e cumple un cuarto de siglo de los comicios que dieron la llave de la Moncloa a José María Aznar. La aznaridad, acuñada por Manuel Vázquez Montalbán, arrancó tras una victoria ajustada, a pesar de un clamoroso agotamiento socialista. Aznar hizo entonces de la necesidad virtud, y desde una bandera de regeneración que hoy produce ironía, se labró unos apoyos que ahora resultan sorprendentes, pero que cimentaron la base de una primera legislatura mucho más contenida que la segunda, que llegó en 2000 bajo el brazo de una mayoría absoluta, punta de lanza del posterior desbarre.

Aznar es un personaje del pasado que sigue tratando de incidir en el presente desde una acusado engreimiento derechista. El ex presidente del Gobierno español tiene ya 68 años. Sus detractores ven en él un hombre áspero y endiosado, con afanes de grandeza nunca del todo colmados. Ciertamente, cuando abandonó el poder se tornó más agrio, como si no pudiese digerir ni el fracaso ni el éxito de Rajoy. Aznar se fue pero se quedó. Su cuerpo se modeló y su rostro se endureció. Se erigió en el gran supervisor de Génova, mientras Felipe González hacía lo propio apuntando a Ferraz. Ambos, a mayor gloria de una versión conservadora y decadente del 78.

El ego de Aznar parece comparable a su indiscutible persistencia, sustituta de su falta de carisma. Una constancia que le llevó primero a la Moncloa, después a una mayoría absoluta, y finalmente al narcisismo en las Azores. Más tarde, en los años de Rajoy, a ziriquear hasta el sonoro portazo de su renuncia a la presidencia de honor del PP en 2016.

Extinguido Rajoy, Aznar ha recuperado foco con Casado. Por más que presuma de haber traspasado un partido unido en 2004, los tiempos son muy diferentes, y Aznar tiene su particular cuota de responsabilidad en el panorama actual. Veinticinco años después de conseguir el primer billete a la Moncloa, hemos analizado su trayectoria de la mano de Iñaki Anasagasti, ex diputado del PNV, de Xabier Lapitz, presentador de En Jake en ETB, y de Gorka Landaburu, ex director de Cambio 16.