Londres - El Gobierno británico advirtió ayer que rechazar del acuerdo sobre el Brexit que se votará el próximo martes puede provocar una “parálisis” política y evitar la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), prevista para el 29 de marzo. En una jornada en la que se celebró la tercera de las cinco sesiones de debate previstas sobre el acuerdo en la Cámara de los Comunes, el Ejecutivo conservador trató de aumentar la presión sobre la facción de diputados de su propio signo y del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP) que se oponen al texto.

A pesar de esos esfuerzos, la primera ministra, Theresa May, parece abocada a perder una votación que ya pospuso a principios de diciembre para evitar una derrota. “Si nosotros, como clase política, no logramos hacer realidad el Brexit, se produciría una profunda ruptura de la confianza de los ciudadanos hacia los políticos. Creo que nos arrepentiríamos durante muchas generaciones”, advirtió el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt.

Al mismo tiempo, la ministra de Trabajo y Pensiones, la también conservadora Amber Rudd, alertó de que la falta de consenso en el Parlamento sobre el rumbo que debe seguir el país puede abocarlo a una ruptura no negociada con la UE. “Trabajaré con mis compañeros para asegurarnos de que eso no ocurre. Estoy comprometida con tratar de obtener el mejor resultado para este país, lo que pasa por apoyar el acuerdo de la primera ministra”, subrayó.

May se enfrenta al rechazo al acuerdo por parte de decenas de diputados de su propia formación, el Partido Conservador, descontentos con el mecanismo de salvaguarda diseñado para evitar una frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. Esos tories, igual que el DUP, temen que esa cláusula mantenga atado al Reino Unido a las estructuras comunitarias por un periodo indefinido, mientras Londres y Bruselas no firmen un nuevo tratado comercial bilateral, lo que puede tardar años.

En los últimos días, el Gobierno ha explorado la posibilidad de que algunos diputados laboristas rebeldes, en particular aquellos elegidos en circunscripciones partidarias del Brexit, respalden su pacto ante el temor a que tumbarlo signifique cancelar la salida de la UE o bien una ruptura no negociada.

El laborista Jim Fitzpatrick admitió ayer en la Cámara de los Comunes que está valorando respaldar el texto, al que los 27 líderes de los países comunitarios restantes dieron su visto bueno en noviembre. “Parece que esta Cámara todavía no ha llegado a ese punto, pero en algún momento vamos a tener que reconocer que el peligro de un no acuerdo está todavía ante nosotros y que la única alternativa real es el pacto de la primera ministra”, dijo el parlamentario de la oposición.

La portavoz de Interior laborista, Diane Abbott, resaltó sin embargo que la postura oficial de la formación continúa siendo la de votar en contra del pacto de May. Subrayó asimismo que el laborismo está “comprometido con respetar” el resultado del referéndum de 2016, en el que el 51,9% de los votantes optó por abandonar la Unión Europea.