MADRID - El PSOE ha ganado con claridad las elecciones generales y Pedro Sánchez podrá ser investido como presidente toda vez que la suma de los tres partidos de la derecha -PP, Ciudadanos y Vox- no alcanza la mayoría suficiente para poder impedirlo. Lejos de la mayoría absoluta, Sánchez tendrá que buscar alianzas con más de una fuerza política.
En una situación de abierta polarización, el electorado se ha movilizado por encima de las citas anteriores en torno al 75% del censo, tanto en Euskadi como en el Estado, y ha respondido en las urnas activando un caudal de voto que ha ejercido de dique al discurso recentralizador y ultranacionalista de las derechas españolas.
Estas se han visto lastradas por su propia pugna interna, en la que el PP ha conservado una exigua ventaja sobre C’s y Vox que no oculta la debacle y cuestiona el liderazgo de Pablo Casado. El crecimiento de Ciudadanos también ha sido insuficiente para liderar el bloque ideológico que pretendía y la irrupción de Vox, siendo significativa, ha quedado lejos de sus previsiones optimistas aunque ha servido para sacar del armario a ese votante ultranacionalista español que permanecía agazapado en la casa común de las derechas que hasta ahora era el PP. La dimensión del fracaso de Casado se mide también en Euskadi donde, por primera vez y por un puñado de votos, no obtendrá representación en el Congreso de los diputados y deja finalmente al vitoriano Javier Maroto sin acta de diputado a expensas del voto remitido desde el extranjero.
Sánchez tendrá que gestionar en el PSOE la tentación de buscar la estabilidad en el Gobierno con Ciudadanos, que le aportaría una mayoría absoluta pero que su propia militancia le negaba anoche a las puertas de Ferraz gritándole “con Rivera no”. En Euskadi, la reacción a la amenaza al autogobierno que han acreditado las derechas se ha volcado en conceder al PNV el liderazgo de la representación en Madrid, como primera fuerza política en los tres territorios históricos y con un intenso incremento del voto cifrado en más de 100.000 electores por encima de las últimas generales, que se traduce en un diputado más y una fuerte presencia en el Senado.
También EH Bildu ha recuperado más de 60.000 votos en la CAV y dobla su representación en el Congreso aunque sigue siendo cuarta fuerza política por detrás de PSOE y Unidas Podemos, que pierde fuelle y pasa a su vez a ser tercera fuerza, después de liderar las dos últimas elecciones generales.
En Nafarroa, la experiencia de la suma de las derechas -UPN, PP y Ciudadanos- fracasa al quedarse lejos de los 127.000 votos que sumaron por separado hace tres años. Crecieron significativamente, pese a no lograr representación, tanto EH Bildu -con escasas opciones de obtener un escaño con el voto exterior- como Geroa Bai, con 16.000 y 8.000 votos más que hace tres años, respectivamente, lo que augura unas elecciones forales muy reñidas dentro de cuatro semanas.
Refuerzo del PNV. Los jeltzales lideran el crecimiento de la representación abertzale en las cámaras del parlamento español con un diputado más en el Congreso (6) y cuatro senadores más (9).
El estado plurinacional. Los partidos soberanistas vascos y catalanes suman 32 escaños en el Congreso (8 más que en la pasada legislatura) y 22 en el Senado (4 más) con ERC y PNV como referentes de Catalunya y Euskadi, respectivamente.
La tentación Ciudadanos. Los 123 diputados del PSOE sumarían con Ciudadanos una mayoría absoluta de 180 que la militancia del PSOE vetaba anoche mismo a gritos pero que Sánchez no descartó al afirmar que no aplicaría cordones sanitarios.