- La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha añadido otra muesca en su relación con el PNV, que contribuye a minar la confianza de los socios preferentes del presidente Sánchez. La socialista ha asumido el papel de escudera del Ejército español y está mostrando resistencias a la hora de rectificar sus palabras sobre la búsqueda del cuerpo del trabajador Joaquín Beltrán en el vertedero de Zaldibar. Pero la presión que han ejercido el lehendakari, con una carta al presidente español, y también el PNV, con quien el socialista quiere cuidar la relación porque necesita sus votos, propició ayer en el Congreso de los Diputados al menos una tibia matización de sus declaraciones.

En respuesta a una pregunta oral en el pleno de control por parte del jeltzale Joseba Agirretxea, la ministra admitió que le consta que “el Gobierno Vasco ha pensado en las personas y ha hecho todo lo que está en su mano” para encontrar el cuerpo del trabajador, que sigue sin hallarse tras una compleja búsqueda de más de un año que comenzó con el derrumbe de la escombrera el 6 de febrero de 2020. Estas declaraciones desmienten la insinuación que ella misma había realizado, que por criterios políticos se rechazó la ayuda del Ejército y por ello la búsqueda se complica. Sin embargo, la ministra ha evitado rectificar de manera explícita sus recientes declaraciones, con las que criticó que “en algunos sitios se diga que aquí la Unidad Militar de Emergencias no puede venir cuando, a lo mejor, si hubiera intervenido hace un año, un cadáver no estaría en un sitio”. En lugar de admitir expresamente que el Ejército no iba a aportar nada, se centró en mostrar su solidaridad con las familias desviando la respuesta, y Agirretxea lamentó que su petición de rectificación siga “en el aire”.

La ministra no llegó a reconocer con claridad en público lo que hace un año admitía a los jeltzales: en una conversación con el portavoz Aitor Esteban, admitía que no tenía sentido enviar al Ejército porque no se trataba de un problema de personal o escasez de efectivos en Euskadi, sino que no se podía hacer nada más por el peligro de nuevos derrumbes en el vertedero y las tareas debían paralizarse constantemente para estabilizar el terreno y apagar los incendios que iban surgiendo. El Ejecutivo vasco contó en todo momento con servicios de emergencia, bomberos y er-tzainas, además de empresas especializadas y labor técnica de alto nivel para, por ejemplo, remover el amianto. Robles ha dado la sorpresa en los últimos días al cambiar de versión e insinuar que se vetó al Ejército y eso complica la búsqueda. Ayer admitió, solo entre líneas, que desde Euskadi se hizo todo lo que se podía hacer en aquel momento.

La situación podría resumirse en que Robles arrojó solamente unas gotas de agua sobre el incendio político que ella misma ha generado. La buena noticia para el Gobierno Vasco es que, al menos, no arrojó gasolina. Desde el Ejecutivo de Urkullu reconocieron a este periódico que hubieran preferido una rectificación formal, pero parte de la intervención de Robles contribuye a clarificar que el Gobierno vasco ha hecho todo lo posible para buscar el cuerpo del trabajador. Por lo tanto, por su parte, no seguirán estirando esta polémica.

Desde la Ejecutiva del PNV admitieron a este medio que este nuevo roce contribuye a minar la confianza, pero su intervención dejó más o menos la cuestión en tablas, de manera que la situación no ha llegado al punto de pedir una reprobación de la ministra, llevar más lejos el enfrentamiento verbal o romper el pacto de investidura con Pedro Sánchez. Los jeltzales creen que la ministra ha reconocido la labor del Gobierno Vasco, pero no les gusta que lo haya hecho a su estilo y sin la “valentía” de pedir perdón. En este terreno, en cualquier caso, destacan un matiz importante: la ministra dijo que Euskadi ha hecho lo que está en su mano, pero el PNV aclara que las instituciones vascas hicieron todo lo que se podía hacer, con independencia de que estuviera en su mano o no, con sus competencias o no, o con el Ejército o sin él. Es decir, nadie podría haber aportado más.

El PNV no era muy optimista con respecto a la rectificación expresa de Robles, que ya en los últimos plenos se ha destacado por desplegar un discurso muy duro contra los jeltzales y en defensa del Ejército, que ha suscitado un amplio debate por las polémicas opiniones de los militares retirados en tono guerracivilista contra el Gobierno español.

Agirretxea le pidió ayer que, en esa campaña de defensa del Ejército, se busque “otros ejemplos” y no “embarre” una tragedia como la de Zaldibar, donde perdieron la vida Alberto Sololuze (su cuerpo fue encontrado en agosto) y Joaquín Beltrán, quien sigue siendo “incansablemente buscado”.

Robles se centró en poner en valor que “la pandemia nos ha enseñado a todos, o nos debería haber enseñado, a que cuando hay un drama humano lo único importante son las personas, sus familias”. “Desde ese punto de vista, siempre me siento muy solidaria con el Gobierno al que le toca gestionar una tragedia. Lo que ocurrió en Zaldibar es un drama y el Gobierno Vasco tendrá siempre mi respeto, solidaridad y empatía y, cuando fuese necesario, colaboración entre instituciones. Estoy segura de que comparte conmigo que lo más importante en la política tiene que ser la humanidad, pensar en las personas. Me consta que el Gobierno Vasco ha pensado en las personas, hecho todo lo que está de su mano, pero creo que lo importante este momento, y sé que el lehendakari a la cabeza lo comparte, es la empatía y el reconocimiento a las víctimas, y sé que comparte conmigo que todo nuestro cariño está con los familiares de Alberto y Joaquín”, sentenció.

Agirretxea le había dicho en su pregunta que le parece “impresentable que no haya dado ninguna razón” para su acusación sobre el papel del Ejército, y le preguntó si está insinuando que el Gobierno Vasco “no hizo todo lo psoible” o que sus labores “no fueron las correctas”, cuando en realidad se desplegaron todos los medios, hubo profesionales y empresas expertas en asuntos como la retirada del amianto y, para colmo, por aquel entonces el responsable de la consejería de Medio Ambiente era el socialista Iñaki Arriola, compañero de partido de la ministra. Por ello, se pregunta qué hubiera hecho el Ejército que no hizo el Gobierno vasco, y le ha recordado que hace un año admitió en privado al PNV que “no tenía sentido que acudiera la UME porque no iba a aportar nada más. “¿A quién quería contentar con estas declaraciones, y a quién quería atacar?”, lanzó.

El PNV recuerda que el Gobierno Vasco le ha pedido rectificar (el propio lehendakari, como informó este periódico, envió un mensaje a Sánchez el lunes de la semana pasada) y no ha respondido. “No se han escatimado recursos. Si usted quiere ensalzar al Ejército, busque otros ejemplos, no embarre este terreno con mezquinas declaraciones. Tiene la oportunidad de rectificar aquí y ahora”, emplazó Agirretxea antes de la respuesta de Robles. Por otro lado, la presidenta de la Ejecutiva vizcaína del PNV, Itxaso Atutxa, aseguró en Bizkaia Irratia que la ministra ha realizado una defensa ciega del Ejército, “tan ciega, que tuvo que caer en la mentira para realizar esa defensa”. Esgrimió que hace un año reconoció al PNV que el Ejército no podía aportar nada más porque Lakua había movilizado ya todos los recursos.

“El Gobierno Vasco ha pensado en las personas y ha hecho todo lo que está en su mano”

Ministra de Defensa

“Si quiere ensalzar al Ejército, no embarre este terreno con mezquinas declaraciones”

Diputado del PNV en el Congreso