El Casco Medieval de Vitoria ha hibernado demasiado tiempo. Pero ahora que se está sacudiendo las legañas, gracias al proyecto de revitalización del Ayuntamiento, empieza a parecer un sitio distinto. Su riqueza patrimonial ha comenzado a recuperar el protagonismo que siempre había merecido. Y esa belleza, que mora en la fachada y penetra en el alma de la aldea, se ha convertido en un imán para negocios que exhalan encanto, creatividad, inspiración. En los últimos meses, varios locales decrépitos han vuelto a levantar la persiana, y el diseño se ha colado dentro en todas sus variantes: moda, decoración de interiores, escaparatismo... DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ha subido las faldas de la colina para conocer a algunos de los responsables de la otra revolución estética de la almendra.

pitiminí

"Nos sentimos como antiguos mercaderes en el esqueleto gótico del Casco Medieval"

Nada tiene que ver Pitiminí con los antiguos calceteros, sastres y marragueros de la primitiva aldea de Gasteiz, salvo el espíritu de mercader. "No trabajamos paños, ni lienzos, pero ofrecemos piqués, nidos de aguja y brioches, clásicos renovados, desde el esqueleto gótico del Casco", ensalza Miren González de Iztueta, dueña junto a su marido Jon Laburu de la espléndida tienda de moda infantil y de mujer que abrió el pasado mes de noviembre en el número 38 de la calle Correría. Es su primer Pitiminí en la colina, pero no en la ciudad. El de Gorbea funciona a todo trapo desde hace tres años. "Sin embargo, nos dimos cuenta de que gran parte de las clientas venía del centro. Y como nos daba tranquilidad que la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica estuviera detrás de este proyecto de recuperación, y yo soy vitoriana de toda la vida, decidimos buscar un local".

Miren y Jon desean contribuir con su "granito de arena" a la transformación del Casco. Y lo está haciendo con ropa de gran calidad y marcas exclusivas a precios muy razonables en una tienda mimada al detalle que combina lo rústico con estilo moderno. Tras una profunda obra, el local ha podido mantener los suelos de cerámica, las vigas de madera y una magnífica vidriera, que conviven con vistosas lámparas y paredes coloristas. Además, el establecimiento cuenta con un atractivo procedente de Normandía que nadie más tiene en Euskadi: cada vez que suena la hora en punto, empieza a sonar una alegre melodía y, de una ventana situada en la parte superior de la fachada, sale una muñequita rodeada de ovejas. Sin duda, Pitiminí tiene gusto. Y clase. Y se lo curra. Por algo se sitúa entre las cinco mejores tiendas de ropa infantil de las 47 que se reparten por la ciudad.

liquor shop

"Cuchillería es la mejor calle del Casco Viejo y nosotros, los mejores en nuestro universo"

A muchos de los jubilados que acuden a la sede de la Fundación Mejora se les van los ojos detrás del universo pin up, rockero y motero que Liquor Shop ha creado en la colina. "Y a muchos les gusta lo que vendemos", afirma Zuriñe Lebrero, encantada con la nueva ubicación de su negocio. En mayo del año pasado, dejó Zapatería para mudarse al portal 42 de Cuchillería. Quería un establecimiento más grande para, además de seguir despachando ropa y complementos, reservar un espacio al tatuaje y los piercings. La Agencia de Revitalización no tenía ninguno a su medida, así que se lanzó sola a la aventura. Y encontró lo que buscaba en "la mejor calle del Casco".

La propietaria de Liquor Shop confía en el poder de su negocio para contribuir a la reactivación de la colina. "Conseguimos que venga gente joven de día, y no sólo por las noches para tomar algo. Cuchillería es una calle con bastante vidilla de por sí, pero estamos notando más ajetreo conforme van abriendo negocios", opina esta luchadora, que con tesón ha logrado quedarse "con el mejor tatuador" del norte de España. Un tatuador sin piel marcada: Ismael Llano. Trabaja al final de la tienda, tras pasar las estanterías atestadas de Supercock, West Coast Choppers, Dark Side, Liquor Brand y Lucky 13. "Me gusta el blanco y negro más que el color. Y los dibujos realistas, aunque hago de todo", apunta este profesional. Ahora, con esto de la crisis, su cliente habitual es "aquél para el que el tatoo forma parte de su vida".

