- El Ministerio del Interior ha concedido la progresión al tercer grado o el acceso al régimen de semilibertad a tres presos de ETA -Javier Aguirre Ibañez, Yagoba Codo Callejo y Fernando Alonso Abad- que habían sido trasladados previamente a prisiones cercanas a Euskadi tras la llegada al departamento de Fernando Grande-Marlaska. La decisión fue censurada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que pide que se exija la colaboración con la Justicia como muestra de arrepentimiento aunque reconoce que “se cumple con la legalidad penitenciaria”.

Según los datos de Interior, Javier Aguirre Ibañez ingresó en prisión el 19 de enero de 2016 y cumple una condena de seis años y seis meses por falsificación de documento público y colaboración con banda armada. Cumple las tres cuartas partes de condena en noviembre de 2020. Desde el Ministerio se destaca que “ha renunciado a la violencia, ha reconocido el daño causado y acepta la legalidad penitenciaria” y que, además, no tiene responsabilidad civil. La Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario de Logroño propuso su progresión a tercer grado y el interno permanecerá en la sección abierta del centro.

Yagoba Codo Callejo ingresó en prisión el 30 de abril de 2001 y cumple una condena de 22 años y dos días por colaboración con banda armada y depósito de armas. Cumplió las tres cuartas partes en mayo de 2015 y quedará interno en la sección abierta de Logroño. Fernando Alonso Abad, por su parte, ingresó en prisión el 18 de agosto de 1996 y cumple una condena de 25 años por depósito de armas, tenencia de explosivos, pertenencia a banda armada y terrorismo. Cumplió las tres cuartas partes de la pena en mayo de 2015. En este caso, se encuentra en el Centro Penitenciario de Asturias y permanecerá ahora en Centro de Inserción Social de Asturias.

Desde la llegada de Grande-Marlaska a Interior se han autorizado una treintena de acercamientos de presos de ETA, pero la AVT cree que se está “beneficiando” a presos de ETA como Gorka Fraile, que ha obtenido la libertad condicional cuando desde colectivos de presos de la banda se reivindica que “esta vía legal la asumen como un medio de lucha” con el objetivo de “vaciar las cárceles sin que haya arrepentimiento”.