- Ningún militar español resultó herido ayer en un ataque con cohetes perpetrado contra la base iraquí de Besmayah, donde se encuentran unos 350 militares del continente español realizando tareas de entrenamiento a las fuerzas de seguridad locales.

Se trata del tercer ataque en una semana a bases iraquíes en las que hay militares españoles desplegados. Los dos anteriores fueron contra la base de Camp Taji y en ellos sí que fallecieron al menos tres militares de la coalición internacional y varios efectivos iraquíes resultaron heridos, aunque tampoco resultó afectado ningún miembro del contingente español.

El ataque tuvo lugar en las cercanías de Besmayah, a 45 kilómetros al sureste de Bagdad. En la base Gran Capitán alrededor de 350 miembros de las Fuerzas Armadas españolas se dedican al entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes.

Según aseguró un portavoz del Ministerio de Defensa, no hubo daños personales ni materiales en este ataque. El Mando de Operaciones detalló que los cohetes cayeron a 100 metros de la base y no se produjo ningún tipo de daño.

La agencia de noticias iraquí apunta que los cohetes cayeron en tierras agrícolas en las fábricas de ladrillos de Al-Nahrawan, en las cercanías de Besmayah.

Los ataques no han sido reivindicados por ningún grupo, aunque Estados Unidos acusa directamente a la milicia armada chií Kata’ib Hizbulá, integrada dentro de la agrupación Multitud Popular.

El asesinato selectivo del general iraní Qasem Soleimaní, coordinador de las milicias chiíes en Irak, en enero pasado, por un dron estadounidense, está haciendo insostenible la continuidad de las tropas extranjeras en Irak. De hecho, el propio parlamento iraquí ha instado su salida.

Aunque el Pentágono se resiste a abandonar Irak, anoche anunció el cierre de tres de sus bases más expuestas, cerca de la frontera siria, ante el permanente hostigamiento. -