Bruselas - “Depende de nosotros”. La Unión Europea ya no puede confiar en que Estados Unidos le defenderá militarmente. Y eso lo cambia todo. El inquilino de la Casa Blanca no confía en los socios comunitarios y considera que el orden liberal que ha gobernado occidente desde la segunda guerra mundial es caduco.
Es un mensaje que no solo ha salido solo de París y Berlín, sino también de muchas otras capitales. Especialmente después de la última cumbre de la OTAN en la que los socios de la alianza atlántica tuvieron que lidiar con un Donald Trump, presidente norteamericano, que exige al resto de miembros que gasten el 2% del PIB.
De hecho en un discurso la semana pasada Trump admitió que amenazó al resto de líderes con abandonar la OTAN si estos no gastaban más en defensa. Y por eso Europa no puede seguir esperando, según Emmanuel Macron. “Depende de nosotros” defender a la UE, aseguró ayer en un discurso ante los embajadores franceses reunidos en París. En su discurso el dirigente galo también explicó que la estrategia de defensa europea debe incluir a Rusia cuando se registren progresos en la injerencia rusa en la guerra civil ucraniana, así como la anexión ilegal de partes del territorio ucraniano.
Macron pierde cada vez más popularidad entre los franceses a la vez que señala que continuará con su agenda de reformas, que está encontrando una gran oposición entre el electorado galo. El presidente afronta unas elecciones europeas en 2019 que serán duras para él: desde que llegó al Elíseo no ha podido cumplir con sus promesas, en gran parte por el rechazo a avanzar en ellas por parte de Berlín.
El papel de Europa en el mundo Angela Merkel, canciller alemana, también habló del papel general que debe jugar la Unión Europea en el mundo. Lo hizo en su primera entrevista televisada tras las vacaciones de verano: “Tenemos que tomar más responsabilidad”. “Para Alemania eso significa poner nuestra confianza en Europa. Tenemos un gran deber y la gran tarea de hacer a esta Europa un agente fuerte en el mundo, para asegurar la prosperidad, la paz y la libertad”.
Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos se ha pedido a Alemania que tome el liderazgo de las democracias liberales, un puesto abandonado desde que Trump se instalara en la Casa Blanca. Pero hasta ahora Berlín no ha sido capaz de tomar las riendas: en parte por la naturaleza del país, muy encerrado en sus discusiones internas, en parte por la debilidad del Gobierno de Merkel, y también porque el país tiene muchos problemas, como es el aumento de la extrema derecha.
Además, la última vez que la canciller alemana apostó por mostrar liderazgo, cuando mantuvo la política de puertas abiertas durante la crisis migratoria, el resultado fue negativo para su partido: la CDU ha perdido votos y la extrema derecha ha ganado posiciones en el electorado. Las críticas hacia Merkel desde dentro del partido son cada vez mayores, a la vez que la formación se pregunta si debe girar hacia la derecha, como hace el resto de Europa, o debe hacer una defensa del conservadurismo liberal.
Sin embargo Merkel no habló de los asuntos internos europeos, y si no se aplican reformas Europa puede volver a sufrir una crisis que le anule en ese papel mundial que Merkel cree que debe jugar.