donostia ? Dejó la presidencia de su partido en septiembre de 2014 y no termina de hacerse del todo a la nueva vida sin las presiones políticas, las llamadas telefónicas continuas y, mientras ETA mataba, a las medidas de protección. Sigue al tanto de la actualidad política pero desde una posición más serena y abierta.

¿Cómo se ve la política desde la barrera?

?Se ve con mucha más objetividad y mucha menos pasión y sectarismo. Se tiene una comprensión de la política más global y menos partidista.

¿Es un mensaje a los políticos? ¿Para que pisen suelo y salgan de su burbuja?

?No me atrevo a lanzar mensajes a nadie. Me cabrea mucho más el sectarismo y la incapacidad de los partidos para los acuerdos. Quizá el País Vasco es una excepción en estos momentos, hay menos politiquería que en el resto de España, donde no se ponen de acuerdo en nada, ni en terrorismo, ni en la reforma constitucional, ni en el modelo de Estado, ni en Catalunya. Supongo que cuando yo mismo estaba metido en la política de primera línea adolecía de ese mismo sectarismo.

Usted ha sido un político poco ortodoxo, un verso suelto. ¿Le ha perjudicado en su andadura política?

?Ha podido jugar en mi contra en el sentido de que me he movido un poco solo, fuera de los grupos o sectores que se forman dentro de los partidos. Si eres un poco heterodoxo, tienes unas limitaciones políticas, nadie se fía del todo de lo que puedas hacer. Aunque en algunos momentos he pasado por momentos malos, creo que ha sido positivo para mí.

¿Se ha sentido incomprendido?

?En algún momento sí, pero visto con perspectiva el haber mantenido siempre las mismas ideas forma parte del capital político de cada cual.

¿Incomprendido porque los partidos necesitan acólitos y gente disciplinada?

?Sí, porque a los partidos les marcan la agenda política los periódicos. Aunque parezca mentira, el político que triunfa es el que lo primero que hace al empezar el día es leerse los periódicos y está todo el día pensando en qué va a salir en el papel al día siguiente. Como viven con esa obsesión, piensan que el que se sale un poco de ese esquema perjudica al partido.

¿Tanto condicionan los medios de comunicación la vida política?

?Cada vez más. Hay políticos que lo llevan muy bien, le dan la importancia relativa que tienen, pero hay otros que son unos auténticos obsesos de un titular. Un titular les puede hacer cambiar de política o de decisión. Actualmente, en el PP y en el PSOE todo lo que dicen y hacen lo hacen pensando en la reacción de los medios.

¿No deberían tener en cuenta los titulares?

?Un buen político es aquel que no está permanentemente sometido a lo que digan los medios. Los partidos políticos deben defender sus posiciones políticas por encima de lo que diga o haga la prensa.

¿Pedro Sánchez dirige el PSOE a golpe de titular?

?El PSOE está atenazado por dar con la fórmula que le permite que la prensa le apoye. Pedro Sánchez empezó su andadura al frente del partido con una gran bandera española, luego pasó a la nación de naciones, ahora vuelve a la normalidad. Hace muchas cosas pensando en la reacción de la prensa. En parte es necesario porque la prensa es la que te hunde o te saca a flote.

¿Y el PP?

?Al PP todo aquello que le puede suponer una crítica en la prensa, ni lo toca. Temas como los presos de ETA, Euskadi? No están en la agenda política porque sabe que alguna prensa se le echaría encima.

Hablaba de que en Euskadi el panorama es diferente, de que hay estabilidad. ¿Pero es buena tanta estabilidad en política?

?Sí es bueno. Cada uno tiene su corazoncito y le gusta que las cosas vayan según las ve cada cual, pero la estabilidad y la aplicación de la ley son las dos grandes virtudes de una sociedad democrática. Aunque no podemos presumir mucho de ello porque hemos sido ejemplo de lo contrario durante muchos años por el terrorismo, ahora en muy poco tiempo hemos pasado a la estabilidad. Es una característica propia del país ya desde las guerras carlistas. Ahora, ha pasado lo mismo que entonces: apenas han pasado unos pocos años del fin del terrorismo y Euskadi se ha convertido en un oasis, en la sociedad más estable y con más diálogo, con una atención importante a la economía? Esta estabilidad puede aburrir pero es lo que todos desearían.

¿El pacto del PSE con el PNV es la garantía de esa estabilidad?

?A mí el pacto con el PNV siempre me ha gustado, aun cuando los resultados siempre han beneficiado al PNV y perjudicado al PSE en el ámbito autonómico. Pero en general es un pacto muy bueno para el Partido Socialista y además, en las circunstancias actuales, tampoco teníamos más alternativas.

¿La alternativa no hubiera podido ser Elkarrekin Podemos y, apurando, la izquierda abertzale?

