana. Porque que su padre y yo dejáramos un día de querernos no es su problema sino el nuestro".