Síguenos en redes sociales:

¿Aparco de culo o de frente?

El parking marcha atrás aplicado en parte de la calle Valladolid se limita, por ahora, a dos carteles que instan a entrar de culo. Pero como aún no se han pintado las rayas, la mayoría de vecinos sigue optando por el sistema tradicional. Al otro le ven "muchas pegas".

la marcha atrás no va con los vecinos de la calle Valladolid. El equipo de gobierno inició la semana pasada la modificación del sistema de estacionamiento en un pequeño trecho próximo a Aranalde: de parking en línea a parking en batería con la exigencia de entrar en la plaza con el trasero. Pero el gesto, aplicado en otras ciudades, se limitó a la instalación de dos carteles a uno y otro lado del tramo informando del cambio. Ya está, sin rayas ni en la dirección tradicional ni a la inversa. Así que en los primeros días de ensayo los automovilistas se han enfrentado al dilema de hacer caso de los paneles, que no existen en el Reglamento General de la Circulación, o de practicar la vieja costumbre. Y la segunda opción ha triunfado. Afirman los afectados que, aunque salir de frente puede reducir el riesgo de accidentes al mejorar la visibilidad del conductor cuando se incorpora a la carretera, tiene "más inconvenientes" aparcar por las posaderas.

Pensar en el nuevo sistema de estacionamiento induce a los vecinos a imaginar golpes en los coches. Según dicen los residentes consultados por este periódico, la mayoría de los vitorianos "no sabe conducir marcha atrás" porque en la autoescuela "no se enseña". Alberto tiene claro que, una vez que el Consistorio pinte las rayas para delimitar las plazas -cosa que va a suceder-, intentará buscar hueco en otra parte. "No tengo ninguna gana de que me marquen el coche. Aunque me dejen un papelito de disculpa con el teléfono. Y eso es lo que va a pasar", predice. Su amigo Iker es de la misma opinión, aunque reconoce que "llegará el día en que por comodidad acabará ahí", ya que es de los que, tras cinco minutos buscando aparcamiento, empieza a tirarse de los pelos. Y en el barrio, apunta, "cada vez es más complicado" encontrarle sitio al coche.

Iratxe y Marta han comenzado a hacerse a la idea de que el parking de frente tiene los días contados y, por eso, el pasado fin de semana acudieron a un "aparcamiento vacío de un centro comercial" a practicar. "O eso o volvemos a la autoescuela o buscamos sitio en otra parte", apuntan las jóvenes, quienes también alertan de que el aparcamiento marcha atrás hace "más difícil" ver huecos libres. Jon, Ander y Natalia apuntan el mismo inconveniente, ya que los coches que están en primer plano aparcados "tapan las plazas vacías". O sea, que se aparecen ante el conductor cuando ya los ha rebasado. "Y puede que entonces no te dé tiempo a parar porque tienes otros coches a tus espaldas", explican los consultados.

Para resolver este inconveniente, la clave está en conducir a una velocidad moderada. Respecto al miedo a los golpes, los técnicos le restan valor. Según explican, al entrar de cara, se tiene menos visibilidad de la zona derecha delantera del vehículo, por lo que aumentan las probabilidades de colisionar contra cualquier elemento lateral. Por contra, al aparcar de espaldas, los espejos permiten encajar el coche con facilidad y, además, basta un ligero movimiento de volante para centrarlo en la plaza.

Lo que ningún vecino discute son los beneficios de salir de frente, aunque le parezca que en la balanza pesen más los inconvenientes. Al incorporarse a la carretera de cara, el campo de visión del conductor comprende la práctica totalidad de la vía, por lo que puede evaluar con relativa facilidad cuál es el mejor momento para incorporarse al tráfico. Sin embargo, si debe maniobrar marcha atrás, depende de los espejos y del escenario que puedan regalarle las ventanillas posteriores. Una visibilidad escasa que se convierte en nula cuando, además, el aparcamiento está dispuesto en perpendicular a la carretera y el vehículo es algo largo.