Salvando las distancias, la selectividad y el MIR se parecen bastante. Son horas y horas de estudio para jugársela a una carta, combinadas con algún que otro Sumial para aplacar la ansiedad. Pero tamaño esfuerzo después de seis años de carrera tiene una recompensa a la altura, la llave para el ejercicio de la medicina. Y si es en Osakidetza, mejor que mejor.

"Acabamos la carrera en junio del año pasado y llevamos estos meses preparando el MIR. Desde principio de carrera nos han ido avisando de que llegaba esta etapa, así que te vas haciendo a la idea, aunque no es nada fácil porque tienes que estudiar un montón, pero es algo inevitable", afirmó Sendoa, quien no tenía claro qué especialidad elegir. Lo mejor, dijo, "es no hacerte ilusiones porque todo depende de la nota de hoy en este aula. Pero lo que sí que quiero es quedarme aquí". Mikel comentó que todo el mundo está mentalizado para el examen porque "desde que entras en Medicina sabes que va a llegar este momento, todos los médicos que conoces han pasado por el MIR, pero es verdad que cuando lo vives en primera persona compruebas lo duro que es. Esto es bastante inhumano, en mi opinión".

Según este joven, la prueba de ayer es como una "segunda selectividad con 24 años. Yo en cierto modo estoy un poco enfadado, da rabia, es frustrante que después de haberlo hecho muy bien en la selectividad, después de haber estudiado mucho durante seis años de carrera, privándonos de muchas cosas, tengamos que pasar por otra prueba para competir una vez más sin tener la certeza de que consigamos una plaza en Euskadi y nos tengamos que ir a otro lugar. No tenemos nada asegurado". Por extraño que parezca esta queja no encierra arrogancia alguna. "No nos creemos más que nadie, pero hemos peleado mucho y cuando crees que has acabado tienes que volver a probar tu valía", afirmó. Jon optaba a la especialidad de médico de familia y su ilusión es "poder entrar en Osakidetza".

Estos tres amigos confesaron sentirse sorprendidos con los cambios del examen de este año, que ha pasado de tener 225 preguntas a 175. "Al principio nos sorprendió que redujeran 50 preguntas. Nosotros cada sábado hacemos simulacros del examen y creo que al final es mejor hacer 50 preguntas menos porque te quemas menos y tienes menos carga de trabajo durante la preparación", comentó Jon. Es verdad, dijo, que si hay menos preguntas "hay más espacio para al azar, hay menos margen para diferenciarnos, puede haber más empates y mayor injusticia. Hay gente a la que este cambio no le ha gustado nada pero yo creo que todo el mundo está en las mismas condiciones para bien o para mal". Alea jacta est, aunque con el comodín de ir bien preparados. Cabe recordar que cinco alumnos y dos alumnas de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU se situaron entre los 50 mejores en la prueba de selección MIR del año pasado.