Labastida. Nadie pone ya en duda que el cohete más vistoso y colorido de Rioja Alavesa es el de las fiestas de las Reliquias, de Labastida. Y es que en pocos minutos se suceden un montón de acontecimientos en la plaza del Ayuntamiento que, ayer, a pesar de la ola de calor africano, se llenó de un público entregado y dispuesto a disfrutar. El refrescamiento vendría después, con una pasada por la fuente.
A lo largo de la mañana habían ido llegando a Labastida numerosas personas deseosas de ver el espectáculo que es la bajada del pellejo. Antes de ese momento, previsto para la una de la tarde, los visitantes llenaban los bares y comercios de la localidad, que no daban abasto para atender a tantos clientes y mientras los recién llegados se debatían interiormente sobre cuál de los pintxos sería el primero en ser disfrutado y bien regado con vino de Rioja o txakoli fresquito. La verdad es que la hostelería se había volcado en imaginación, cantidad y variedad de pintxos para ofrecer a los clientes y que éstos volviesen a sus establecimientos.
Hacia la una de la tarde, todos, vecinos y visitantes, fueron accediendo a la plaza del Ayuntamiento, donde unos largos cables ya comunicaban el balcón de la Casa Consistorial con una ventana de la torre de la iglesia parroquial. En el balcón estaba Fernando Uriarte, concejal popular, junto a otras personas, pero era Uriarte quien llevaba en las manos el artilugio de madera para poder lanzar el txupinazo, algo que hizo a la hora en punto y tras lanzar un gesto de aprobación el alcalde, Ignacio Gil Orive, que se encontraba en el balcón vecino.
A partir de ese momento comenzó la algarabía a pie de calle. Las numerosas personas, especialmente grupos de jóvenes con camisetas blancas, por aquello de que se notase bien el color del vino sobre la ropa, se fueron moviendo hacia el centro de la plaza esperando que llegara a su altura el Pellejo, un simple y algo ajado pellejo de vino con un grifo de jardinería abierto desde el comienzo del recorrido, que iba derramando un chorro constante de vino, aunque quien tiraba de las cuerdas daba estirones para provocar que el chorro se dispersara para manchar al mayor número de personas. Los jóvenes más atrevidos se colocaron en formación tortuga como las tropas romanas, e iban siguiendo el chorro de vino según notaban que les caía.
Llegado el pellejo al balcón del Ayuntamiento se dispararon numerosos lanzadores de serpentinas y papeles de colores mientras los concejales comenzaban a tirar al público unos enormes globos de colores convirtiendo la plaza en una zona de juego donde varias decenas de enormes globos eran impulsados por golpes de los asistentes de una punta a la otra. Y mientras eso sucedía se sacó por la puerta del Ayuntamiento una gran red que se había llenado de globos de colores de tamaña más normal. La idea era que se quedaran a la altura del público, pero el aire que contenían los hizo elevarse con rapidez a las alturas y se perdieron de vista en medio del estupor general.
Terminado el txupinazo, la charanga hizo un recorrido por la calle invitando a vecinos y visitantes a disfrutar de estas fiestas, que están dedicadas a las Reliquias y cuyo día grande será hoy domingo, con la procesión que porta -dicen- las reliquias de algunos santos. Pero antes de la procesión habrá chocolatada ofrecida por la asociación musical Marrate, a las ocho de la mañana, y media hora más tarde será el primer encierro de vaquillas. A las once se hará un pasacalles con la banda de música Marrate, los gaiteros de Elciego y los gigantes y cabezudos. Y para los más pequeños se abrirá en las piscinas una zona de juegos hinchables, zona Wii, ludoteca y portería. A las doce será la procesión de las reliquias y a continuación habrá un concierto en la plaza. Para la tarde se ha reservado una nueva sesión de juegos para los pequeños en las piscinas para que los mayores puedan disfrutar de la pelota.