- Instituciones Penitenciarias acercará a otros cinco presos de ETA, entre ellos el exjefe del comando Madrid Iñaki Arakama Mendia, Makario, expulsado de la banda en 2005 por abogar por el abandono de las armas. Arakama será trasladado de la cárcel de Sevilla II a la de Zaballa. Prisiones ha autorizado, además del de Arakama, el acercamiento de Beñat Aginagalde -condenado por el asesinato del concejal del PSE Isaías Carrasco y del empresario Iñaxio Uria- , que será trasladado de Jaén a Palencia; José María Novoa, de Murcia a León; y Roberto Lebrero y José Ignacio Armandáriz, que pasarán de Burgos también a la cárcel alavesa de Zaballa.

Makario ha presentado un escrito en el que rechaza a la utilización de medios violentos, reconoce el daño causado y muestra su deseo de “atenuar el dolor” de las víctimas. Es uno de los cinco históricos exdirigentes de ETA que en 2005 fueron suspendidos de militancia por suscribir un documento en el que se proponía el abandono de las armas. Arakama está condenado a penas que suman más de cien años de prisión por su participación en numerosos atentados, entre ellos siete asesinatos.

Ademas de Arakama, Beñat Aginagalde dejará Jaén para ser trasladado al centro penitenciario de Dueñas (Palencia). En 2015 fue condenado a 32 años de prisión por asesinar al concejal del PSE en Arrasate Isaías Carrasco. En 2017 le impusieron 44 años de prisión por su participación en el asesinato del empresario Inaxio Uria. José María Novoa será traslado desde Murcia I a la prisión de León. Fue condenado en 2002 a 29 años de prisión por el asesinato del subteniente de la Guardia Civil retirado, Alfonso Parada Ulloa, en 1998.

A la prisión alavesa de Zaballa llegarán desde la cárcel de Burgos Roberto Lebrero e Iñaki Armendariz. El primero está condenado a 71 años de prisión por la colocación de tres bombas en la discoteca Universal de la localidad navarra de Lakuntza en 2001. Armendariz , por su parte, cumple condena de 25 años por los delitos de atentados, asociación ilícita y terrorismo.

Por otro lado, Antton Troitiño abandonó ayer la prisión madrileña de Estremera donde cumplía condena por integración en banda terrorista. Troitiño permanecerá en libertad condicional por la grave enfermedad que padece, según informó la asociación de familiares de presos Etxerat.

En un comunicado, Etxerat recordaba que hace 10 días Troitiño comunicó a su abogada su decisión de dejar de recibir el tratamiento de quimioterapia que se le venía administrando de forma paliativa, ya que le resultaba “inviable poder seguir haciéndolo, tanto a nivel anímico como físico, en el contexto de las condiciones del encarcelamiento”. “Esperamos que a partir de ahora pueda ser de una vez tratado de su dolencia con dignidad y garantías y en la cercanía de los suyos”, afirmaba Etxerat, que defendía que el final de la “política penitenciaria de excepción, más allá de la desactivación total del alejamiento y de otras medidas de excepción en los casos de los presos vascos, debe evolucionar hacia una dignificación de sus condiciones de vida”.