El aeropuerto de Bilbao está buscando al dueño de una vieja avioneta Cessna 177 que lleva aparcada en las instalaciones de la vieja terminal de Sondika desde hace casi una década, según han confirmado fuentes de la dirección de La Paloma. Una búsqueda que se intuye infructuosa tanto por el tiempo transcurrido como por los miles de euros que acumula como deuda el aparato en concepto de estacionamiento.
El pasado miércoles el Boletín Oficial del Estado publicaba el primero de los anuncios por los que el nuevo director del aeropuerto iniciaba el procedimiento habitual en estos casos, como si se tratara de un coche abandonado en un depósito tras recogerlo la grúa. En este caso, la Ley de Navegación Aérea estipula que se debe avisar al titular de la avioneta, el cual el aeropuerto de Bilbao tiene en este caso perfectamente identificado, con tres publicaciones en el BOE en fechas distintas a lo largo de un año antes de que se abra el procedimiento que declare su abandono.
Si el aparato no se reclama en un año desde el último aviso, se determina su abandono legal y el aeropuerto podrá cederlo, reutilizarlo para pruebas o simulacros, o mandarlo a la chatarra. Todo hace sospechar que este último será su destino sobre todo si tenemos en cuenta que el propio anuncio del BOE indica que el aparato "se encuentra en evidente estado de abandono".
En caso de achatarramiento, y como sus restos no pueden conservarse, se abrirá una subasta para que el aeropuerto pueda obtener algo de dinero. Una cantidad que será ridícula si tenemos en cuenta el coste que adeuda el propietario de la vieja Cessna 177 con matrícula EC-FQL en concepto tan solo de tarifas por aparcamiento. Fuentes del aeropuerto no han cuantificado el montante en euros, pero serán varias decenas de miles si tenemos en cuenta que, con las tarifas de AENA actualizadas a abril último, el dueño de un aparato de este tamaño, cerca de dos toneladas de peso, abona por jornada un total de 12,76 euros.
La aeronave que, según fuentes de La Paloma, es la única abandonada en las instalaciones, se encuentra ahora mismo dentro de uno de los hangares ubicados en la vieja terminal sur del aeródromo, en Sondika. Su traslado se determinó después de un tiempo sin moverse en la zona exterior de estacionamiento y para evitar riesgos a otros pilotos.
Aunque pueda parecer algo extraño no es tan inusual el abandono de aviones en los aeropuertos. El pasado mes de junio, el aeropuerto de Valencia inició un proceso de subasta de un total de 23 aeronaves de diferente tamaño, la mayoría avionetas o monomotores con precios que oscilaban entre los 2.000 y los 8.300 euros.