May se hace con la batuta del ‘Brexit’
Los partidarios de una salida dura acusan a la primera ministra británica de llevar a cabo una “operación paralela”
Londres - La primera ministra británica, Theresa May, anunció esta semana lo que era un secreto a voces, que se encargará personalmente de las conversaciones del Brexit, quitándole así la responsabilidad al ministro Dominic Raab, nombrado hace apenas dos semanas para reemplazar a David Davis, partidario de una salida dura del bloque común.
En el anuncio hecho por escrito, May detalla que el Ministerio para la Salida de la UE (Dexeu, por sus siglas en inglés) continuará dirigiendo todos los preparativos del gobierno para el Brexit a nivel nacional, tanto sí finalmente hay un acuerdo como si finalmente se da un escenario sin él, pero deja claro quién llevará la batuta del negociación con Bruselas. “Es esencial que el gobierno se organice de la manera más eficaz para permitir a Reino Unido salir de la UE”, enfatizó May, justo un día antes de que los diputados británicos se vayan de vacaciones hasta septiembre.
Raab insistió en quitar hierro al asunto, diciendo no había sido marginado de la negociación, ya que en su opinión May siempre ha estado a cargo de las conversaciones y estos cambios ya se los había comunicado el día que le ofreció ser el nuevo ministro. Para el nuevo ministro, con este cambio se garantiza que haya “una cadena de mando” para “obtener el mejor trato posible”, reconociendo que en el pasado hubo “tensiones” entre su ministerio y la Oficina del Gabinete que lidera May, porque el peso pesado de la negociación cae en la llamada Unidad para Europa de la primera ministra, que dirige el funcionario Olly Robbins, y no en el ministerio del Brexit.
Stewart Jackson, quien fue jefe de personal de David Davis antes de renunciar hace dos semanas, acusó a Downing Street de llevar a cabo una “operación paralela” y mantener a los funcionarios y ministros del departamento Brexit “en la oscuridad” sobre las propuestas. A eso se unieron voces como las del conservador, Craig Mackinlay, sugiriendo que se había producido un “golpe” para tomar el control del proceso de salida de la UE lejos del plan de David Davis, a lo que Robbins respondió con un “honestamente, no reconozco la imagen que estás pintando”.
Mientras, desde el partido laborista, el responsable del Brexit, Keir Starmer, explicó como ahora quedaba claro que el nuevo proyecto de ley para la salida de la UE, que tendrá una autoridad financiera para administrar los pagos de divorcio a la UE de entre 35.000 y 39.000 millones de libras, “necesitaría una cirugía mayor”. Desde su partido, el diputado John McDonnell fue mucho más crítico con sus propios compañeros e instó a cuatro parlamentarios laboristas, Kate Hoey, John Mann, Frank Field y Graham Stringer, quienes respaldaron a May en los votos clave del Brexit para que dejen de “apuntalar” al gobierno y, como les dice, “con el mayor respeto que puedo, que están tomando una decisión equivocada”.
McDonnell habló con ellos en la Cámara de los Comunes antes de la votación sobre una enmienda al proyecto comercial, lo que habría permitido al Reino Unido unirse a una unión aduanera si no acepta un acuerdo de libre comercio con la UE. “Les dije, miren que este Gobierno se está tambaleando ahora y cuanto más tiempo pase, más daño le va a hacer a nuestro país: dejar de lado al partido, pero esto es un daño para el país”.
McDonnell quiere convencerlos de que cuanto “más apoyen a este Gobierno, mayor será el daño que este Gobierno hará y más nos vale que lleguemos a la situación en la que permitamos que los laboristas asuman las negociaciones”. Y de no conseguirlo, llama a la celebración de unas elecciones generales, donde los ciudadanos puedan decidir.
La visión desde Irlanda. Desde Irlanda, el ministro de Exteriores y también el número dos de Leo Varadkar, Simon Coveney, advirtió que el Reino Unido “no puede permitirse” abandonar la UE sin un acuerdo, haciendo un llamamiento a que la gente abandone la “postura dura” de casi no dar la bienvenida a ningún trato y diciendo que ahora le toca al Reino Unido mostrar flexibilidad en sus conversaciones.
Coveney mantuvo esta semana conversaciones en Londres con el adjunto de May, David Lidington, y la ministra para Irlanda del Norte, Karen Bradley, como parte de la conferencia intergubernamental británico-irlandesa, la primera reunión de este tipo que se celebra en once años.
El político irlandés cree que mucha gente está “hablando inapropiadamente” de la posibilidad de un Brexit sin acuerdo, lo cual cree que “no será probable. No creo que nadie lo quiera. No creo que haya una mayoría, sin duda en el parlamento del que vengo o en el Parlamento de Londres, que lo respalde”.
Por esta razón, Coveney cree que se deben centrar en intensificar las negociaciones, tratar de encontrar soluciones para avanzar, en oposición al tipo de postura dura que algunas personas sienten la necesidad de tomar en relación con creer que todo puede terminar en un Brexit sin acuerdo, y eso “no va a resolver el problema”.
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