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La debilidad de May tras el acuerdo con Bruselas hace temer por su continuidad

Dos ministros y varios altos cargos y dirigentes conservadores dimiten dejando a la primera ministra al borde del abismo

La debilidad de May tras el acuerdo con Bruselas hace temer por su continuidadefe

Londres - La primera ministra británica, Theresa May, defendió ayer en el Parlamento el acuerdo preliminar de Brexit alcanzado con la Unión Europea (UE) y aseguró que seguirá al frente del Ejecutivo a pesar de la dimisión de importantes ministros. Renuncias en el Ejecutivo, cartas de los diputados conservadores pidiendo una moción de confianza y duros ataques de la oposición tuvo que encajar ayer la premier británica, quien el miércoles por la tarde anunciaba triunfal que sus ministros apoyaban el pacto para la salida del Reino Unido de la UE, aunque ayer se confirmó que no todos los miembros del gabinete iban en el mismo barco, empezando por la dimisión de quien capitaneaba las negociaciones del Brexit, el ministro para la salida de la Unión Europea, Dominic Raab. Otra baja destacada fue la de la titular de Trabajo y Pensiones, Esther McVey, junto con la de algunos secretarios de Estado, pero el goteo de dimisiones parecía ayer no tener fin. Un panorama que no desalentó a la conservadora ante la Cámara de los Comunes y los periodistas, defendiendo a ultranza un acuerdo del que se desentiende su propio negociador, lo que despertó más risas entre los diputados que sus famosos bailes virales en la red.

Acosada por los críticos, May aseguró que el borrador difundido este miércoles, que determina la salida del Reino Unido de la UE y la futura relación comercial, es el mejor pacto posible y mantuvo que la alternativa sería “ningún pacto” o que “no haya Brexit. La líder conservadora provocó las risas de los diputados al cantar las virtudes del borrador, del que advirtió que no es el acuerdo final, y afirmar que el texto permitirá que el país salga del bloque comunitario “de manera fluida y ordenada” el 29 de marzo de 2019.

May, que aseguró que no piensa dimitir pese a la amenaza de una moción de confianza por parte de sus colegas conservadores, explicó que el Reino Unido tendrá eventualmente un acuerdo comercial con la UE “más ambicioso” que ningún otro país. También dijo que era inevitable incluir en el pacto la polémica cláusula de seguridad para Irlanda del Norte, que vinculará a este país indefinidamente con el bloque europeo en caso de que, al final del periodo de transición, no haya en vigor un pacto comercial bilateral, y que incluye un régimen especial para el territorio norirlandés bajo soberanía británica. May sostuvo que “hubiera formado parte de cualquier acuerdo” el plan para evitar una frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda, puesto que era una exigencia clave de Bruselas.

Y es que la principal piedra en el camino que hace tropezar la salida del Reino Unido de la UE es el plan para evitar una frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda, una exigencia clave también para Bruselas. El Partido Democrático Unionista (DUP), cuyo apoyo permite a los conservadores de May gobernar en minoría, rechaza el borrador porque otorga un estatus diferente a Irlanda del Norte respecto al resto del Reino Unido, lo que a su juicio rompería el país y pondría en peligro la paz. El acuerdo prevé que todo el Reino Unido permanezca temporalmente en la unión aduanera, mientras que se añadirían provisiones específicas para reforzar la posición de Irlanda del Norte.

‘tories’ contra may El régimen especial norirlandés es lo que ha acelerado la dimisión de varios miembros del Gobierno, entre ellos la ministra de Trabajo, Esther McVey, y para la salida de la UE, Dominic Raab, que argumentó que la cláusula amenaza “la integridad territorial” del Reino Unido. Pese a dejarla en la estacada, Raab declaró a la BBC que May debe “seguir” al frente del Gobierno, si bien ha de cambiar “el rumbo del Brexit”.

