Este verano son pocos los que han decidido viajar a destinos lejanos para pasar las vacaciones. La apuesta mayoritaria es por el turismo de proximidad. Pero de unos días a esta parte, las noticias de rebrotes se multiplican.
Los mapas de los nuevos casos simulan un queso gruyere lleno de agujeros como taladrados por el coronavirus. Y con ellos la inquietud se contagia más rápido que cualquier pandemia.
A estas alturas una gran mayoría de veraneantes ya tiene contratado su apartamento, su vuelo o su habitación de hotel, pero y si ¿estando bajo la sombrilla me pilla uno de esos rebrotes? ¿qué hago, me voy o me quedo?
Pues cualquiera de esas opciones es válida, en un primer momento lo más sencillo es regresar a casa, algo que se les permite a la gente de otras comunidades. Bien, entonces arreglado me vuelvo y ya está.
Pero quien opte por esta opción podría perder el dinero del alojamiento. Y es que una vez ocupado no se puede acoger a la normativa de anulación por el covid-19. Habría que pactar esa salida con el hotel o el dueño del apartamento.
En caso de quedarse va a ser difícil poder utilizar las zonas comunes de los hoteles y en el mejor de los casos se usarían bajo medidas restrictivas.
Si estoy en una zona confinada y tengo que volver a trabajar, ¿podría quedarme hasta que pase el confinamiento? Malas noticias. Si estás en una zona bajo confinamiento y no estás enfermo ni estás en cuarentena, la empresa te haría llegar un salvoconducto y deberías incorporarte al trabajo. La única posibilidad sería la de teletrabajar desde el lugar del confinamiento.
Pero si un confinamiento de quince días me pilla a falta de una semana para el fin de las vacaciones, ¿podría quedarme en el hotel? En principio sí, porque tu habitación difícilmente la ocupará otro turista. La mala noticia es que muy probablemente la tengas que pagar de tu bolsillo. La única opción sería que las autoridades te impidieran la salida, en ese caso serían ellas las que deberían afrontar los gastos.
A nivel sanitario el turista debe ponerse a las órdenes de las autoridades sanitarias locales y en caso de que éstas le permitan viajar a su lugar de origen deberá comunicarlo a la llegada al médico de cabecera. Eso sí en ningún caso se puede viajar, si se le ha hecho una prueba PCR, hasta conocer el resultado.