- Un grupo de soldados de de Mali dio ayer un golpe de Estado y secuestró al presidente, al primer ministro y a varios altos cargos del Gobierno. La maniobra comenzó con el amotinamiento de un grupo no identificado del Ejército en la base militar de Kati, 15 kilómetros al noreste de Bamako, la capital.

Los rumores de lo que estaba ocurriendo provocaron pronto una gran confusión en las calles de todo el país, donde se cerraron las oficinas del Gobierno, los bancos y los comercios. Mientras tanto, la noticia del golpe de estado seguía sin confirmarse, ya que los militares cortaron los medios de comunicación público y el resto estuvieron emitiendo programas grabados anteriormente. No obstante, con el paso de las horas, varios convoyes de vehículos militares con soldados armados a bordo se dejaron ver por las carreteras de Bamako, donde ciudadanos contrarios al Gobierno salieron a aplaudir y vitorearles. Pronto los golpistas confirmaron la detención del presidente, Ibrahim Boubacar Keita, y el primer ministro, Soumeylou Boubèye Maïga, así como de los ministros de Asuntos Exteriores, Tiebilé Dramé, de Finanzas, Abdoulaye Daffé y otros altos cargos del Ejecutivo maliense.

El suceso se ha producido en mitad de un clima político muy convulso, con constantes protestas en el país, principalmente contra la figura del presidente Boubacar. La Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (CEDEAO) llegó a mediar en esta crisis y convocó una cumbre extraordinaria el 27 de julio para proponer una solución, pero sus recomendaciones, al no incluir la salida de Boubacar, no contentaron a los opositores y no permitieron reducir la inestabilidad.

La Unión Africana, equivalente a la UE de Europa, exigió la puesta en libertad de inmediato de los detenidos y el restablecimiento del orden en el país, exigencia a la que se sumó el Gobierno de España. Por su parte, la embajada española en el país pidió “la máxima prudencia y evitar cualquier desplazamiento que no sea de extrema necesidad” en Mali.