- Mikel Paredes era el hermano mayor de Txiki -“Nos llevábamos apenas dos años, yo era del 52 y el del 54”- y cada vez que llega la fecha de su fusilamiento le da un vuelco el corazón. “Cada vez que subo al cementerio, sobre todo en los aniversarios, me suelo decir a mí mismo que no voy a llorar, pero al final... termino echando lágrimas como un tonto. Es algo que no puedo evitar. Me viene a la memoria lo que sucedió aquella mañana en Sandanyola y es algo que está incrustado en mi mente”, señala Mikel, que lo que más le preocupa es que “45 años después todavía estamos dando vueltas al tema, pero es lo que hay. Éramos muy jóvenes. Teníamos solo veinte años. En aquella época eran muchos los que estaban en el ajo y te queda la cosa de que si tú también eras un poco culpable”.

Mikel Paredes considera que mucha gente joven no tiene conciencia de cómo se vivieron aquellos años. “A la gente joven no se les explican todos aquellos hechos para que no vuelvan a ocurrir. Lo cierto es que para bien o para mal, es algo que sucedió y que está ahí. Yo he estado en algunas charlas con gente joven en la universidad y no saben exactamente por qué murió mi hermano y cómo fueron los fusilamientos”, señala Mikel , que también deja claro que “mi hermano y sus compañeros no adquirieron su compromiso porque eran unos chavales que estaban atontados. Entonces no existía la democracia y lo sufríamos en Euskadi, pero muchos no lo quieren reconocer”.

Sobre la futura Ley de Memoria Democrática, Mikel Paredes no muestra excesiva confianza. “No creo mucho en esta ley, porque además no se si la van a cumplir, pero alabo al PSOE y Podemos por intentar sacarla adelante. El año que viene hablaremos del tema. Sería bueno porque reconocerían que se pasaron veinte pueblos aquel 27 de septiembre, y antes y después también”, asegura Mikel, que recuerda que por parte del Gobierno Vasco sí se reconoce como víctima policial a Txiki. “Sí, sí. Por parte del Gobierno Vasco sí, pero por España no. Ya no solo es el papel, sino reconocer lo que se ha hecho mal y que hay que enmendarlo, unos y otros”.

Sobre la inflación de series y libros sobre ETA, Mikel Paredes es también muy escéptico. “No me creo tanto libro y tanto enterado. Sí creo que se debería hacer una película con hechos verídicos contando lo que pasó. La historia hay que contarla como fue, te venga bien o te venga mal. Y en el caso de Jon, Ángel y los tres chicos del FRAP hay contar la verdad. Hay que contar a nuestros jóvenes dónde estamos, cómo estamos y por qué estamos”.