- Carles Puigdemont desveló ayer estar muy contento con la reanudación del contacto con el exvicepresident Oriol Junqueras, y aunque es “muy incipiente” la voluntad de los dos es aumentarlo al verse como “aliados frente al Estado”. En la presentación telemática del libro Me explico. De la investidura al exilio (La Campana/Plaza & Janés), el exJefe del Govern afirmó que lo hacen por “pantalla interpuesta” y no con la frecuencia que quisieran, y concretó que han tenido una conversación privada pero también reuniones en las que participan otras personas. “Creo que la voluntad de los dos y de los que participamos es que estos contactos se vayan incrementando”, subrayó el expresident y eurodiputado, remarcando que el hecho de que el líder de ERC esté en prisión y él en el extranjero creó una distancia insalvable.

Puigdemont, que evitó entrar en cuestiones de partido, no valoró la opinión que pueda tener Artur Mas de la reordenación del espacio político o las elecciones catalanas. Preguntado por las horas posteriores a la declaración del 27 de octubre, explicó que habló con Junqueras ese día en el Parlament y que no volvió a hacerlo hasta una videoconferencia el día que la semana siguiente el vicepresident fue a declarar a la Audiencia Nacional, ya que “no pudo venir” a una reunión que el expresident convocó el 27-O por la tarde. La cita era “clave” para que el Govern y las entidades acordasen los siguientes pasos tras la declaración porque no creía que tuviera que ser una decisión unilateral suya. Puigdemont indicó que el Gobierno español le engañó “de forma salvaje”, motivo por el que siempre habla de tener relatores en las negociaciones.

Además, aseveró que Felipe VI dio un “discurso golpista” el 3-O, en el que, según él, se excluyó a una parte de los catalanes y se señaló y se inició una cacería del independentismo. También explicó que mantuvo conversaciones con el entonces secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en las que quiso creer que mostraban una “preocupación cierta por el problema” territorial en Catalunya, pero quiso dejar claro que Sánchez no le propuso nunca un referéndum y que el PSOE cambió tras el discurso del rey.