- Todo se tuerce para el PP en puertas de que el Congreso de los Diputados se sumerja en la comisión de investigación del caso Kitchen, la presunta operación policial orquestada desde el Ministerio del Interior en la época del popular Jorge Fernández Díaz para espiar al entonces tesorero del partido Luis Bárcenas, que tenía información delicada sobre la caja B de la formación. Hasta la fecha, el PP siempre ha defendido que el presidente Mariano Rajoy no podía estar al corriente de esas operaciones si es que existían. Que su honradez no se lo permitía. Pero cada vez son más las declaraciones de investigados que apuntan al máximo escalafón y que obligarán a dar explicaciones al expresidente español o que, al menos, lo colocan en una posición muy incómoda. El comisario Enrique García Castaño, investigado en esta causa, declaró en la Audiencia Nacional que el presunto cabecilla de la trama, el excomisario José Manuel Villarejo, informaba al entonces presidente español, aunque lo hacía por intermediarios y no cara a cara. Quiso matizar que eso no quería decir que Villarejo lo hiciera siguiendo órdenes de Rajoy, pero sí que tenían vías para que pudiera estar informado.

El exalto cargo de la Comisaría General de Información de la Policía e investigado en esta causa declaró que Villarejo “tenía línea de comunicación política” e “informaba al presidente del Gobierno”. También confirmó que él despachaba directamente con el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y contestó que “sí” a la pregunta de si otro comisario relacionado con Kitchen, Andrés Gómez Gordo, se implicó en esta operativa, principalmente como el encargado de captar al chófer de Bárcenas, con previo conocimiento de la exsecretaria general del PP María Dolores de Cospedal. Cospedal y Rajoy serán con toda probabilidad citados a declarar por los partidos en la comisión del Congreso. Es probable que también se plantee el nombre del actual líder del PP, Pablo Casado.

En un momento de la declaración a la que pudo tener acceso Europa Press, a preguntas del fiscal, García Castaño habla del papel que jugó Villarejo. “Tenía su línea de comunicación política. Trabajara en los temas que trabajara, él informaba a través de su campo al presidente del Gobierno”, señaló. “Las cosas que han salido por ahí publicadas las sabía el presidente del Gobierno”, añadió al referirse concretamente a la Kitchen. El fiscal en ese momento matiza que una cosa es que lo supiera, “como lo tiene que saber todo, a lo mejor”, y otra que el presidente del Gobierno asignara a Villarejo para este cometido. “No, no, no”, continúa el comisario. “Me refiero a que el señor Villarejo, cuando tenía que informar, tenía su camino para informar a través de varios contactos”, matizó.

En otra parte de su declaración, García Castaño sí es más explícito a la hora de contestar al juez Manuel García Castellón sobre el supuesto conocimiento de Cospedal. “El señor Gómez Gordo creo yo que despachaba con la presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha y después el señor Villarejo tenía otro tipo de contactos”, dijo.

El juez le pregunta si el ministro del Interior de entonces, Jorge Fernández Díaz, estaba al tanto. “Yo estoy convencido de que sí”, contesta. Ayer mismo Fernández Díaz pidió su desimputación sosteniendo que los mensajes de móvil no son suyos y señalando que se han podido manipular. En un escrito, niega la autenticidad de los mensajes que habría intercambiado con su número dos, Francisco Martínez.

Precisamente ayer, Rajoy reapareció en público con el también expresidente Felipe González, para pedir pactos en la crisis sanitaria entre los gobiernos autonómicos y el estatal. En el II Foro de La Toja, Rajoy dijo que el mensaje que se transmite cuando una administración dice una cosa y otra administración dice otra “es absolutamente lamentable”, en alusión a Madrid. Rajoy confesó que no le llegó la multa por saltarse el confinamiento y que se compró una bici estática.

“El mensaje que se traslada cuando cada administración dice una cosa es lamentable”

Expresidente del Gobierno español