Lebrero está feliz con su fichaje. Y con lo que hace. Por eso no duda en echarse flores. "Somos diferentes, somos especiales, hemos sido pioneros al traer marcas, tenemos la exclusividad de tres de ellas. ¡Somos los mejores en lo nuestro!", sentencia.

punto de vista

"Herrería me ha dado el estudio desde el que crear escaparates que cuenten historias"

Ainhoa García de Madinabeitia llevaba cuatro años intentado adquirir un local en el Casco Viejo para montar su estudio. Hasta entonces trabajaba desde casa. Con la puesta en marcha de la Agencia de Revitalización, le llegó la oportunidad. Desde enero, el número 35 de la calle Herrería es el centro de operaciones de una mujer que cree en el potencial de la almendra y que dedica catorce horas al día a tres propósitos: confeccionar escaparates "que cuenten historias", ordenar los interiores de las tiendas "con ritmo comercial" y formar a empresarios para que vendan su local a través de la imagen. Sabe de lo que habla: es la única vitoriana en su ámbito con formación académica, trabaja para marcas como Nike, Scorpion y Thomas Burberry, y suyas son las vitrinas de Mariquita Pérez o Electrodomésticos Isasi.

El estudio se llama Punto de Vista, y no por capricho. Ainhoa ha trabajado al otro lado del mostrador, así que tiene la perspectiva tanto del escaparatista como del comerciante. Su local es la mejor prueba de su profesionalidad. Ha logrado conservar la piedra y las vigas de madera, y ha recuperado el ladrillo de la pared con un vistoso tono granate. Todo está estratégicamente colocado, incluso la butaca de la sala de espera, que mira a la entrada. "Los comerciantes deben darse cuenta de la importancia del escaparate, porque es un trabajador más de la tienda que sólo necesita mantenimiento, y componer mejor los interiores, sobre todo cuando, en el caso del Casco, el punto de partida es un diamante en bruto gracias a las alturas de los techos y los materiales nobles", apunta.

atrium

"Buscamos un local mayor para mostrar el microcemento y lo hallé en una calle emblemática"

Urbano Argote es un peso pesado en decoración de interiores. Le gusta lo que hace y se reinventa. Gracias a él, el Microcemento Futurcret ha llegado a Vitoria, un revestimiento con 62 colores impermeable y lavable que lo mismo se puede aplicar en suelos que muebles o baños. Y ese material es el motivo por el que desde el 8 de enero su local ya no está en General Álava. Necesitaba más espacio para exponer las muestras, y acudió a la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica para hacerse con un local en la almendra. "Quería estar en un lugar céntrico, y el Casco Viejo tiene un gran encanto, más aún con el proceso de recuperación puesto en marcha", opina este profesional, que encontró lo que buscaba en el número 40 de Correría, "la vía más emblemática de la colina, vinculada con el arte, las antigüedades, las exposiciones...". Con lo suyo.

El interiorista, que también ofrece los servicios de dirección de obras, coordinación de gremios y consultoría laboral, afrontó una obra muy intensa en la lonja. Al ser el resultado de la división en tres del antiguo Zaguán de los Detalles, a él le tocó el trozo que carecía incluso de luz y agua. Tras dos meses de reforma, la mano de Urbano salta a la vista. Cero rusticismo, y mucho microcemento en Atrium. "Queríamos un estilo moderno, funcional", explica este profesional, quien se alegra de que la figura del decorador de interiores "se valore cada vez más y se conozca mejor" en la capital alavesa. No obstante, "todavía queda gente que acude a un aparejador o a un arquitecto para que le hagan el proyecto de reforma de un local".

la morgue

"De pequeña leía junto a la Catedral y ahora tengo ahí la tienda que había soñado"

El nombre escogido habla por toda la tienda: La Morgue. Su propietaria, no obstante, es una chica muy despierta. La próxima semana abrirá las puertas del sueño de su vida a todos los vitorianos. Sabe que los dejará ojipláticos, pero confía en su capacidad de adaptación a la moda psycho, punky, siniestro, gótico y metal. "Esta ciudad necesita el puntito, el empujón, nada más", asegura Verónica Rueda. Y ella se lo va a dar en el número 118 de la calle Correría, a la sombra de la Catedral Vieja. "De pequeña iba a leer a la plaza de las Burullerías, era mi rincón favorito, así que cuando vi que este local se alquilaba, no lo dudé. Al día siguiente ya había dado la señal".

