- El Gobierno Vasco cree que, si existen opciones de aprobar los Presupuestos de este año con una representación más amplia que la mayoría absoluta de PNV y PSE, lo más probable es que el punto de encuentro se pueda trabajar y hallar con Elkarrekin Podemos. Daría continuidad al acuerdo forjado con el partido morado para las Cuentas de 2020 y a la dinámica de entendimiento entre los jeltzales y el Gobierno español, formado por la coalición de izquierdas y los socialistas. Los platillos de la balanza aún oscilan a partes iguales entre el sí y el no a la posibilidad de alcanzar un acuerdo, y al Gobierno Vasco le llegan mensajes contradictorios desde Podemos. Ayer mismo, la portavoz parlamentaria, Miren Gorrotxategi, se expresó en un tono conciliador en una rueda de prensa en la que presentó sus demandas y aclaró que, de momento, ninguna supone una “línea roja”, lo que en principio deja ver que existe voluntad de iniciar un diálogo y darle recorrido, como sucedió con la anterior dirección liderada por Lander Martínez que arrancó una subida de la renta de garantía de ingresos al Gobierno Vasco y permitió la aprobación de las Cuentas.

La mano tendida se suma a la lectura positiva que realizó Podemos del discurso del lehendakari en Nochevieja, lo que causó sorpresa en el entorno de Urkullu. Lo que no suena tan bien al Gobierno es que haya presentado sus demandas en público antes de que se produzca la reunión con el consejero Pedro Azpiazu el próximo miércoles. La consejería concede una gran importancia a las formas y a la discreción, porque también son una señal de la voluntad política real que existe para que el diálogo llegue a buen puerto. En paralelo, Elkarrekin Podemos sigue poniendo sobre la mesa algunas condiciones que para el PNV son de máximos, como la renuncia total a las exploraciones del gas. No son condiciones previas para hablar, pero habrá que ver si son razón suficiente para impedir el pacto cuando avance el diálogo.

El Gobierno Vasco no quiere entrar a valorar las condiciones hasta que se aborden en la reunión. Gorrotxategi presentó seis propuestas sobre salud, vivienda y medio ambiente, y les suma una apuesta por la reforma fiscal. Pide que las ayudas al alquiler suban desde los 250 euros actuales hasta 300 y que se regulen los precios privados; que sean “desterradas” todas las inversiones para la exploración o explotación de gas (se felicita por el informe municipal de Gasteiz que ha paralizado la indagación en Subijana, pero pide retirar la inversión de Viura); y que se termine con la temporalidad de los trabajadores en Osakidetza y se acorten las listas de espera, entre otras medidas. No cuantificó sus medidas. Podemos manifestó su “esperanza” de “incidir e influir”, y aclaró que ninguna medida constituye una línea roja.

La aclaración parece anticipar que la bancada de Gorrotxategi va a evitar un portazo rápido y dará cierto recorrido a las conversaciones, lo que podría desembocar en su decisión de no presentar una enmienda a la totalidad como guiño. En el pasado esta estrategia se ha empleado desde distintos ámbitos políticos y puede ser simplemente una vía para no aparecer como los responsables de romper la baraja del acuerdo. Elkarrekin Podemos-IU es por ahora una bancada imprevisible para el Gobierno. Las semanas previas han servido para evidenciar ciertas tensiones con el PNV a cuenta de los Presupuestos estatales o de la apuesta por una alianza de izquierdas que lo desaloje. Tampoco han existido contactos previos sobre las Cuentas autonómicas que permitan intuir su grado de disposición. El triunfo de Gorrotxategi en las primarias de Podemos se llevó por delante a la anterior dirección del partido e instauró un discurso más beligerante con el PNV. Incluso han reflejado que la confianza en el Gobierno Vasco se ha quebrado porque, a su juicio, no ha cumplido de manera rigurosa el pacto de 2020 en la ejecución de las partidas.

Elkarrekin Podemos-IU apostó por negociar pero, al mismo tiempo, planteará un “cambio de modelo”, y una reforma fiscal, que es competencia de las Juntas Generales de los tres territorios, pero en la que Elkarrekin Podemos invoca que el PNV tiene mucho que decir porque suma mayoría absoluta con los socialistas en los tres herrialdes, y en una negociación anterior con el PP ya se tocó esa tecla. No obstante, Gorrotxategi añadió que la reforma se debe abordar más allá de los Presupuestos, y está por ver si la vincula o no a las Cuentas. El Gobierno, en cualquier caso, sigue recordando que está abierto a todas las demandas, dentro del marco competencial y económico de Lakua. Escuchará todas las aportaciones para integrarlas, aunque le queda el último resorte de la mayoría absoluta. Podemos también se declara consciente de cuál es su fuerza.

El debate del gas ya fue objeto de negociación en las Cuentas de 2020 y se produjo un acuerdo que satisfizo parcialmente a Podemos. En la actualidad, la decisión del alcalde de Gasteiz, Gorka Urtaran, de denegar la licencia de actividad para investigar si hay gas en Subijana por un informe técnico que se lo desaconseja ha provocado que Podemos se preste a negociar las Cuentas municipales, pero la formación aclaró después que no tendría ninguna consecuencia en las autonómicas. Podemos quiere un rechazo total de la consejera Arantxa Tapia al gas, cuando el PNV no se plantea renunciar a la posibilidad de conocer si hay gas en Euskadi.

Existen otros factores que sobrevuelan en la eventual negociación: el voto de IU. El acuerdo para las Cuentas de 2020 lo firmaron Podemos y Equo, y no IU. En la comparecencia conjunta de ayer de Gorrotxategi y Jon Hernández, aclararon que IU volverá a tener libertad de voto. Hernández dijo que el proyecto está lejos de ser “social, y menos aún, de ser expansivo”.

La ronda de Azpiazu con la oposición arranca hoy, con EH Bildu. El lunes se citará con Vox, el martes le llegará el turno a PP+C’s, y el miércoles sondeará a Elkarrekin Podemos-IU. El Gobierno Vasco dispone de una mayoría absoluta suficiente con los votos de PNV y PSE, y trabaja con la hipótesis de aprobar las Cuentas el 11 de febrero. El plazo para registrar enmiendas a la totalidad acaba el día 18 de enero, y se votarían el 29.

En paralelo, el sindicato ELA presionó a las fuerzas de izquierda para que no respalden los Presupuestos. Su secretario general, Mitxel Lakun-tza, dijo que las Cuentas “no cubren las necesidades sociales” y prevén una dotación de 12.442 millones, lo que, según dijo, supone un incremento del 4,2% respecto a la ejecución que se estima para el año pasado. Cree que hubiera sido deseable un “fuerte aumento” del gasto, aunque las Cuentas superan por primera vez en la historia los 12.000 millones y registran cifras récord. Pidió a la izquierda que no apoye unas Cuentas que “no responden a las necesidades sociales” y que, “como en otras ocasiones, se ocultan en la propaganda”. Reclamó una reforma fiscal para que “paguen las rentas altas, el capital, los patrimonios y las empresas por sus beneficios”.

“Ninguna de nuestras propuestas es ‘a priori’ una línea roja para abordar una negociación”

Portavoz de Elkarrekin Podemos-IU