- El primer ministro británico, Boris Johnson, puso ayer en marcha su primera gran crisis de Gobierno, en un intento de superar una serie de traspiés políticos y cambios de dirección radicales que están sumiendo al país en unas turbulencias que parecen ganar fuerza en medio de la crisis del covid.

Sin duda alguna, la principal novedad hay que buscarla en el relevo de Dominic Raab al frente de Exteriores, siendo sustituido por la hasta ahora ministra de Comercio Liz Truss. Raab, que será ahora ministro de Justicia, era una de las tres manos derechas de Johnson. Fue muy criticado el mes pasado por retrasar su regreso de unas vacaciones en Grecia mientras que los talibanes se apoderaban de Afganistán, lo que retrasó la evacuación de los británicos y sus colaboradores afganos. Decenas de diputados de todos los partidos, incluidos varios tories, exigieron su cese en un debate de emergencia. Según varios medios británicos, Johnson, ante el enfado de Raab cuando se le comunicó el relevo, tuvo que añadir el cargo de viceprimer ministro a la cartera de Justicia.

Liz Truss, que tomará las riendas de la diplomacia británica al frente del Ministerio de Exteriores, es una mujer que ha encarnado las ambiciones globales del Reino Unido pos-Brexit negociando decenas de nuevos acuerdos comerciales. Desde el oscuro departamento de Comercio Internacional, Truss se ha ganado en los últimos dos años el reconocimiento dentro del Gobierno conservador gracias a su gestión de uno de los elementos clave de la arriesgada apuesta geopolítica del primer ministro Boris Johnson: tratar de compensar el golpe económico que supone la salida del mercado europeo. Truss, de 46 años, ha logrado extender 60 de los tratados comerciales de los que se beneficiaba el Reino Unido como miembro de la Unión Europea y ha rubricado nuevos acuerdos con 96 países.

Aunque la mayoría de esos convenios no han aportado grandes ventajas respecto a las condiciones con las que comerciaba Londres bajo el paraguas comunitario, su destreza negociadora ha evitado el desastre diplomático y económico que algunos anticipaban antes del Brexit.

Como la mayoría del “establishment” político británico, Truss defendió la permanencia en la Unión Europea antes del referéndum de junio de 2016. Apoyaba así las tesis del entonces primer ministro, el también conservador David Cameron, y una nutrida parte de los “tories” y la oposición laborista. Un año después del inesperado resultado de aquella consulta, en la que el 51,9% de los votantes optó por abandonar la UE, la ahora ministra de Exteriores hacía público su cambio de opinión. Los “enormes problemas económicos” que había anticipado no tenían por qué ser tan graves.

Su cambio de postura fue manifiesto, pero no completamente radical. En 2012, ya se había acercado al ala euroescéptica y neoliberal de los conservadores al escribir junto con otros compañeros de partido “Britannia Unchained” (”Britania desencadenada”), un manifiesto sobre “lecciones globales para el crecimiento y la prosperidad”.

Además, el hasta ahora responsable del programa de vacunación en el Reino Unido, Nadhim Zahawi, se ocupará de la cartera de Educación, mientras que otro de los pesos pesados del Ejecutivo, Michael Gove, dejará su cargo como ministro del Gabinete para dirigir Vivienda y Comunidades. Además, Gove seguirá siendo el interlocutor principal con Escocia.

Otra de las novedades se produjo en la cartera de Cultura, que recaerá en Nadine Dorries, ex secretaria de Estado de Sanidad y conocida en su país por haber participado en un programa de telerrealidad.

La copresidenta del Partido Tory, Amanda Milling, también ha sido destituida de su puesto, apenas semanas antes de que se celebre el congreso anual de la formación conservadora, y será reemplazada por Oliver Dowden, quien ocupaba la cartera de Cultura y que pasa a ser ministro sin cartera.

Cabe destacar que Priti Patel, una de las figuras más controvertidas en el seno del Ejecutivo, continuará al frente del ministerio de Interior, al igual que los titulares de Economía, Rishi Sunak, y Defensa, Ben Wallac.

Nueva directora ejecutiva. Además del ajuste ministerial por parte de Johnson, la BBC confirmó ayer el nombramiento de Jess Brammar, exresponsable de la web británica del portal informativo Huffington Post, en el cargo de directora ejecutiva de noticias de la corporación pública, desde el que supervisará los canales informativos BBC World News y BBC News. El anuncio fue realizado hoy durante una conferencia en Cambridge (Inglaterra) en la que intervino el presidente del ente público británico, Richard Sharp, que remarcó que “los fichajes individuales deberían basarse en los méritos, como es el caso de Brammar”. La BBC indicó que el nombramiento se llevó a cabo mediante un proceso “justo y abierto”.