No es nueva en el mundo empresarial. Durante cinco años tuvo una tienda igual, nombre incluido, en Madrid. "Pero nació mi hijo, mi familia estaba en Vitoria... Así que volví". De allí se ha traído mucha ropa, y poco a poco incorporará material procedente de Inglaterra, Alemania y Estados Unidos. "No funciono con distribuidoras. Yo viajo, porque necesito ver y tocar", explica la joven, que se ha encargado en exclusividad de la decoración de la tienda: un ataud-armario en la entrada, vitrinas victorianas, butacas de terciopelo, diván de psiquiatra, carteles de Nosferatu, La novia de Frankenstein, Drácula... Y, si tiene tiempo para viajar a Galicia en los próximos días, completará el look con una mesa de autopsias. Será el broche de oro a su "tienda-museo".

habit

"Me encanta el Casco Viejo y ahora tengo el espacio para abrir una zona de exposición"

Chiquita 8 ya tiene dueña: la decoradora de interiores Amagoia Ariznabarreta, que hasta ahora desempeñaba su trabajo en un estudio de Zapatería. El nuevo local, de dos plantas, le ha dado la posibilidad de disponer, además, de una zona de exposiciones y de atención a los clientes a los pies de la Catedral Santa María. "Hacía tiempo que tenía en mente la idea, y ahora puedo materializarla en una zona más comercial del Casco Viejo", explica.

Amagoia está feliz por poder contribuir a la revitalización de la colina, un proceso que "se está llevando a cabo desde la Agencia con una gran ilusión y emocionando a la gente". Eso es lo que ella también persigue con su trabajo, satisfacer los deseos de quienes acuden a su estudio. "Me encanta el estilo ecléctico, como se ve en mi local: mezclar los materiales nobles, como la piedra o la madera, con otros más modernos. No obstante, siempre digo que el comercio o la vivienda va a ser para su dueño y, por eso, la decoración la hago a su medida", explica esta profesional. La prueba está en establecimientos tan encantadores como Pitiminí, Unicornio o la peluquería Ylang-Ylang del barrio de Zabalgana.

tisú

"Nos sentimos identificadas con Correría; por eso traeremos a esta calle nuestro mundo"

María Clé se dio a conocer con la presentación de sus diseños en la tienda Deli Room y en el Ayuntamiento de Córdoba, y junto a la firma La casita de Wendy, con la que colaboró realizando una línea de complementos para su colección de Cibeles del 2003. A partir de ahí, y en compañía de Patricia Blázquez en la parte técnica, crearon la marca María Clé Leal, con la que acudieron a la Pasarela Tendencias de Vitoria, dedicada a los jóvenes diseñadores. Su trabajo se vio recompensado al obtener el premio a la mejor diseñadora joven del País Vasco en el 2004. Con ese galardón se dio a conocer, pero será ahora cuando verdaderamente se expondrá al público. "Vendemos a tiendas de aquí, de Bilbao, Madrid... Pero queremos tener un taller-local con el que mostrar lo que hacemos y para que la gente nos vea trabajar".

La búsqueda de un espacio les ha llevado hasta el Casco Viejo. Y, en concreto, al número 36 de Correría. "Nos sentimos identificadas con esta calle, y aquí será donde se concentrará nuestro mundo", explica María. De momento, el local sigue cerrado por obras. Y ya lleva así dos largos meses. "Nos hemos metido en un fregado importante", afirma entre risas. El esfuerzo, no obstante, promete. Han conseguido rescatar la piedra de la pared, "tras rascar capas y capas", y las vigas de madera, que han sido tratadas en blanco. Un estilo clásico que se compensará con "estructuras lineales, pladur y parcheos de metal". Si se cumplen los plazos, a mediados de marzo llegará la esperada inauguración de la tienda. "Tenemos muchas ganas".