vitoria - El lehendakari ha vuelto a llamar a las puertas de Europa para propiciar una solución dialogada al contencioso catalán. En esta ocasión, lo ha hecho a través de un artículo que publicará hoy íntegramente el diario británico The Guardian. Es una publicación que le ofrece un importante altavoz y un público potencialmente receptivo en la medida en que Reino Unido acordó un referéndum de independencia con Escocia, la misma receta que Urkullu predica sin éxito para Catalunya. Urkullu avisa en su artículo de que el problema catalán es un problema europeo que no incumbe únicamente al Estado español, critica la cerrazón de Madrid, y pide articular soluciones civilizadas como el citado referéndum escocés. La carga de su artículo la deposita en los hombros del Estado español por no reconocer la existencia de un conflicto de voluntades sociales.
La apelación del lehendakari llega tras la carta que envió al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pidiéndole una intervención. La Unión Europea no tiene intención de mediar porque entiende que la independencia catalana provocaría un efecto dominó en otras naciones sin Estado. El lehendakari ve con preocupación la ausencia de iniciativas a favor del diálogo y critica la actitud de Madrid, que solo responde con la vía judicial.
“El Gobierno español debería abrir, de inmediato, una vía de diálogo con realismo, dado que está en juego el concepto de soberanía”, argumenta en su artículo. Pide aplicar el principio de responsabilidad para apostar por el pacto y evitar la fractura, y el principio de realidad para reconocer que existe un conflicto entre voluntades sociales. “Actuar con responsabilidad significa anticipar las consecuencias de las decisiones políticas, judiciales, penales y policiales que se impulsan. No se ha hecho y la realidad se acerca a un escenario de escisión social y ruptura política, institucional y emocional que será muy difícil revertir”, alerta. Cita como posible solución la vía del referéndum legal y pactado.
“Los responsables institucionales y políticos debemos formar parte de las soluciones, no de los problemas. Contamos con modelos, cercanos y recientes, para arbitrar soluciones acordadas que conjuguen el principio de legalidad y el principio democrático. Es la Ley de Claridad en la relación entre Quebec y Canadá, o el acuerdo de referéndum legal y pactado entre Escocia y Reino Unido. Estas consultas han permitido a la ciudadanía expresarse y comprobar que su opinión ha sido tenida en consideración. Constituyen un precedente de resolución civilizada, constructiva y democrática de una discrepancia”, explica.
El lehendakari trata de llamar la atención de las instituciones europeas asegurando que “la crisis política que se vive en relación a Catalunya no incumbe solo al Estado español, concierne al conjunto de la Unión Europea”. “Esta crisis está afectando al modelo de encaje de pueblos cuyas sociedades vienen expresando, históricamente, una voluntad de autogobierno”, dice. Propone “una solución que permita conciliar realidad y realismo, legalidad y legitimidad, voluntad de libre adhesión en Estados compuestos de diferentes realidades nacionales en una fórmula de unión voluntaria”.
El lehendakari escribió su artículo a petición del diario británico. Es el único que ha publicado hasta la fecha, y se debe a la relación que mantiene con el rotativo, con quien ya había trabajado previamente para redactar especiales sobre la marca Basque Country. Urkullu recibió el emplazamiento con mucho agrado, porque le pareció muy oportuno pedir una solución dialogada en el periódico de un Estado que ha pactado un referéndum de independencia. El artículo lo escribió antes de que se conociera que Madrid pretende aplicar el artículo 155 de la Constitución española para suspender la autonomía catalana. El lehendakari no dijo nada que no haya predicado ya en Euskadi y en otros foros estatales, pero el valor adicional de su artículo en The Guardian radica en que le da un altavoz en Europa, en un artículo en inglés, y en un territorio que ha puesto en práctica las soluciones dialogadas que él propone.
Las cargas policiales contra el referéndum del 1 de octubre, el alineamiento absoluto del rey Felipe VI con la postura de Rajoy y la suspensión de la autonomía han extremado su preocupación. Urkullu ha mostrado todo este tiempo su solidaridad con Catalunya, y ha reconocido que la presión del Estado le ha impedido celebrar un referéndum con garantías.
vía vasca El lehendakari aprovecha su artículo para ofrecer algunas pinceladas sobre la vía vasca. “En el País Vasco, tras décadas de violencia y terrorismo, estamos impulsando una vía de solución al futuro del autogobierno”, dice, para apuntar que los ejes son “la concordia y convivencia entre identidades diferentes, desde el respeto y reconocimiento mutuo”. “Este ideal es de aplicación a la articulación del Estado español plurinacional. Supone asumir el reconocimiento jurídico-político, social y cultural de las realidades nacionales catalana o vasca, además de la española. Propone una visión constructiva y pactada a la redistribución de soberanía”, recalca.
Urkullu defiende que “una Europa unida requiere una soberanía compartida” y que “el objetivo de convivencia entre identidades diferentes se puede alcanzar asumiendo el concepto europeo de cosoberanía o soberanía compartida”. “Sobre esta base, abogo por habilitar cauces legales para que las comunidades políticas que, mediante decisión expresa de sus instituciones parlamentarias de autogobierno, quieran consultar a la ciudadanía sobre su futuro, puedan hacerlo”, insiste. Cita también el modelo de soberanía compartida.