Bagdad - Las autoridades políticas y religiosas de Irak condenaron y rechazaron el ataque que Estados Unidos llevó a cabo contra milicias chiíes en el oeste del país, que según la agrupación Multitud Popular, blanco del bombardeo, dejó 25 muertos y que ha aumentado la tensión entre ambos países. Las milicias progubernamentales iraquíes Multitud Popular, integradas principalmente por chiíes, denunciaron ayer lunes que 25 de sus hombres fallecieron por el ataque estadounidense contra las sedes de las brigadas 45 y 46 en la provincia de Al Anbar, fronteriza con Siria.

Además 51 milicianos resultaron heridos por la "agresión brutal", tal y como la calificó en un comunicado un dirigente de la Multitud Popular, que ha desempeñado un papel destacado en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en los pasados años y ha sido un apoyo fundamental para las tropas regulares iraquíes.

Ayer el Pentágono informó de que llevó a cabo "ataques defensivos" en Irak y Siria contra Kata'ib Hizbulá (KH), como se conocen esas brigadas que operan bajo el paraguas de la Multitud Popular, a las que responsabiliza de los últimos ataques con cohetes y proyectiles contra bases militares o instalaciones con presencia estadounidense en suelo iraquí.

En concreto, Washington culpa a KH de la muerte de un contratista estadounidense el pasado viernes por cohetes lanzados contra la base militar K1 en la localidad de Kirkuk, en el norte de Irak, siendo la primera víctima mortal de este tipo de ataques.

Mientras, el Gobierno iraquí y la máxima autoridad religiosa chií del país, el ayatolá Ali al Sistani, condenaronayer lunes el ataque estadounidense, del que las autoridades fueron informadas previamente por el secretario de Defensa, Mark Esper.

escalada violenta Abdelkarim Jalaf, portavoz del comandante de las Fuerzas Armadas y primer ministro iraquí en funciones, Adel Abdelmahdi, aseguró en un comunicado que el jefe del Ejecutivo expresó a Esper su "fuerte rechazo respecto a la decisión unilateral que podría llevar a una escalada" de la violencia en suelo iraquí.

Ayer el Consejo Ministerial de Seguridad Nacional, presidido por Abdelmahdi, analizó las repercusiones del ataque y al término de su reunión dijo en un comunicado que "el Gobierno iraquí condenó la acción y la consideró una violación de la soberanía iraquí".

Asimismo, la calificó de "infracción peligrosa de las reglas de actuación de las fuerzas de la coalición" internacional liderada por Estados Unidos, que realizó "una operación de forma unilateral sin permiso del Gobierno iraquí".

El Consejo destacó que lo sucedido "lleva a Irak a revisar las relaciones y el contexto político, legal y de seguridad" en el que actúa la coalición internacional, que opera en suelo iraquí con el beneplácito de Bagdad.

Por su parte, Al Sistani, también rechazó el ataque y resaltó "la necesidad de respetar la soberanía iraquí y no infringirla con el pretexto de responder a prácticas ilegales de algunas partes", según una fuente de su oficina citada por su página web oficial.

El ayatolá subrayó además que sólo las autoridades iraquíes pueden tomar medidas contra "esas prácticas", en referencia al lanzamiento de proyectiles y cohetes por parte de grupos armados a los que Irak no ha identificado ni responsabilizado directamente.