?No, porque al final el Partido Socialista y el PNV se conocen bien, han gobernado muchos años. Con Podemos, que en teoría está más cerca de nosotros ideológicamente, todavía se podría intentar compartir responsabilidades de gobierno y pactar pero con Bildu todavía nos separa un pequeño abismo.

¿Por ETA?

?Sí, por ese tema y porque ellos son independentistas radicales y nosotros no. En una aventura de esas, el PSE y sobre todo el PSOE en el conjunto de España saldría maltrecho. En ámbitos puntuales se puede llegar a acuerdos con la izquierda abertzale pero en este país no es tan sencillo hacer acuerdos de izquierda por parte de la oposición porque el Gobierno liderado por el PNV tampoco es un gobierno de derechas típico. En políticas sociales, son una especie de socialdemocracia.

¿Deben ETA y la izquierda abertzale reconocer el daño injusto causado por la violencia?

?En las conversaciones que tuve con Josu Ternera [Josu Urrutikoetxea] me decía que iban a pedir perdón y no sé porque ahora no lo terminan de hacer. Hasta donde yo sé, él ya no debe estar en la dirección de ETA pero supongo que los presos estarán en esa reflexión. Además, es tan evidente lo del daño causado que no creo que implique una renuncia o una traición.

Desde el mundo de la izquierda abertzale, dijeron que ETA iba a disolverse a finales del año pasado. Ahora dicen que en verano. ¿Qué cree que está pasando?

?No lo sé. No sé si están buscando un final más digno para ellos y buscan algo más que la mera disolución. En todo caso, son problemas de imagen que les afecta solo a ellos, porque a la sociedad en general le da igual cómo se disuelvan, solo quiere que lo hagan cuanto antes. Y la más interesada es la propia izquierda abertzale porque le incomoda, mientras que el PP ni con la disolución va a cambiar su política en presos.

¿Ni con la disolución va Rajoy a mover ficha?

?Me temo que no. Además ahora está sin margen de maniobra y no va a querer tocar un tema conflictivo en España.

¿Cree que el anuncio del Gobierno francés de que acercará a los presos le hará variar su posición?

?Debería de influirle, pero el PP es un partido inmovilista, manda pero no gobierna. Por tanto, soy escéptico de lo que pueda hacer un partido como este que está sentenciado.

¿Sentenciado?

?Sí, porque va a haber relevo en Moncloa. Ciudadanos le va a quitar parte de su voto y en ese contexto el PSOE tiene su oportunidad.

En 2006, en las conversaciones de Loiola en las que usted participó, dibujaron un final de ETA diferente, que la propia ETA rechazó. ¿Es aquel el final que esperaba ahora?

?Ahí se diseñó un final de ETA y toda una evolución posible de la política vasca. Es incomprensible que hubiera perdido aquella oportunidad y al final se hayan quedado sin nada.

A usted le atizaron bien por aquello, fuera y dentro de su partido. ¿Se arrepiente de lo que hizo?

?No, era un acuerdo muy bien trabado, interesante, pero ahora España va en una dirección distinta, camina hacia una dinámica centrípeta con un Estado cada vez más fuerte, en la que se habla cada vez más del fortalecimiento del Estado que del fortalecimiento de las autonomías.

En Loiola, plantearon incluso una vía de unión de la CAV y Nafarroa, previa consulta. ¿Es la consulta un derecho o una concesión?

?El derecho a decidir es un mecanismo democrático pero hay otros mecanismos que también lo son. Considerarlo como el súmmum de la democracia y las libertades no me parece acertado.

¿El derecho a decidir ayudaría a resolver el encaje de Euskadi?

?Cada país tiene su tradición y los vascos somos muy orgullosos de ello, pero cuando buscamos soluciones recurrimos a fórmulas exóticas como Quebec o Escocia. El País Vasco tiene su propia vía, la vía vasca, que es la vía del pacto. Lo era en tiempo foral y lo sigue siendo ahora. Es mucho mejor avanzar a través del pacto y la bilateralidad, y sometiendo a consulta actos previamente realizados entre los partidos, que el ir a un sí o a un no.

Pero el Estado siempre se reserva la última palabra.

?Es verdad que los dos gobiernos, incluso en un esquema de bilateralidad, no están al mismo nivel, pero en determinados campos sectoriales la bilateralidad sí es de igual a igual. Este es el Estado que tenemos y además siempre tenemos el recurso a los derechos históricos que siempre es un plus para el pacto. Por eso más que de derecho a decidir en el País Vasco debería hablarse de la capacidad de decidir que le otorga el pacto y los derechos históricos.

¿El derecho a decidir puede hacer peligrar el pacto PNV-PSE?

?Lo ideal sería que se llegara a un acuerdo, creo que existen fórmulas de encuentro. En cualquier caso, romper el gobierno por una cuestión así sería un poco absurdo. l