Otros compañeros de partido no tuvieron esa misma delicadeza con su todavía líder. Y es que si May se hunde con su tabla de salvación, el acuerdo preliminar del Brexit puede irse también a pique y no salir a flote ni aunque lo intenten unidos los 27 miembros de la UE. La píldora más amarga que puede atragantar a May y dejarla sin voz en la UE es el reto público a su liderazgo de uno de los cabecillas del sector más eurófobo del Partido Conservador, Jacob Rees-Mogg, primero en promover una moción de confianza contra ella. Rees-Mogg, líder del sector más euroescéptico de la formación, confirmó ayer la petición a su grupo parlamentario para que la primera ministra británica, Theresa May, sea sometida a una cuestión de confianza. El político tory, que encabeza a unos cincuenta parlamentarios del denominado European Research Group, informó de que había enviado una carta con esta solicitud al presidente del grupo parlamentario del Partido Conservador, Graham Brady, para promover la elección de un nuevo líder. Si logra que otros 47 parlamentarios sigan su ejemplo y envíen una carta al grupo tory en contra de May, se convocaría una votación para iniciar un proceso de primarias.

Por su parte, el vicepresidente del Partido Conservador, Rehman Chishti, presentó su dimisión por no apoyar el acuerdo. Chishti afirmó en su misiva de renuncia al cargo que está “decepcionado” por la falta de “liderazgo” del Ejecutivo y adujo que no puede apoyar un pacto que va en contra del manifiesto conservador.

Desde la oposición, el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, dijo que el Gobierno es un “caos” y que la primera ministra ha perdido su autoridad. Se preguntó cómo pretende la líder conservadora que los británicos confíen en un acuerdo de salida de la UE que “el propio ministro del Brexit -Dominic Raab-, que lo ha negociado, no puede apoyar”, e indicó que los laboristas lo rechazarían en una eventual votación parlamentaria en diciembre.

Desde una de las naciones que componen el Reino Unido, May tampoco recibía mejores noticias. El Parlamento escocés someterá a votación el acuerdo preliminar del Brexit, antes de que lo haga el de Westminster, anunció ayer el ministro regional de Relaciones Constitucionales, Michael Russell. En una comparecencia en Holyrood, la Cámara escocesa, Russell avanzó que si el pacto recibe el aval de los Estados comunitarios en la cumbre que tendrá lugar el 25 de noviembre, su gobierno lo presentará ante los diputados escoceses. Russell precisó que el Ejecutivo escocés, presidido por la independentista Nicola Sturgeon, “se asegurará de que el Parlamento escocés tenga el derecho a dar su propia opinión sobre este pacto”. El también titular escocés para el Brexit destacó que el borrador presentado por la primera ministra británica, la conservadora Theresa May está “esencialmente muerto”, debido a la oposición que ha levantado entre las filas tories y los partidos de la oposición.

la UE no descarta la caída de May Con este panorama, hasta en Bruselas se especula ya con una posible caída de Theresa May. Algo que no haría mover la posición de la UE, que sólo estaría dispuesta a flexibilizar los plazos. La UE no tiene un plan B en la negociación del Brexit en el caso de que caiga el Gobierno británico, que se encuentra en una situación límite tras una ola de dimisiones de altos cargos opuestos al acuerdo entre Londres y Bruselas, dijeron ayer fuentes diplomáticas.

“No hay un plan b. Si el Gobierno (británico) cae y tenemos el problema de que no podemos celebrar un Consejo Europeo sobre el acuerdo o si el Parlamento británico no lo ratifica, se plantea un escenario de abismo”, declaró la fuente.

Aunque señaló que “cualquier escenario es posible”, esta fuente admitió que una caída del Ejecutivo encabezado por Theresa May supondría entrar en “una crisis muy seria”, una situación que precisamente se intenta evitar con el acuerdo técnico de los negociadores al que dio luz verde el Gobierno británico.

Un nuevo gabinete en el Reino Unido, con el riesgo de que su posición virara hacia la preferencia de un Brexit duro, ajustaría incluso más los plazos para llegar al día previsto para la salida, el 29 de marzo de 2019, que no obstante “no es inamovible”. Si el Consejo está dispuesto a prolongar las negociaciones, hay “un margen” hasta que el Parlamento Europeo esté constituido, señaló la fuente. Aunque explicó que existirá un “problema jurídico” si el Reino Unido no convoca elecciones y permanece como Estado miembro.