- Justo el día en que se dispararon las cifras de infectados y fallecidos, el respaldo a la ampliación del estado de alarma hasta el 11 de abril dejó sin embargo en evidencia que la tregua entre los partidos para remar todos en la misma dirección contra la pandemia es prácticamente historia. Tanto la oposición representada por las fuerzas de derechas como las formaciones soberanistas censuraron, desde diferentes prismas y con distinta carga de profundidad, la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez a la hora de encarar esta crisis sanitaria como su liderazgo, así como las medidas recentralizadoras que han ralentizado el cortafuegos al virus. Ante un hemiciclo casi vacío, con menos de 50 diputados presentes y gracias al voto telemático, el real decreto fue avalado por casi todos los partidos, aunque los soberanistas catalanes, al igual que EH Bildu, se abstuvieron.

“Este Gobierno nunca ha dejado de actuar”, proclamó el presidente español, apelando al aislamiento social como vía principal para combatir el virus. “No es sencillo solicitar esta medida y menos para la ciudadanía aceptar este sacrificio”, dijo, rechazando, eso sí, el confinamiento total. “Hay que ganar al virus sin dejar a nadie atrás. Esta pesadilla acabará y lo hará pronto. Nos hemos encerrado para ganar tiempo”, valoró Sánchez, consciente de que es aún más difícil para las mujeres maltratadas, personas que viven en infraviviendas o aquellas con problemas psicológicos. “Pero la vacuna somos cada uno de nosotros. Tenemos que adelantarnos a futuras amenazas”, dijo, demandando “unidad y lealtad” al resto de fuerzas. “Apartemos pensamientos egoístas y mezquinos. Nosotros ofreceremos máxima transparencia y colaboración”, zanjó.

No tardó en replicarle el líder del PP, Pablo Casado, quien entiende que “este país no está para más mítines y manuales de resistencia”. “El Gobierno no está respondiendo a la altura de los esfuerzos de los españoles”, señaló, planteando banderas a media asta, un funeral de Estado y un monumento en honor a las víctimas. Además, afeó que se autorizara la marcha del 8 de marzo y que se celebraran un buen número de eventos cuando el virus ya estaba presente. Para el presidente de los populares la escasez de material para que los profesionales sanitarios se protejan es responsabilidad directa del Ejecutivo: “No ofendan a los que están en el frente de esta batalla diciendo que ese material lo han comprado ya pero que llegará entre abril y junio. El mando único del Gobierno asumió la centralización de las compras y ahora han devuelto la pelota a las comunidades autónomas. Es usted el presidente investido con menos votos y escaños y el que más ha recibido de la oposición”.

Por ello, el PP votó a favor “por sentido de Estado”, pero, para Casado, “la eficacia del Gobierno es mínima. Estoy siendo el jefe de la oposición que usted no fue. No vamos a escrachear sus hogares ni a cercar las sedes de sus partidos o a ponernos pegatinas contra ustedes. Rinda cuentas todas las semanas no en prime time sino en las Cortes Generales”. “No mientan sobre la gestión sanitaria que hizo el PP. Sean ustedes leales también”, añadió, censurando que Pablo Iglesias rompiera la cuarentena o que “algunos miembros de su gobierno promuevan caceroladas contra el rey”. El líder del PP alertó de la necesidad de una agenda reformista para paliar los efectos de este escenario en la clase trabajadora.

Más duro se pronunció el máximo dirigente de Vox, Santiago Abascal, que acaba de superar el coronavirus y que pidió el cese de Fernando Simón, el experto que está al frente del gabinete de crisis, así como del president Quim Torra aplicando el artículo 155 por “reírse de nuestros muertos” . “Lo han hecho todo tarde y mal”, consideró, lanzando un dardo a Iglesias. “Creo que tiene a un totalitario peligroso sentado a su lado en su Gobierno y en vez de cesarlo ha utilizado este momento para darle más poderes”, reprochó la ultraderecha a Sánchez.

Desde Unidas Podemos, su portavoz Pablo Echenique, recordó que “predecir es muy difícil, especialmente el futuro”, cargando contra la derecha por “usar los problemas de nuestros sanitarios para acusar al Gobierno de ineficaz pero sin decir -por Casado- cómo lograr ese material a la mayor brevedad. Y no lo dice porque no lo sabe”. “ Y para colmo Abascal dice que los inmigrantes deben pagar por tener asistencia médica, algo repugnante e ineficaz”, apostilló. “Aún no se ve el pico de los malos datos. Pero sabemos que se acabó el dogmatismo de la austeridad para siempre, nadie defiende ya que de una crisis se sale recortando la sanidad y los salarios, o rescatando a la banca”, argumentó Echenique, que, eso sí, solicitó a Sánchez mayor restricción de movimientos si la situación llegara a empeorar.

Desde ERC, Gabriel Rufián recordó a la derecha que “las banderas ni consuelan ni curan, sean rojigualdas o esteladas”, sin estar de acuerdo con algunas de las decisiones del Gobierno de coalición. “Ni fatalismo, ni frivolidad, realidad. La ciudadanía le perdonará el exceso de prudencia pero no la inconsciencia. Hoy la demora hace perder vidas”, ilustró el republicano a Sánchez, sin entender por qué no se hizo el confinamiento total de Madrid o por qué no se permite el de Catalunya, como desea el Govern. La abstención residió en dos motivos: “Uno, que este es un problema que hubo que tratar de forma territorial; hay que parar toda actividad no esencial y cuanto antes. El segundo, el tufo a naftalina de ver a señores con medallas con un lenguaje bélico y las consencuencias de la regresión de derechos civiles con los protocolos policiales en la calle”. No hubo representación presencial de JxCat, que promueve también que el aislamiento sea completo.

Mikel Legarda confirmó el aval del PNV a la ampliación de la alarma reseñando que “es adecuada a tenor del momento y de lo que opinan los expertos”. En todo caso, los jeltzales también animaron a reconsiderar las medidas si no surten efecto y a vigilar la suspensión de derechos y libertades. “Hemos de volcarnos en el sistema sanitario solventando sus carencias y en los test de control”.

Por otro lado, salieron adelante otros decretos como la derogación del artículo del Estatuto de los Trabajadores que permitía el despido por acumular bajas médicas y los que atañen a medidas económicas de cara a tres pilares: reforzar la sanidad, apoyar a los autónomos y a las personas más vulnerables, además de la actividad económica con medidas de liquidez y flexibilidad.

“Pido unidad y lealtad ante el sacrificio de la ciudadanía; esta pesadilla acabará y lo hará pronto”

Presidente del Gobierno español

“No están a la altura de tanto esfuerzo, el país no está para más mítines y manuales de resistencia”

Presidente del PP