La Embajada de Rusia en Estados Unidos ha criticado a Estados Unidos por verter acusaciones "infundadas" sobre el uso de armas químicas por parte de las agencias de inteligencia rusas, en el marco del envenenamiento del opositor Alexei Navalni.

Así, la Embajada ha lamentado que el 'caso Navalni' haya estado desde el principio "de la mano de una campaña de propaganda agresiva" por parte de aquellos que defienden "la acusación infundada de envenenamiento" del opositor.

Este martes, un total de 45 países han presentado una petición ante la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) para que Rusia dé explicaciones sobre el envenenamiento de Navalni, para lo cual las autoridades rusas contarán con un periodo de diez días.

Por su parte, el Departamento de Estado estadounidense ha indicado en un comunicado que "Estados Unidos y muchos en la comunidad internacional han buscado desde hace mucho claridad en el intento de asesinato de Navalni por parte de Rusia con un arma química el 20 de agosto de 2020 y sobre si pretende cooperar con la OPAQ".

Ante esto, Rusia ha defendido su compromiso con las obligaciones derivadas de la Convención de Armas Químicas y ha puesto de manifiesto que en 2017 "eliminó todos los arsenales nacionales de agentes de guerra química", un hecho que "fue documentado por la OPAQ".

Sin embargo, ha acusado a Estados Unidos de ser "el único país que no ha eliminado su significativo arsenal de armas químicas", por lo que la Embajada ha hecho un llamamiento a Washington para que culmine con su programa de desmilitarización y cumpla con "las obligaciones internacionales".

Navalni, quien se encuentra encarcelado en Rusia, fue detenido el 18 de enero a su llegada al aeropuerto de Moscú por incumplir la libertad condicional tras pasar meses en Alemania recuperándose de un envenenamiento --del que el destacado opositor culpa directamente al presidente del país, Vladimir Putin--, tras lo que se sucedieron una serie de manifestaciones que se saldaron con miles de detenidos.

El hospital de Berlín al que fue trasladado Navalni en agosto de 2020 confirmó en su informe final que el opositor ruso fue envenenado con Novichok, un químico que ya se utilizó en 2018 contra el exagente Sergei Skripal en Reino Unido y cuyo rastro lleva a Rusia, si bien las autoridades rusas han negado cualquier tipo de vinculación con el suceso.