¿Cómo está viviendo el ataque de Rusia?

-Con muchísima preocupación. La región de los chavales se está viendo bastante afectada y nos llegan muchas noticias desde sus casas, cada uno a su nivel, pero todas de preocupación y de tristeza.

¿Las explosiones se están produciendo cerca de sus aldeas?

-Ellos viven en el paso de Bielorrusia a Kiev. Los que están más cerca de la carretera han visto pasar a todos los soldados, los tanques y los coches fúnebres. Los que están más alejados oyen bombardeos, tiros, cosas que no sé hasta qué punto pueden identificar, pero los tienen ahí. Ahora me comentan que han debido quemar un bosque de la región de al lado y que ya huele a humo. Imagínate la situación.

¿Están totalmente indefensos, sin posibilidad de escapatoria?

-Ellos solo pueden esperar en casa, preparar una maleta con lo más necesario y los que tienen suerte y tienen bodegas preparadas para las patatas y las conservas están pensando en meterse en ellas hasta que haga falta, pero son sitios muy reducidos.

Las familias de acogida estarán muy nerviosas, intentando contactar con los menores.

-Cada uno recibe las noticias de su niño o niña. Tenemos familias que tienen menores de casi 18 años y otras que tienen padres muy jóvenes, que están llamados a alistarse. Algunos están esperando instrucciones para salir a la guerra. Me decía una niña que el marido de su madrina es policía y ya le han llamado y le han dicho que vaya. Entonces, cada uno lo vive a su nivel, pero con muchísima preocupación. Las familias están pendientes y nosotros recopilamos la información que podemos, pero es muy pronto y no sabemos mucho más.

¿Se puede ayudar a estas familias desde Euskadi?

-Vamos a intentar de alguna manera o de otra ayudarles allí o si tienen que salir o hay que mandarles algo. Nosotros les ayudamos habitualmente con comida y las familias ahora preguntan: ¿Se les puede mandar? Pero ahora mismo no sabemos si la tienda está abierta ni si lo van a recibir. Es todo muy reciente, pero, desde luego, si hay alguna manera de ayudarles, aquí vamos a estar.

¿Barajan la posibilidad de traer a los menores a Euskadi?

-Se nos pasa todo por la mente, pero no podemos asegurar que vaya a pasar una cosa u otra. Nosotros vamos a ir dando pasos para ayudarles con todo lo que podamos. Estamos muy preocupados y nerviosos y sin saber qué hacer, intentando escucharles, atenderles, porque están muy preocupados. Desde aquí les damos ánimos. Mucho más ahora mismo no podemos hacer, pero que sepan que estamos aquí, que es muy importante.

¿Le ha pillado por sorpresa el ataque o se lo temía?

-Yo particularmente pensaba que iba a haber ataque. Llevo con este runrún desde desde que en 2014 asaltaron Crimea y se lo quedaron porque sí y ya se veía, por las noticias, que esto iba a más. A ellos también les iban dando unos indicios y pensábamos que podía pasar, pero en el fondo nadie quería que pasara. Estábamos con la cosa de que igual solo quería asustar y no.