- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decidió ayer incorporar el cierre de las peluquerías a las restricciones que introduce el estado de alarma vigente desde la medianoche de ayer en España, pero permitirá que este servicio se pueda prestar a las personas mayores en sus domicilios por higiene.

Así lo anunciaron fuentes del Palacio de La Moncloa, que enmarcan esta rectificación del Gobierno en la reflexión que ha hecho Sánchez tras escuchar las sugerencias de los presidentes autonómicos, con los que mantuvo una videoconferencia.

Fue la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, la que hizo esta solicitud a Sánchez en este encuentro al entender que los profesionales de este sector, "tan numeroso en Madrid", y que tienen que estar "piel con piel en contacto con clientes" tuviesen que acudir a trabajar.

Al encontrar flexibilidad en el presidente, Díaz Ayuso se anticipó y anunció en un tuit ayer por la tarde que las peluquerías de Madrid cerrarían a partir de hoy, un anuncio que generó malestar en el Ejecutivo.

Como consecuencia, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se puso en contacto con ella para advertirle de que, bajo el estado de alarma "en este momento", no tiene "ninguna competencia legal" para ordenar el cierre de las peluquerías en Madrid, señalaron fuentes de Moncloa.

Illa le recordó que el Gobierno de España es "la única autoridad para adoptar decisiones respecto a la eventual suspensión de actividades comerciales". Según fuentes de Moncloa, la presidenta madrileña entendió el procedimiento.

Pero lo cierto es que el Gobierno rectifica una decisión que ya desde el mismo sábado, cuando se dio a conocer el contenido de las medidas del estado de alarma, no fue bien entendida por la opinión pública.

Así, la prestación de servicios de peluquería sólo se mantendrá en el conjunto del país "a domicilio, para garantizar la atención e higiene de las personas más vulnerables", que fue el motivo que llevó al Gobierno a decidir que estos negocios se mantuviesen abiertos bajo el estado de alarma, según las mismas fuentes.

Esta rectificación responde así al desconcierto e indignación generado en el sector peluquero. -Las peluquerías llevaban una semana con menos del 50% de su clientela y la mayoría decidió este viernes cerrar durante quince días para seguir en casa las recomendaciones oficiales. El anuncio de que puediesen abrir les sorprendió y lo dejaron claro: "lavar y cortar a un metro de distancia es misión imposible".

"No puede ser que se nos considere un artículo de lujo, con IVA al 21% y al mismo tiempo de primera necesidad. ¿En qué quedamos?", se preguntaba Cristina Aguirre, coordinadora de la Plataforma de Peluqueros Unidos de Navarra, en declaraciones a Efe. Aguirre señaló que en su trabajo "hay un contacto directo con las clientas", a 20 centímetros o menos, algo que tildó de contradictorio cuando las medidas de seguridad "señalan que tenemos que guardar una distancia de metro o de metro y medio". "Por favor, que nos expliquen cómo hacemos un servicio técnico a un metro y medio de distancia, nadie nos ha enseñado ni nos ha contado cómo podemos hacerlo así", abundó la portavoz.

También criticaban que la apertura de peluquerías fuese esencial "cuando ya hay soluciones en el mercado para poder lavarse el pelo sin necesidad de agua, como son los champús en seco".

Aguirre explicó que estos botes, que facilitan el lavado del cabello con un espray y un cepillado posterior, "permiten que la suciedad del pelo se elimine" y ya es una solución "más que utilizada en los hospitales cuando los tratamientos no permiten el contacto con agua o hay movilidad reducida".

Para esta clientela de movilidad reducida, alertaba la coordinadora, la apertura de peluquerías no es una solución, puesto que "la atención se realiza en el domicilio". Las personas que necesitan silla de ruedas "suelen venir con el pelo ya limpio, porque no las podemos mover al lavacabezas".

Además, denunció que por parte del Gobierno nadie les había facilitado medidas de precaución, como geles hidroalcohólicos, mascarillas y los guantes que tienen disponibles en las peluquerías, de látex "no se sabe si son suficientes o no para tener una atención segura".

Su compañera de profesión, Cristiana Cavalcante, también señaló que "estos servicios de personas con movilidad reducida o problemas de salud son mínimos en número, uno a la semana como mucho". Por ello, calificó de riesgo innecesario mantener la apertura en sus locales, "más aún siendo autónomas, con lo que ello conlleva, el pago de locales, servicios como la luz, más los impuestos".

Aguirre también alertó de que esta excepcionalidad de los locales de peluquería las expulsa "automáticamente de las medidas económicas, como la posibilidad de aplicar ERTE".

También calificó de "insuficiente" el aplazamiento de pagos, porque ya es una medida que puede realizarse y no entiende la utilidad de poner en marcha "créditos blandos, porque no habrá ingresos suficientes para hacer frente al pago de cuotas".

"Si han llamado al confinamiento de las personas en su casa, salvo la adquisición de alimentación y otros artículos, nadie vendrá a mi peluquería", añadía Aguirre.

También señaló el factor de género del sector, con un 85% de mujeres en la peluquería navarra: "Las mujeres somos sacrificadas y fuertes, pero una cosa es eso y otra es que nos juguemos la salud con esta medida".

Una responsabilidad social que llegó también a la clientela, ya que añadió que sus clientas le han "frito el móvil" para evitar su apertura durante todo el confinamiento. "Mis propias clientas me piden que no me la juegue y que no abra el local", finalizó. Además, buena parte de ellas son madres y tienen menores en su hogar. "Nuestros hijos están confinados con nosotros. Yo por ejemplo estoy divorciada y sola con mi hija y si me voy a trabajar, ¿qué hago con mi hija?", señalaba.