- El lehendakari Iñigo Urkullu ofreció en Nochevieja un discurso atípico para despedir un 2020 que también ha sido fuera de lo común debido a la pandemia del covid-19. Por ello, el jefe del Ejecutivo vasco obvió cualquier cuestión política o territorial al uso, y se centró exclusivamente en las prioridades sanitarias, sociales y económicas. Es decir, en recordar a quienes se han quedado por el camino en los últimos meses y en comprometerse con la reconstrucción de Euskadi en el año que comienza. Para ello, Urkullu prometió que las instituciones aportarán “todo lo necesario” para la reconstrucción de un país “que va a salir adelante con determinación”.

De cara al futuro próximo, el lehendakari tiene “claras” las prioridades de las instituciones y de la sociedad vasca: “reforzar” el sistema de salud, “garantizar” el funcionamiento de la educación, atender “a las personas más necesitadas” y reactivar la economía, apoyando a los sectores más afectados y recuperando el empleo. Respecto a este último punto, Urkullu dijo ser “consciente” de la incertidumbre que generan los ERTE y de la “dificultades para mantener” la actividad laboral. “Conocemos el desasosiego de quien sufre la precariedad laboral”, añadió.

La receta del Gobierno vasco para revertir una situación muy compleja es el plan Berpiztu, que buscará revitalizar la actividad económica y los servicios mediante políticas verdes, digitales e inclusivas. “Queremos una Euskadi que supere el reto demográfico, impulse la industria inteligente, las nuevas fuentes de energía y la economía verde; y apueste por la salud personalizada”, resumió el lehendakari.

En el plano sanitario y educativo, Iñigo Urkullu también prometió inversiones en los servicios públicos: “Vamos a trabajar por estabilizar y gestionar la pandemia, reforzando el sistema sanitario público y garantizando el derecho a la educación del alumnado”. En la misma línea, destacó la importancia de la “estabilidad” institucional y de la colaboración entre administraciones para hacer frente a un 2021 que se antoja complicado a todos los niveles. “En este contexto, difícilmente llegará lejos quien pretenda caminar solo”, constató el lehendakari, que a pesar de todo afirmó que Euskadi “está en marcha” y atiende “las necesidades del día a día con la mirada en el futuro”.

En el tradicional discurso televisado desde Ajuria Enea, el jefe del Ejecutivo autonómico valoró también en tono realista lo que ha deparado 2020, especialmente lo relacionado con el azote del coronavirus y sus consecuencias. “No ha sido fácil ni sencillo, tengo muy presentes a las personas fallecidas, el riesgo de saturación del sistema sanitario, la desprotección sufrida por el personal de los servicios esenciales”, enumeró Urkullu, que reconoció además la dificultad a la hora de adoptar algunas decisiones en mitad de la pandemia. “Hemos actuado en todo momento priorizando y tratando de garantizar la salud y la vida de las personas; conjugándola lo máximo posible con la actividad económica, laboral, educativa, cultural y social”, explicó.

En cualquier caso, y de cara a los retos que se plantean en las próximas semanas, Iñigo Urkullu aseguró que su gabinete seguirá tomando las “decisiones excepcionales” que considere necesarias. “Lo vamos a tener que seguir haciendo”, dijo, consciente de “las dificultades y penurias que se viven en estos momentos” y de que “el virus sigue siendo muy grave y letal”. Asimismo, el lehendakari asumió que a lo largo de 2020 ha podido haber decisiones erróneas por parte del Gobierno vasco: “Nos hemos podido equivocar, seguro. Cuando nos hemos equivocado, hemos tratado de rectificar cuanto antes”.

El lehendakari no se olvidó de los trabajadores de Osakidetza y de los servicios sanitarios en general, a quienes transmitió su apoyo y solidaridad. “Comparto mi agradecimiento más sincero a los profesionales que han dado lo mejor de sí mismo a lo largo de esta crisis, a las personas que trabajan en los servicios esenciales, sanitarios y socio-sanitarios”, trasladó Urkullu, antes de ofrecer algunas cifras que ilustran la magnitud del trabajo al que han tenido que hacer frente en el sector de la salud en los últimos meses en Euskadi: “Han realizado 1.700.000 test, atendido a 12.000 personas en los hospitales y en la atención primaria. Han cuidado a casi 20.000 en las residencias de mayores”.

Más allá de estos profesionales, el jefe del Ejecutivo vasco también agradeció su labor a las personas cuidadoras que atienden a los mayores en sus hogares y a todos los voluntarios de este ámbito. “El compromiso de las personas voluntarias y del tercer sector muestra su solidaridad con las familias más vulnerables”. En términos similares se dirigió al profesorado y a la comunidad educativa en general, que a su juicio ha demostrado a lo largo de 2020 “su capacidad para mantener la educación desde casa y garantizar ahora la educación presencial”.

Por último, el lehendakari Urkullu insistió en su compromiso con todos los trabajadores de la CAV en una situación económica endiablada que confía en que mejore a lo largo de este año. “Traslado nuestra solidaridad a los profesionales, empleadores y autónomos, personas trabajadoras y negocios que sufren el embate de la pandemia”, expresó, antes de asegurar que su Ejecutivo va a colaborar “en la recuperación de la economía y el empleo, protegiendo a los colectivos que más sufren las consecuencias de la pandemia”.

Un “sinónimo de esperanza”. Como no podía ser de otra manera, el jefe del Ejecutivo autonómico hizo referencia al proceso de vacunación que ya ha comenzado en el Estado y en la CAV, y en el que está puesta toda la atención en las últimas semanas. A este respecto, Iñigo Urkullu aseguró que el Gobierno vasco tiene preparados “los recursos necesarios” en cuanto a la planificación y materialización de la vacunación de toda la población vasca. Sin embargo, reconoció que el plan va a necesitar “muchos meses para llegar a todas las personas” debido a la complejidad que conlleva un despliegue sanitario de estas características.

Plan ‘Bizi Berri’. El lehendakari también hizo hincapié en el plan Bizi Berri para la adaptación de la sociedad a las nuevas normas que requiere la convivencia con el coronavirus. De esta forma, Urkullu habló de un “reto colectivo” para “ser conscientes de que debemos cambiar nuestra forma de vida y poner lo mejor de cada persona en favor del bien común”. Para ello, se comprometió a reforzar la colaboración entre instituciones: “En Euskadi, practicamos la gobernanza colaborativa entre Gobierno vasco, diputaciones forales y Eudel”.

“Vamos a trabajar por estabilizar la pandemia, reforzando el sistema sanitario público”

“Nos hemos podido equivocar, seguro, pero hemos tratado de rectificar cuanto antes”

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